Hablamos mucho de festivales calificadores al Oscar, pero no nos olvidemos que hay otros eventos que también conceden el anhelado billete. Tal es el caso del Goya, que otorgado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, otorga la preselección en la categoría de Mejor cortometraje de animación. Un reconocimiento adicional que este año ha sido para To bird or not to bird de Martín Romero.

La obra producida por Abano y UniKo ofrece una “mirada crítica y caleidoscópica del mundo actual contada a través de las tragicómicas y esperpénticas vivencias de varios pájaros”. Una producción que recurre a todo tipo de emplumados personajes para retratar los diversos pesares que nos aquejan.

No está de más recordar que el boleto no es para el Oscar 2024 cuyos nominados ya han sido anunciados. Es para la edición 2025 del premio hollywoodense que ya tiene sus primeros contendientes, algunos de los cuales provienen de nuestra región, como es el caso de Nube y La perra.

De este modo, To bird or not to bird emprende el vuelo con un objetivo muy específico: convertirse en el segundo cortometraje español en alzarse con el Oscar tras la estatuilla de The Windshield Wiper de Alberto Mielgo. Dicho sea de paso, en el tercero iberoamericano junto con Historia de un oso de Gabriel Osorio.

La carrera por el Oscar 2024 está cerca de llegar a su fin, pero la del 2025 apenas empieza. La mejor de las suertes a todos nuestros representantes.