Crítica: Carne de Dios
Carne de Dios es un corto que debe verse, pero sobre todo, uno que debe ser digerido, reflexionado y debatido.
10 de enero de 2023Por Luis Miguel Cruz
Entender al grueso del bloque iberoamericano suele ser una labor desafiante. Hablamos de países cuyas bases se asientan de lleno en la multiculturalidad. Las complicaciones se deben a que ésta no fue paulatina, ni obtenida desde la comprensión y el diálogo, sino que vino de golpe. Hablamos de un choque directo entre pueblos diametralmente opuestos. Una hibridación violenta cuyas secuelas aún pueden apreciarse en numerosos aspectos de la vida cotidiana y entre los que sobresale la constante lucha por definir una identidad propia.
En una animación iberoamericana que cada ves realiza mayores esfuerzos por exaltar a las culturas originarias de estos territorios, sólo era cuestión de tiempo para que una producción mostrara otras caras. En este caso, el crédito corresponde a Carne de Dios, cortometraje dirigido por Patricio Plaza y realizado bajo el sello de Ojo Raro. Un reto mayor al tratarse del proyecto debut del novel y ambicioso estudio argentino.
Las acciones nos trasladan al México colonial, no el de las grandes edificaciones que aún se erigen en la actualidad, sino el remoto que se extendía por valles y montañas. Vemos a un fraile español gravemente enfermo que es llevado por un nativo con una curandera local. Es así como el religioso termina siendo el eje central de un ritual que lo conducirá por caminos inesperados.
Si hay algo que aplaudir de Carne de Dios es su capacidad de plasmar lo universal desde lo particular. Hablamos de una historia que se desarrolla en el México del siglo XVII, pero que es capaz de representar pasado, presente y futuro no sólo del bloque latinoamericano, sino de numerosos países del mundo que padecieron una colonización en el pasado. Esto se aprecia en lo narrativo, pero realmente sale a relucir en lo simbólico con todo tipo de sutilezas que recuerdan en todo momento que estamos ante mundos opuestos que han encontrado el modo de coexistir de algún modo. El franco nerviosismo del religioso al encontrarse con la curandera; el hecho de que ésta posea piezas divinas de carácter católico y prehispánico, el ritual que entrecruza violentamente ambos mundos en una especie de conquista invertida. Ideologías que se han aceptado–¿o se han resignado?–, pero que han sido incapaces de erradicar el recelo.
Si hay un elemento que así lo demuestra es el Cristo oscuro. No daremos mayores detalles, pero es que no podemos dejar de mencionar la brillante profanación que Patricio Plaza realiza al máximo símbolo católico para tratar de mostrar lo que tantos pueblos debieron sentir cuando se les dijo que sus deidades eran paganas, incluso malignas. La ironía radica en que, a pesar de la renuencia a la cultura prehispánica, el hombre civilizado siempre termina por rendirse ante ella de un modo u otro. El fraile en cuestión no es sino una representación de incontables europeos que recurrieron a sus rituales en busca de consuelo o placer, una tendencia que lejos de detenerse, sigue extendiéndose hasta nuestros días.
Todos estos mensajes se ven potenciados por un exquisito despliegue técnico entre los que sobresale el diseño. Al igual que muchas otras producciones iberoamericanas contemporáneas, Carne de Dios tiene una clara influencia del anime. Lejos de conformarse con la imitación de la estética nipona, el cortometraje la fusiona con elementos de corte europeo como son el belga y el francés. El resultado es sorprendente y contribuye a crear una atmósfera inquietante que impera en todo momento.
Esto incluye momentos de luz, que son muchos, que se tornan incómodos por las ya mencionadas dualidades. También los de oscuridad, que en este salen a relucir por un magnífico uso de colores cyberpunk. Una decisión arriesgadísima al tratarse de una paleta inusual para este tipo de narrativas, pero que sirve para que el ritual del religioso vaya de lo profano a lo violento y lo sexual.
Carne de Dios es un corto que debe verse, pero sobre todo, uno que debe ser digerido, reflexionado y debatido. Es también un debut sumamente prometedor para Ojo Raro y que nos obliga a seguir muy de cerca sus futuros proyectos. Es, finalmente, una obra que deja muy en claro que el audiovisual iberoamericano tiene muchos terrenos pendientes por explorar y que la animación tiene todo lo necesario para asumir la responsabilidad.
Ficha técnica
- Título Carne de Dios
- Dirección Patricio Plaza
- Año 2022
- País Argentina, México
- Técnica 2D
- Voces Humberto Tortonese, Cecilia Rivera Martínez, Francisca Ramirez
- Disponible en N/A