Sara Varon, autora de Robot Dreams, siempre ha dado un gran apoyo a la adaptación de Pablo Berger. Lo manifestó durante la producción, destacando su entrañable ilustración en la que convirtió al equipo de producción en habitantes del mundo de Dog y Robot; lo hizo también durante la nominación al Oscar; ahora vuelve a hacerlo con el estreno del filme en los Estados Unidos.

La autora estadounidense ha recurrido nuevamente a su talento y su creatividad para una regalarnos una ilustración que en este caso celebra la apertura del largometraje en el país norteamericano. La imagen compartida en redes sociales es protagonizada por la dupla central de la obra, que disfruta la película con sus palomitas. El diseño es complementado con la leyenda “Robot Dreams finalmente está en salas de los Estados Unidos”.

Hace tiempo que Robot Dreams confirmó su estreno en Estados Unidos, pero su estupendo paso por la temporada de premios ha generado una mayor atención a esta nueva etapa del recorrido. Después de todo, la película ya triunfó en los principales certámenes, muchos de ellos estadounidenses y ahora pretende aprovechar esta exitosa racha para conquistar al que es considerado por muchos como el mercado más importante del mundo. Una misión compleja ante las condiciones actuales de la industria, pero para nada imposible. Menos aún para una obra que no deja de sorprender y enamorar a las audiencias.

Para esta nueva aventura cuenta con un importante aliado en Neon, responsable de la distribución y cuya experiencia incluye clásicos contemporáneos de culto como Anatomy of a Fall, Infinity Pool, I, Tonya, Oldboy y la animada Flee. Para optimizar resultados, el titán de la distribución ha desarrollado una ambiciosa estrategia que implica una apertura escalonada en cuatro etapas: inició el 31 de mayo en Nueva York, hogar de nuestros protagonistas, y termina el 21 de junio a lo largo y ancho del país.

Tendremos que esperar para conocer los resultados de Robot Dreams en Estados Unidos, pero lo visto hasta ahora nos invita a pensar que hay buenas razones para seguir soñando con este clásico contemporáneo de la animación iberoamericana.