Cada año, el talento iberoamericano deja ver que nuestras industrias animadas siguen evolucionando y que las capacidades de los artistas de la región no tienen límites. El 2025 así lo confirma, con creativos cuyas obras nos invitaron a imaginar, emocionarnos y reflexionar, al tiempo que reafirmaron que la animación es arte en estado puro.

Fueron muchos los creativos que nos dejaron sin palabras, pero como cada año, es turno de hacer memoria de aquellos artistas cuya labor ha llevado a la animación iberoamericana a lo más alto. Reconocemos y celebramos su esfuerzo para impulsar nuestras industrias.

A continuación, presentamos nuestro recuento de los artistas iberoamericanos de animación más destacados de 2025.

Alberto Vázquez (Decorado, España)

Hace tiempo que Alberto Vázquez se afianzó como una de las voces más poderosas de la animación iberoamericana contemporánea. Por si esto no fuera suficiente, el cineasta ha aprovechado el 2025 para alcanzar un auténtico estado de gracia con Decorado, adaptación de su cortometraje homónimo y que representa el tercer largometraje de toda su carrera. La obra apunta de lleno al culto con una narrativa crítica y altamente simbólica que reflexiona en torno a una sociedad tan alienada como decadente. Lo hace, como no podía ser de otro modo, con sus tradicionales animales antropomorfos que sellan su condición autoral desde el uso de la fábula. De este modo, el español continúa alzándose como uno de los creadores más influyentes y arriesgados, no solo de la escena actual, sino de toda la historia de nuestras industrias.

Rogério Nunes (Coração das Trevas, Brasil)

Heart of Darkness ha sido llevada a la pantalla en múltiples ocasiones y aun así sigue siendo considerada una obra inadaptable, lo que bien puede atribuirse a sus complejísimos personajes. Rogério Nunes abraza el reto desde la vía animada con Coração das Trevas, una reinvención marcada por tintes urbanos y futuristas que trasladan las acciones a un Río de Janeiro de un porvenir cercano, pero sin sacrificar la potente introspectiva de la obra fuente. Su estreno en Annecy fue clave para su rápido posicionamiento como una de las propuestas más arriesgadas del año y, desde entonces, ha sido acreedora a numerosos reconocimientos en eventos como el Festival do Rio, la Mostra Internacional de Cinema em São Paulo y el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Quedan muchas aguas por navegar, pero lo hecho hasta ahora confirma a Nunes como una voz tan talentosa como poderosa dentro de la siempre desafiante animación brasiñeña.

Malu Furche y Stefania Malacchini (Petra y el sol, Chile)

Chile ha dado incontables satisfacciones a la animación iberoamericana desde la ruta del stop motion. Malu Furche y Stefania Malacchini aprovecharon el 2025 para sumarse de lleno a este importante legado con Petra y el sol, un cortometraje que enamora por su alta emotividad, pero también por su trabajo artesanal. La dupla ha pasado por una amplia lista de festivales de todo el mundo, tanto generalistas como animados, e incluso especializados en documentales, como resultado de sus bases verídicas. Su mayor logro, sin duda, fue la selección en Tribeca, donde la mancuerna fue acreedora a una mención especial que resalta entre los mayores logros de nuestras industrias a lo largo del año. Una pieza entrañable que captura las virtudes de sus artistas y que deja ver la riqueza de la industria chilena.

Marta Reis Andrade (Cão Sozinho, Portugal)

Marta Reis Andrade demostró sus virtudes desde muy temprano en su carrera y ha aprovechado este 2025 para afianzarse como una de las voces más sensibles de la animación portuguesa con Cão Sozinho. El cortometraje destaca por una narrativa íntima que aborda temas como la soledad, la espera y la relación entre los seres vivos, todo envuelto en un aura profundamente emocional. Estas virtudes le han valido múltiples selecciones y reconocimientos, entre los que sobresalen el Prémio Nacional da Animação y Cinanima, con el que se afianzó en la élite de la industria lusa a partir de una mirada netamente autoral que conecta lo cotidiano con lo poético y que sitúa a la animación portuguesa en un lugar destacado dentro del panorama internacional.

Natalia León (Como si la tierra se las hubiera tragado, México)

Alzar la voz para señalar los problemas requiere de un enorme valor. No conforme con ello, Natalia León combina esta virtud con una gran destreza narrativa que ha resultado en uno de los cortometrajes más poderosos del año. Como si la tierra se las hubiera tragado aborda inquietudes personales y universales para plasmar un pasado doloroso, un presente intimidante y un futuro incierto, sensaciones que aquejan a incontables mujeres en un mundo marcado por una violencia de género que continúa acechando entre las sombras a pesar de los distintos esfuerzos por erradicar el mal. La mexicana captura este sentir con una mirada dolorosamente poética que invita a pensar sobre el destino padecido por tantas féminas alrededor del mundo. Su debut en Sundance, donde también selló su preselección al Oscar, aunado a la capacidad de la cineasta para equilibrar lo emocional con lo estético, la posiciona como una de las artistas más prometedoras de los próximos años.

