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Portugal: esperanza iberoamericana por el Oscar 2023 a corto animado

Los Premios de la Academia están cada vez más cerca y Portugal parece alzar la mano para la tercera estatuilla animada del bloque.

19 de septiembre de 2022
Por Viridiana Torres
Portugal: esperanza iberoamericana por el Oscar 2023 a corto animado
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Iberoamérica se ha hecho con un sitio cada vez más importante en la historia del Oscar a Mejor cortometraje de animación. No sólo con nominaciones, sino con un par de estatuillas, ambas obtenidas en los últimos diez años. La primera fue para el chileno Historia de un oso (2014) y la segunda para el español The Windshield Wiper (2021). Tomando en cuenta que este último es el más reciente ganador y que compartió categoría con el chileno Bestia, es natural que este año las miradas estén muy atentas en las producciones del bloque. ¿Hay posibilidades de una nueva victoria? Sí, y muchas, con Portugal a la cabeza de la comitiva.

Para garantizar la preselección, los responsables han debido cumplir con alguno de los distintos criterios de elegibilidad aprobados por la Academia de los Estados Unidos. Estos incluyen unas condiciones muy concretas de exhibición, Premios de la Academia para Estudiantes y la victoria en ternas específicas de un festival calificador.

En los últimos meses, varios proyectos de distintos países iberoamericanos se han hecho con la codiciada preselección por cualquiera de estas vías. Sin embargo, Ice Merchants y O Homem do Lixo de los lusos João Gonzalez y Laura Gonçalves parecen haber tomado ventaja por sus exitosos recorridos. Hoy día ambos son serios contendientes a la estatuilla dorada.

Camino al éxito

Portugal tiene una historia animada larga y gloriosa, que además está próxima a conmemorar su centenario en 2023. Quizá por esto, el destino quiso que dos lusos representaran la mayor esperanza para que el bloque se alce con la terna por tercera ocasión. O quizá sólo es una nueva muestra del enorme talento que siempre ha caracterizado al país europeo y que parece lista para detonar del todo ante los ojos del mundo entero.

El primero en resonar fue João Gonzalez, galardonado por el Leitz Cine Discovery Prize de la Semana de la Crítica de Cannes, siendo la primera vez en toda la historia que un título animado gana dicha categoría. El premio, sin embargo, no es calificador, pero no pasó mucho tiempo para que la preselección se concretara en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Poco tiempo, refrendó su posición con su victoria en el Melbourne International Film Festival.

Si de méritos se trata, Laura Gonçalves no se queda atrás. Su nominación en Annecy la puso en el punto de mira al tratarse del certamen animado más importante del mundo. No ganó, pero la preselección parecía sólo cuestión de tiempo y finalmente se concretó con su victoria en Animafest Zagreb. No menos sobresaliente es que ambos formaron parte de la selección oficial del Toronto International Film Festival dentro de la categoría Short Cuts.

No está de más destacar que la calificación desde los festivales goza de muchísimo prestigio, y además suele ser un estupendo medidor rumbo a la gloria. De hecho, Historia de un oso se clasificó tras hacerse con el premio a corto animado del Cleveland International Film Festival. Sin embargo, esto para nada garantiza el éxito, ya que toda ruta es válida para la elegibilidad.

Talento luso

Aunque el Oscar a cortometraje de animación siempre ha dado un espacio importante a las majors –la ceremonia del 2022 fue la primera sin nominaciones a Disney desde 2009–, lo cierto es que siempre ha visto con buenos ojos las propuestas independientes como Historia de un oso y The Windshield Wiper. Ambas producciones favorecidas por sus mensajes y reflexiones. Tanto Ice Merchants como O Homem do Lixo sobresalen en este apartado.

En el caso del primero, esto puede apreciarse en la calidez que irradia con sus reflexiones en torno a la soledad, así como en la estética y la música, compuesta por el propio creativo. En el segundo, en su marcada lucha contra el olvido de aquellos que nos rodean y que se ve favorecido por el dominio del documental.

Destaca además que los dos tienen los elementos necesarios para considerarse obras de autor, algo que siempre es celebrado por los académicos. Más aún cuando se trata de talento joven dando pasos decisivos rumbo a la consolidación. Tanto João Gonzalez como Laura Gonçalves demostraron sus cualidades muy temprano en sus respectivas trayectorias, y ahora parecen haber alcanzado la madurez con su tercer proyecto, ambos dotados de un estilo único y perfectamente bien definido.

Aunque sabemos que en un certamen como el Oscar son muchos los factores a tomar en cuenta además de la calidad y el talento, siempre es un buen momento para celebrar a estos y todos los demás representantes del bloque que nos han puesto a soñar con un nuevo Premio de la Academia. Porque al final, la estatuilla es lo de menos y lo más relevante siempre será la visibilidad que este tipo de eventos conceden a nuestras industrias, las cuales siguen demostrando que son capaces de competir de tú a tú con las más importantes del mundo.