Alberto Mielgo sigue dominando el panorama animado, no sólo iberoamericano, sino global. Primero con el fascinante The Windshield Wiper que fue galardonado con el Premio de la Academia a Mejor cortometraje de animación; después con Jibaro, su segunda colaboración para Love, Death & Robots y que figura entre los segmentos más destacados de la segunda temporada de la antología de Netflix.

La plataforma no ha sido indiferente al interés suscitado por la trágica historia de amor entre una mortífera sirena y un ambicioso caballero sordo. Es por esto que ha optado por complementarla con un detrás de cámara en el que explican el arduo proceso de realización, que va del modelado de los personajes a un exquisito comparativo entre los videos de referencia y lo visto en pantalla.

A esto se suman los intereses narrativos del propio Alberto Mielgo, quien explica que «lo que quería hacer antes que nada es una historia sin héroes ni buenos personajes, y es sólo una tragedia. Quería hablar de la relación más tóxica que pudieran hablar«.

Es así como el cineasta vuelve a demostrar su profundo interés por las emociones humanas y muy especialmente por el amor. No el romántico visto en tantos cuentos de hadas y películas, sino uno «netamente salvaje. Tanto, que por momentos ahonda más en lo animal que en lo humano«, tal y como detallamos en nuestra crítica.