James A. Castillo (El fantasma de la Quinta, España)

James A. Castillo, ganador del Emmy por Madrid Noir ha vuelto a poner a la animación iberoamericana en lo más alto, en esta ocasión con una obra profundamente ambiciosa que rinde homenaje a uno de los grandes pintores de nuestra región. Los fantasmas de la Quinta generó altas expectativas desde sus primeros anuncios, tanto por la calidad de su cineasta como por la premisa del corto, que especula sobre el proceso creativo de las Pinturas Negras a cargo de Francisco de Goya. Las expectativas se concretaron tras la recepción de dos Méliès d’Argent en Sitges y Ramaskrik, con lo que selló su calificación al Oscar. No lo perdamos de vista, que actualmente es el único talento iberoamericano en la shortlist por el premio hollywoodense.

Irene Iborra (Olivia y el terremoto invisible, España)

Saltar al largometraje no es fácil, menos aún cuando el esfuerzo implica una adaptación que plasma la crisis de vivienda que impera en la actualidad desde la perspectiva infantil y, como toque final, con el uso de la apasionante pero desafiante técnica del stop motion. Irene Iborra ha abrazado el reto con Olivia y el terremoto invisible, dando paso a una obra que conmueve y enamora, pero que también duele por momentos; que invita a reflexionar sobre un problema que nos concierne a todos y, no menos importante, que exalta el valor de la comunidad para salir avante de cualquier afectación. Una obra decisiva rumbo a la consolidación definitiva del stop motion español y que afianza a su realizadora como una histórica de nuestras industrias, al tratarse de la primera mujer en dirigir un largometraje stop motion en España. Su estreno en Annecy fue engalanado por el Premio Fundación Gan a la Distribución, que marcó el primer paso para convertirse en uno de los títulos de animación iberoamericana más destacados de su tiempo.

Gervasio Canda, Paula Boffo y Patricio Plaza (Luz Diabla, Argentina)

Ojo Raro ha necesitado muy poco tiempo para posicionarse como uno de los estudios de animación más potentes en Iberoamérica, al grado de que es difícil determinar cuál fue el punto de su consolidación o hasta dónde llegará el pico de sus virtudes. De momento, el 2025 ha dejado una nueva gran proeza con Luz Diabla, que, dirigida de manera conjunta por Gervasio Canda, Paula Boffo y Patricio Plaza, celebró su estreno en Sundance y necesitó menos de un año para rebasar el centenar de selecciones. No conforme con ello, cosechó múltiples reconocimientos en el camino, incluyendo varios premios calificadores al Oscar, con los que se posicionó entre los cortos más laureados de la región del año. El futuro luce igual de brillante para su tridente: Canda con El elegido, Boffo con Santa Sombra, y Plaza con Diarios negros.

Rosana Urbes (Safo, Brasil)

El talento de Rosana Urbes le ha permitido construir una filmografía diversa que va del corto independiente a la superproducción Disney. Aunque este recorrido sería suficiente para ubicarla entre los grandes talentos animados de la región, el 2025 ha dejado uno de los puntos más brillantes de su carrera con el Premio Alexeïff–Parker obtenido en Annecy por su trabajo en Safo. Un logro personal que impacta y debe verse como un triunfo mayor para una industria brasileña que empieza a retomar su nivel tras un periodo de incertidumbres, pero que necesitaba un espaldarazo de confianza a escala global para recordar su grandísimo potencial. No menos importante, una satisfacción mayor para una animación iberoamericana que hoy más que nunca puede asegurar que uno de sus pilares fundamentales está de vuelta.

Arturo y Roy Ambriz (Soy Frankelda, México)

Arturo y Roy Ambriz sellaron su paso a la historia desde el estreno de Soy Frankelda y, con ello, del primer largometraje stop motion del cine mexicano. La hazaña no terminó aquí, sino que comenzó un asombroso viaje que crece día con día. Actualmente es la animación mexicana más taquillera después de la pandemia y ocupa el undécimo lugar histórico en la taquilla de la animación mexicana. Más allá de los números, el filme refrendó los lazos entre las audiencias del país norteamericano con la animación nacional, al tiempo que abrió las puertas a una franquicia que promete expandirse a límites insospechados. No conforme con esto, la mancuerna también fue fundamental en la producción de Women Wearing Shoulder Pads, que creada por Gonzalo Córdova, se alzó como la primera serie en español de Adult Swim. Nos queda claro que el filme dirigido por los Ambriz todavía tiene muchas alegrías por dar, pero de momento podemos decir sin temor a equivocarnos que su obra ha consolidado a la escritora fantasma como uno de los personajes más importantes en toda la historia de la animación iberoamericana.