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El Goya 2024 resalta las cuentas pendientes de la Academia española con el cine animado

La animación es cine. Aunque aplaudimos que el Goya aproveche cada ocasión para repetir el mensaje, esto ya no es suficiente.

12 de febrero de 2024
Por Luis Miguel Cruz
El Goya 2024 resalta las cuentas pendientes de la Academia española con el cine animado
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La animación es cine. La animación no es un género. La animación no es sólo para niños. Estas y otras aseveraciones se han tornado cada vez más recurrentes en las distintas premiaciones cinematográficas alrededor del mundo. Casi siempre nacen de los artistas involucrados en estas producciones, para luego ser replicadas –o ignoradas, que también se ha dado el caso– por los organizadores de los diferentes eventos. Con la industria española en una auténtica edad de oro, parecía lógico que el Goya 2024 se rindiera al arte animado.

Así se hizo, con el anuncio de la Mejor película de animación antecedido por un clip en el que podía leerse que “la animación es amor, amistad, fantasía, música, acción. La animación es cine”. Todo esto, acompañado de escenas de The Windshield Wiper, Arrugas, Valentina, Chico & Rita, Las aventuras de Tadeo Jones, Buñuel en el laberinto de las tortugas, Un día más con vida, Unicorn Wars, Klaus y Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo. Una vez concluido se procedió a la presentación de Javier Fesser y Enrique Gato, quienes revelaron que el premio era para Robot Dreams de Pablo Berger. Un esfuerzo noble, aunque con una ejecución no del todo afortunada. Y es que más allá de cualquier homenaje, es difícil escapar a la sensación de que el máximo premio del cine español tiene cuentas pendientes con el arte animado.

Robot Dreams Pablo Berger España

La más urgente de todas es, ¿qué necesita hacer una película de animación para ser nominada en las categorías de Mejor película o director? En los últimos años hemos visto numerosas producciones que parecían tener lo necesario para dar el paso. Las aventuras de Tadeo Jones y Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo acumularon múltiples nominaciones, pero fueron condenadas por la suma de estigmas propios de la animación y la comedia. Si de drama puro y duro se trata, Buñuel en el laberinto de las tortugas lucía como una alternativa idónea, más aún tras ser contemplada como representante española rumbo al Oscar internacional. Ninguna concretó la hazaña.

Ahora Robot Dreams se perfilaba como la nueva gran oportunidad para que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España diera el paso decisivo. Más aún ante el gran éxito del filme en algunos de los principales certámenes del mundo: Annecy, los European Film Awards, los Annie Awards, el Oscar. Una nominación en las máximas categorías habría sido una dignísima celebración a una cinta que lo merece todo, pero también un espaldarazo de confianza a una industria animada que exige el reconocimiento que se ha ganado con creces.

No fue el único caso, pues resulta difícil creer que genialidades como Dispararon al pianista o El sueño de la sultana no fueran contempladas en categorías generalistas como montaje, sonido o dirección de arte. En el caso de esta última, no nos cansaremos de decir que José Luis Ágreda también se merecía un lugar entre los contendientes por Robot Dreams.

They Shot the Piano Player Dispararon al pianista Fernando Trueba Javier Mariscal España Tenório Jr

Los premios cinematográficos son más que premios, son declaraciones de intenciones por parte de las industrias cinematográficas de todo el mundo. Esto puede apreciarse en distintos momentos de las ceremonias, desde las tendencias en nominados y ganadores hasta las manifestaciones políticas en los discursos. En este caso particular, los Goya pudieron enviar un mensaje de confianza que avalara la solidez de la animación española ante los ojos del mundo entero y que celebrara una de las industrias más potentes de la actualidad. Reconocimientos fundamentales para afianzarse como una verdadera potencia mundial. En vez de eso, se envía un mensaje de tibieza e indiferencia. De una cinematografía que no confía del todo en un arte que le ha dado grandes alegrías por generaciones.

Porque, contrario a lo que el clip presentado en la ceremonia 2024 sugería, los logros de la animación española van más allá de los últimos quince años. La cinta más añeja mostrada en el vídeo era Chico & Rita, que estrenada en 2010, pasó a la historia como la primera película española nominada al Oscar animado. Pero para que este hito fuera posible, muchas producciones a través del tiempo debieron despejar el camino. Dicho esto, ¿dónde quedaron clásicos imperecederos como Garbancito de la Mancha, Érase una vez…, Historias de amor y masacre o El bosque animado?

Erase una vez Revista Camara

Ni que decir de los cortometrajes. La inclusión de The Windshield Wiper fue más que justa, pero también sacó a relucir la omisión de grandes títulos y sobre todo de artistas brillantes cuyos talentos han cimentado las bases de la industria: Sam Ortí, Anna Solana, Isabel Herguera… Mención especial para Javier Recio, cuya obra La dama y la muerte pasó a la historia con su nominación al Oscar.

La animación es cine. Es bueno que los Goya, y muchas otras ceremonias, aprovechen cada ocasión para repetir el mensaje, pero esto ya no es suficiente. Es tiempo de que las academias del mundo empiecen a realizar acciones que reflejen esta aseveración, pues de lo contrario sólo son palabras al viento. Lo bueno es que las premiaciones cinematográficas siempre dan nuevas oportunidades para corregir el rumbo y con una industria española a la alza, no pasará mucho tiempo para que el certamen pueda poner a este arte en el lugar que le corresponde desde hace tiempo.