¿El niño de Buffalo Kids es el mismo de Cuerdas? Es una pregunta recurrente entre quienes han visto el largometraje dirigido por Pedro Solís García y Juan Jesús García Galocha. La respuesta, para quienes aún no lo sepan, es un rotundo sí. Aunque ya lo hemos dicho anteriormente, es importante reiterar que si te gusta uno de estos títulos seguro disfrutarás con el otro. Un recordatorio que se torna más relevante aún por los temas abordados en ambas producciones, que apuntan a la representación de las personas con discapacidad, así como a la búsqueda de una mayor empatía por parte del resto de la sociedad.

¿Quieres más? La animación lo hace posible. A continuación te dejamos cinco obras iberoamericanas que debes ver si te gustó Buffalo Kids.

Momias (Dir. Juan Jesús García Galocha, España)

Momias y Buffalo Kids. Dos películas que en primera instancia parecen no tener conexión alguna, cuando lo cierto es que ambas comparten un lazo inquebrantable al tratarse de la primera y la segunda producción de Core Animation. Narrativamente hablando son muy distintas entre sí, lo que podría convertirse en una de las primeras grandes cualidades de un estudio que de momento no ha mostrado ninguna intención de repetirse a sí mismo. Sin embargo, sí que tienen elementos en común importantes, como la calidad técnica y el deseo de abordar temas importantes que puedan tornarse benéficos para la sociedad. En cualquier caso, lo mejor es ver ambas obras sin comparaciones y dejarse llevar por los primeros grandes pases del que tiene todo para consolidarse como un gigante de la animación iberoamericana.

Ian, una historia que nos movilizará (Dir. Abel Goldfarb, Argentina)

Al igual que Buffalo Kids, Ian, una historia que nos movilizará parte de un niño real con parálisis cerebral. Se trata de Ian, cuyos padres atestiguaron el sufrimiento de su hijo ante la gran cantidad de estigmas que padecen las personas con discapacidad, lo que los motivó a la creación de una fundación y a la realización de diversos contenidos de todo tipo con el fin de generar consciencia en la sociedad. El objetivo último: erradicar cualquier tipo de rechazo y construir una sociedad más tolerante. En este caso particular, el laureado corto animado muestra sin tapujos a un chico que padece ante las barreras autoimpuestas por una sociedad dividida y que le impiden estar con otros niños que lo miran con recelo. Al menos hasta que la empatía se sobrepone y deja ver que todos somos iguales. Por cierto, si quieres más pruebas de su calidad, no está de más decir que la producción corre a cargo de Juan José Campanella.

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Rutas (Dir. Alejandro Imondi, Argentina)

¿Cómo es la vida para una persona con discapacidad? Rutas, cortometraje basado en Herramientas claves para una ruta de atención articulada para personas con discapacidad de Suzanne Duryea y MarÍa Antonella Pereira, y producido por Osa Estudio para el Banco Interamericano de Desarrollo, nos ofrece un vistazo a través de una joven con Asperger quien comparte el duro proceso que debe enfrentar para inscribirse a la universidad pública de su ciudad. Una importante planeación, seguida de un largo recorrido y el verse sometida siempre a las mismas preguntas. “Después de seis horas y veinticinco minutos lo logramos”, comparte la protagonista, para luego preguntarse “¿qué pasa con aquellos a los que les resulta aún más difícil”. La obra muestra la necesidad de articulación de servicios para personas con distintos tipos de discapacidad, al tiempo que muestra algunas claves para lograrlo. Sus mensajes de inclusión y su gran calidad le valieron el Premio Quirino 2021 a Mejor Animación Iberoamericana de Encargo.

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Un disfraz para Nicolás (Dir. Eduardo Rivero, México)

Fotosíntesis Media siempre ha aprovechado el poder de la animación para la creación de un mundo mejor, lo que puede apreciarse en cada uno de los títulos que integran su filmografía. Pero si hay uno que marcó un antes y un después en los esfuerzos del estudio mexicano es Un disfraz para Nicolás, sobre un niño con síndrome de Down cuya madre le confeccionaba un disfraz cada cumpleaños con el fin de estimular su imaginación. La realidad del pequeño cambia cuando ésta fallece, pero esto no le impedirá adentrarse en una fantástica aventura en la que demostrará a su no del todo tolerante primo que el amor y la bondad pueden romper cualquier frontera. Ganó importantes reconocimientos como el Ariel a Mejor largometraje de animación y el Premio Quirino a Mejor largometraje de animación iberoamericano, pero más importante fue que su entrañable historia y sus importantes mensajes de empatía le convirtieron en un título imprescindible. Es, junto con Buffalo Kids, uno de los esfuerzos más ambiciosos por la representación al interior de nuestras industrias.

Cuerdas (Dir. Pedro Solís García, España)

Resulta imposible ver Buffalo Kids sin pensar en Cuerdas, ese emotivo cortometraje que ganó virtualmente todo, incluyendo los corazones de un público que lo ha convertido en un título muy querido por todos. Los paralelismos no son casualidad, sino una expansión deliberada por parte de Pedro Solís García, quien anhelaba llevar la enternecedora relación de sus hijos a los terrenos del largometraje. Es precisamente por esto que ambos títulos comparten algunos elementos primarios básicos, así como algunas escenas clave que sin duda ocupan un lugar especial en el corazón del cineasta. Esto no significa que cuenten la misma historia, pues a pesar de las francas similitudes, tienen tramas muy distintas. En lo que sí coinciden es en su capacidad para estremecer al público con una trama entrañable que obliga a mirar más allá de las diferencias físicas de todo tipo para centrarnos de lleno en el interior de cada persona.

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