Todo amante de la animación sabe que Annecy es el festival de animación más importante del mundo. Una etiqueta que, por gloriosa que pueda sonar, no hace justicia a todo lo que este gran evento representa. Hablamos del epicentro de la industria. Un encuentro que, además de proyecciones, charlas y presentaciones, reúne a los mayores apasionados de este arte. Desde los talentos consolidados hasta las nuevas generaciones. El evento nos ha llenado de ilusión en diferentes aspectos, pero que a su vez ha invitado a enfrentar lo que queda por resolver. ¡A por ello!

México da el paso

La animación iberoamericana tiene historia, talento y grandeza. Sin embargo, la consolidación absoluta sigue siendo una cuenta pendiente, por lo que cada oportunidad que se presenta en el camino debe verse como un paso para lograrla. México ha dado uno definitivo en Annecy tras su participación como país de honor. En lo particular, con una exhibición de la calidad que siempre ha caracterizado a su industria y que es un motivador para futuras generaciones de talento. También con una invitación a los artistas del país a cerrar filas en busca de una industria más sólida en todos los sentidos, lo que incluye intercambio de ideas y un esfuerzo común en busca de más apoyos por parte de las autoridades. También en lo colectivo, ya que lo demostrado por los norteamericanos puede sentar precedentes para que otros integrantes del bloque hagan lo propio. Al final, hablamos de una de las industrias más importantes de toda la región, es imperante que asuma la posición que le corresponde y Annecy podría ser decisivo para ello.

La importancia de los eventos y las asociaciones nacionales

Hay que decirlo: que México fuera el país invitado de Annecy 2023 sólo fue posible gracias a José Iñesta. El director de Pixelatl siempre fue un ferviente impulsor de la iniciativa, ya que estuvo en continuo contacto con la organización del evento animado, pero también con las autoridades locales que no eran muy conscientes de la magnitud del honor. Su trabajo no se queda ahí, también ha incluido convencer al público y a la propia industria del grandísimo legado animado del país norteamericano. Todo fue un éxito. Lo sucedido invita a mirar con más atención a los eventos nacionales de nuestra región, como es el caso de Animation!, Premios Quirino, Chilemonos y más, así como de las asociaciones locales como Animachi, Gema Colombia, Casa da Animação, ABCA Associação Brasileira de Cinema de Animação, Animar, la Red de Animadores Bolivianos, entre muchas otras. Su labor es grandísima y casi siempre va más allá de lo que cualquiera puede imaginar. Es tiempo de dar el valor necesario al trabajo que cada uno de estos equipos hacen para dar unión y visibilidad a las industrias locales. El camino a la grandeza del bloque pasa por aquí.

Unión animada

Ya que estamos en esto, no podemos dejar de hacer énfasis en la importancia de las alianzas, que siempre salen a relucir en festivales y encuentros, pero que se potencian con todo en un encuentro de la magnitud de Annecy 2023. El festival animado nos permitió ver incontables reuniones individuales y colectivas de networking, muchas de las cuales involucraban integrantes del bloque. Pero si de equipos se trata, el mejor exponente de nuestra región es La Liga de la Animación Iberoamericana, que integrada por Animation!, Pixelatl y Premios Quirino, se ha convertido en todo un referente dentro del evento animado más importante del mundo y en un estupendo ejemplo de todo lo que podemos lograr juntos.

Presente y futuro iberoamericano

La consolidación y la promesa iberoamericana salieron a relucir de manera importante en Annecy. Esto se aprecia en un programa rico en animación iberoamericana, que incluyó gran cantidad de obras terminadas y en desarrollo. También en el palmarés, que en el caso de nuestras industrias reconoció una obra culminada como Robot Dreams, pero también tres proyectos como Cuidadoras, La mujer parecida a mí y Lumen. Pero el presente y el futuro fueron más allá de las pantallas y se extienden por todos los rincones del encuentro francés. Si Annecy es un evento imprescindible es porque ahí se unen las leyendas de la industria y los jóvenes artistas. Es imposible no sonreír ante la franca emoción de estos últimos, ya sea en las proyecciones, las charlas o cuando tienen la oportunidad de cruzar palabras con algunos de los numerosos genios presentes.

