Puede que The Glassworker sea la primera animación tradicional 2D hecha en Pakistán y la película debut de Mano Animation Studios, pero las responsabilidades que todo esto implica para nada intimidan al equipo encabezado por el director Usman Riaz. La mejor prueba de ello es que, lejos de conformarse con lo más básico, la producción apunta a lo más alto al inspirarse directamente en Ghibli Studio.

«Studio Ghibli es una gran inspiración. Son mis héroes», asegura el cineasta [vía], quien nunca limitó el interés al visionado de las cintas, sino que lo extendió por otros apartados como los libros de arte. «Aprendí muchas cosas sobre la realización de películas de ellos».

Usman Riaz se une así a una larga lista de realizadores animados que confiesan su pasión por el estudio japones y la enorme influencia que este ha tenido en su obra. Una inspiración comprensible si consideramos que Hayao Miyazaki e Isao Takahata figuran entre los directores animados más talentosos de todos los tiempos, pero también porque ambos se convirtieron en referentes del 2D en una industria animada que apuntaba cada vez más a lo computacional. Su defensa simbólica de la técnica fue clave para seguir demostrando el enorme potencial de ésta y en el camino motivó a muchos otros jóvenes artistas que veían en ella una mejor posibilidad de incursionar en la industria desde producciones más independientes.

No menos importante es que el cineasta pakistaní enfatiza que la inspiración no se limitó a la estética, ya que puede apreciarse en muchos otros aspectos del film, siendo la trama el más importante de todos. «La historia es clave. Me encanta la animación. Me encanta el arte, pero si la historia es hueca detrás de la animación, entonces solo tienes un montón de imágenes bonitas«.

Aunque The Glassworker ha resonado con fuerza en numerosos certámenes, siendo Annecy 2022 el más importante de todos, Usman Riaz mantiene la humildad al asegurar que «no soy Hayao Miyazaki o Mamoru Hosoda… son maestros en su oficio«. Nadie pone en duda esto último, pero sólo el tiempo dirá si el pakistaní termina sumándose a esta selectísima lista de artistas en un futuro.

Después de todo, el mayor legado de Ghibli es sin duda la forma con la que la producción realiza el film. «Es un trabajo de amor«, asegura el cineasta. «Es una carta de amor a las películas que crecí viendo y las películas que amo. Espero que la gente encuentre algo que les encante de nuestra película cuando la vean».

Confiamos en que así será. Las primeras imágenes dejan claro que estamos ante una película de gran calidad. A esto sumemos el apoyo desde la producción ejecutiva de Manuel Cristóbal, productor de títulos como El bosque animado (2001), Arrugas (2011) y Buñuel en el laberinto de las tortugas (2018) y quien ha aprovechado cada oportunidad para alabar el proyecto y el trabajo del joven realizador.

The Glassworker relata la historia del joven Vincent y su padre Tomas, quienes dirigen el mejor taller de vidrio del país. Al menos hasta que su realidad se ve alterada por una guerra que se acerca y de la que no quieren formar parte. Sus vidas no sólo se ven sacudidas por el conflicto, sino por la llegada al pueblo de un coronel y su hija Alliz. Ambos jóvenes terminan enamorándose, pero la relación se complica por las distintas opiniones políticas de sus padres, que impactan en una época donde el amor y las libertades pasan a segundo término frente al patriotismo y la posición social.

La película no tiene fecha de estreno, pero está contemplada para algún punto del 2023.