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¿Qué representa el Oscar de The Windshield Wiper para la animación iberoamericana?

Un paso decisivo para España, pero también para el resto del bloque.

29 de marzo de 2022
Por Luis Miguel Cruz
¿Qué representa el Oscar de The Windshield Wiper para la animación iberoamericana?
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Por años hemos escuchado que la animación iberoamericana no está al nivel de los grandes estudios norteamericanos. Una aseveración muy relativa que suele apuntar más a la técnica que a la calidad narrativa, pero que invariablemente es acentuada por eventos de impacto global como son los Premios de la Academia. El Oscar a Mejor película animada se ha tornado virtualmente inalcanzable, no para el bloque, sino para cualquier producción que no sea estadounidense. Prueba de ello es que en sus 21 años sólo una producción sin inversión norteamericana ha podido alzarse con el premio, convirtiéndose así en una de las categorías más recelosas con la industria hollywoodense. Más equitativa ha sido la de Mejor cortometraje animado, históricamente dominada por titanes, pero también más abierta al talento de distintas latitudes. Algo que incluye a nuestra área.

Iberoamérica dista mucho de ser una potencia en la terna, pero sí que puede presumir dos estatuillas. La primera en 2016 para el corto chileno Historia de un oso que, bajo la dirección de Carlos Osorio Vargas, demostró que la máxima gloria era posible. La segunda en 2022 para el español The Windshield Wiper, que dirigida por Alberto Mielgo y producida por Leo Sánchez, reitera la sensación de que la industria regional está lista para dar el paso decisivo hacia la consolidación.

Esto con una animación española que se afianza como punta de lanza del bloque y como tal, en el modelo a seguir por el resto de los países que lo integran. Algo que puede apreciarse en el hecho de ser el país iberoamericano con más nominaciones a Mejor película animada con dos para Chico & Rita (2010) y Klaus (2019), pero sobre todo en una industria sumamente polifacética que puede deambular entre propuestas de corte familiar como Las aventuras de Tadeo Jones (2012) o D’Artacán y los tres mosqueperros (2021), alternativas más adultas como Arrugas (2011) o Buñuel en el laberinto de las tortugas (2018), e incluso de corte documental como Un día más con vida (2018). Todo esto, pasando además por géneros tan inusuales como la ciencia ficción (Planet 51), la sátira (Gora Automatikoa), el drama social (Valentina) o el fantástico (Unicorn Wars). 

Esta diversidad no se limita al terreno del largometraje, sino que se extiende por el del corto. Buena prueba de ello son los cuatro nominados al Goya 2022, Nacer, Proceso de selección, Umbrellas y The Monkey, destacando que este último fue reconocido con la estatuilla tras una reinvención histórica del mono ahorcado de Hartlepool con la que plasmó la xenofobia del mundo contemporáneo. The Windshield Wiper es un fiel reflejo de esta variedad con un corto centrado en la naturaleza abstracta del amor y que va del romanticismo a lo sexual y pasando por la conectividad.

Nada de esto sería posible sin las autoridades. Aunque más de un cineasta ibérico se ha referido a las complicaciones burocráticas propias de estos apoyos, que hay que decirlo, se dan en todo el mundo, también han reconocido que muchos de sus trabajos no habrían sido posibles sin las facilidades propias de los gobiernos regionales o nacionales. En el caso de The Windshield Wiper, Leo Sánchez y Alberto Mielgo fueron respaldados por la Comunidad de Madrid a través de su Oficina de promoción de rodajes. A esto se suma el respaldo de Manuel Cristóbal como asesor de industrias audiovisuales de la Comunidad de Madrid, un apoyo invaluable para el desarrollo de la industria animada si consideramos su experiencia en el área como productor.

Y finalmente la técnica, que por tantos años ha sido vista como el talón de Aquiles del bloque, ha dejado de ser factor. Si bien es cierto que las técnicas más artesanales como el 2D y el stop motion seguirán siendo una solución para reducir los costos de muchas producciones, la experiencia previa de Alberto Mielgo ha sido decisiva para demostrar que es posible hacer animación de alto impacto visual en Iberoamérica. Hablamos de un cineasta cuya filmografía incluye créditos en proyectos como Disney’s Tron: Uprising (2013), Spider-Man: Into the Spider-Verse (2018) y Love, Death & Robots (2019), este último desde la silla de director para el episodio The Witness. The Windshield Wiper es un paso más en esta evolución con una fusión de 2D y 3D que, aunada a su diseño y narrativa, deja un trabajo único e inconfundible.

La frialdad de los números dirá que de The Windshield Wiper es el primero Oscar animado para España y el segundo para Iberoamérica. Pero la historia del cine deja claro que su impacto irá más allá de la estadística para trascender como un evento decisivo en nuestra industria. Que así sea.