Glow es uno de esos estudios que nunca se achican ante los retos. Quizá por ello nadie se sorprendió del todo cuando el equipo encabezado por José María Fernández de Vega anunció en 2022 la creación del Festival FPS, primer festival de animación y videojuegos a celebrarse en Extremadura, España. Desde entonces el evento ha dado importantes saltos de calidad en cada nueva edición, una tendencia que se ha manifestado de lleno en este 2024.

Radix estuvo presente en la tercera edición del Festival FPS, lo que nos permitió vivir el entusiasmo generado por el certamen y nos invitó a reflexionar sobre su enorme impacto entre los asistentes, pero también entre el grueso de nuestras industrias. Aquí las conclusiones que dejó el encuentro.

Un evento en continua expansión

Con apenas tres ediciones, el Festival FPS apunta a convertirse en un evento imprescindible dentro del panorama iberoamericano. Así lo demuestra la evolución del certamen que en su edición 2024 añadió un día más a su programación, lo que representó un aumento importante de su ya impresionante lista de invitados y actividades. Estas últimas, además, con una estupenda participación por parte de la comunidad que ha reaccionado estupendamente al llamado animado. Sobre esta evolución, su director José María Fernández de Vega recuerda que “nosotros no nos dedicamos a organizar eventos, el festival es un complemento a todo lo que hacemos. Es muy satisfactorio ver a gente que aprende, disfruta y al mismo tiempo que comparte su conocimiento”.

Proyecciones con identidad

Buena parte de la esencia de los festivales cinematográficos puede verse en las obras proyectadas. El Festival FPS no es la excepción, con una muestra de cortometrajes breve, diversa y muy sólida que combina estrenos de jerarquía con clásicos imperecederos, destacando además que muchos de los títulos conectan de lleno la sede del encuentro, lo que invariablemente aumenta el interés entre muchos de los asistentes. Medea a la deriva y O Estado de Alma, con producción de The Glow Animation Studio, permitieron apreciar el trabajo del estudio organizador y como tal dieron muestra del enorme talento local. Por su parte, Ámár de Isabel Herguera y Sangre de unicornio de Alberto Vázquez dieron oportunidad de disfrutar en pantalla grande del exquisito trabajo de dos referentes de nuestras industrias que además figuraron entre los principales invitados al evento. Las respectivas proyecciones, además, contribuyeron a una mayor apreciación de sus ponencias. Mención especial para Koati, largometraje que contó con la intervención de The Glow y con la dirección de arte de otro invitado de alto calibre como Simón Varela, y cuya proyección permitió disfrutar por todo lo alto de una obra de calidad pero que desafortunadamente no ha gozado de la mejor distribución.

Naturaleza intimista

Mientras algunos están convencidos de que más es mejor, la experiencia dice que esta premisa no exige ser aplicada en todos los casos. El Festival FPS es un buen ejemplo de ello, pues su naturaleza compacta ha dotado al encuentro de un carácter sumamente intimista que propicia el acercamiento entre los asistentes y las grandes figuras que forman parte del evento. Todos unidos por el amor al arte animado. La organización del certamen es muy consciente de esta situación, al grado que la considera una auténtica fortaleza. “Creo que lo que transmitimos en general es cercanía y verdad en todas las cosas que hacemos”, asegura José María Fernández de Vega. “Intentamos seleccionar ponentes que puedan transmitir eso, su conocimiento de forma sincera y accesible porque son inspiradores de la gente que está empezando en este sector. Eso hace que a la gente le interese asistir a un evento como este”. Dicho esto, el director del evento considera que “es un festival que no debe crecer mucho más. Lo que buscamos es cercanía y creemos que seguirá creciendo pero en cuanto a contenido, no a volumen de asistentes”.

Un futuro prometedor

“Tiene pinta de estar asentándose”, nos responde sonriente José María Fernández de Vega cuando le preguntamos sobre el futuro del evento. Sus palabras suenan más bien modestas cuando rememoramos lo hecho hasta ahora, así como el amplio margen de maniobra para seguir creciendo. Más aún con una industria animada que genera cada vez más interés en la comunidad y muy especialmente entre los jóvenes aspirantes a incursionar en ella. Además de charlas y proyecciones, el encuentro ha mostrado una gran visión en la organización de talleres y visitas guiadas que ayudar a entender el arte y la tecnología tras las producciones animadas. Esto, hay que decirlo, de un modo sumamente original. Como ejemplo el taller de dirección de arte en el que José Luis Ágreda invitó a los inscritos a imaginar una historia concebida por cineastas como Pedro Almodóvar, Isabel Herguera, David Lynch y Alberto Vázquez. ¡Los resultados fueron sorprendentes! “Es una oportunidad de aprender mucho y diverso en relativamente poco tiempo”, considera el director del evento. “Vemos que cada año vienen más asistentes y cada vez también más profesionales, y eso es señal de que vamos por el buen camino”.

Tierra de animación

Cuando hablamos de epicentros animados lo primero que suele venir a la mente son las grandes urbes, pero The Glow Animation Studio ha demostrado desde hace tiempo que este concepto puede y debe ser desafiado. El estudio ha convertido Almendralejo, ciudad con menos de 35.000 habitantes, en un punto fundamental de nuestras industrias. Lo ha logrado con un excelso trabajo en todo tipo de producciones de jerarquía, ya sean cortos como Operación Frankenstein o Medea a la deriva, o largos como Buñuel en el laberinto de las tortugas y El sueño de la sultana, pero también con una interesante expansión hacia otras áreas entre las que sobresale el Festival FPS. Un encuentro anual que da visibilidad a la industria animada en general, pero que también deja ver las crecientes oportunidades animadas en el territorio sede, cumpliendo así con una labor fundamental para el desarrollo de la industria local. “Creo que Almendralejo será un poco el equivalente a este festival”, concluye José María Fernández de Vega, “no seremos algo masivo, pero tendremos que seguir trabajando en que seamos algo especial y percibido como eso, algo especial que le pone cariño a todo lo que hace”.