Revalorar nuestra historia

En los últimos años hemos podido atestiguar una importante revalorización de nuestras industrias animadas. En Argentina, Chile y Portugal se dio con sus respectivos centenarios, que incluyó la proyección de algunas de sus obras más añejas –en algunos casos, recién halladas– y con iniciativas que pretenden promocionar la industria como la Animateca de Casa da Animação. Ahora México lo hace desde otra vía como es Annecy, donde a través de nueve ciclos distintos, se profundizó en el pasado animado del país, lo que permite entender mejor el presente para mirar con ilusión a un futuro que luce prometedor. Nunca descartemos el valor de la historia animada, que es precisamente ahí donde se asientan los pilares más indispensables de nuestras industrias.

Y nuestra cultura

La imagen promocional a cargo de Jorge Gutiérrez era divertida y hermosa. Más destacado aún es que era profundamente relevante. En un mundo que insiste en acentuar las diferencias entre individuos y naciones, la cultura se ha convertido en la mejor defensa para evitar el rompimiento, y apelar a la unión y la comprensión. El intercambio cultural visto en Annecy va más allá de las catrinas y los sombreros charros. Se extiende por el visionado de obras de todo el mundo, lo que permite ver intereses y preocupaciones comunes que dejan muy en claro que no somos tan diferentes. También por el intercambio de ideas y la camaradería vista en todo momento, desde las sesiones de networking hasta las numerosas fiestas. Y por supuesto, por las alianzas profesionales que saldrán del evento. Annecy es un hervidero de culturas y un vistazo esperanzador a un mundo unido por la animación.

Iberoamérica en la mira

La animación iberoamericana está en plan grande. No lo decimos nosotros, sino el Festival de Annecy, el evento animado más importante del mundo que en sus últimos diez años ha puesto en el punto de mira a cuatro representantes iberoamericanos. La lista inicia con España en 2015, Brasil en 2018, México en 2023 y cerrará con Portugal que ha sido anunciado para el 2024. Una grandísima distinción y un digno reflejo de la enorme calidad que impera en nuestro bloque, lo que invariablemente invita a mirar a otras industrias de la región que podrían fungir como protagonistas en futuras ediciones del encuentro. De primera instancia, nos vienen a la cabeza países como Argentina, Chile, Colombia y Cuba. Aunque como ya nos dijo la directora de los Premios Quirino, Bea Bartolomé, tampoco estaría de más descartar las alianzas entre éstas y otras industrias hermanas. Sea como sea, lo visto en Annecy deja muy en claro que el mundo no es indiferente ante el desarrollo visto en nuestro territorio.

El líder que la animación necesita

La animación es arte, la animación es cine, la animación no es un género, la animación no es sólo para niños. Muchos lo han dicho a través del tiempo, pero hacía falta un nombre de jerarquía para que el mundo prestara atención al mensaje. Es aquí donde entra Guillermo del Toro, quien aprovecha cada oportunidad para alzar la voz. No es que sea reiterativo, sino que sabe que la insistencia es la única manera de cambiar una mentalidad arraigada en el imaginario colectivo por generaciones. Quizá por esto, fueron tantos los artistas que manifestaron su preocupación con el estreno de Pinocchio, pues temían que la batalla se difuminara. No ha sido el caso. No pasó mucho tiempo para que el mexicano revelara cuál será su próxima producción animada y ahora en Annecy confesó sus planes para concentrarse netamente a la animación. Una incorporación definitiva que podría cambiar el rumbo de toda la industria para siempre. La animación global tiene un nuevo líder y es orgullosamente iberoamericano.