Tras más de 20 años en la producción animada, el portugués Nuno Beato da el salto a la realización de largometrajes con Os Demonios do meu Avó. Difícilmente podría haber elegido una ópera prima más fascinante.

Tras sufrir un repentino ataque de estrés, Rosa deja la ciudad y emprende un viaje para reencontrarse con su abuelo, al que no visita desde hace años. Al llegar a una propiedad aislada en medio de la nada, se encuentra con la noticia de que falleció, no sin antes legarle el terreno y el edificio en ruinas. Llevada por el remordimiento y la necesidad de encontrar un nuevo camino, intenta reconstruir la casa y los campos. Pero no está sola. Un grupo de figuras pintadas parece cobrar vida a veces, aconsejándola y guiándola tal y como lo haría su abuelo. Un encuentro vital para que la joven termine con los demonios que la aquejan, pero también con los que acompañaron a su abuelo en vida.

Además de su conmovedora historia, dotada de aires de tragedia, pero también de esperanza, Os Demonios do meu Avó sobresale por muchos otros aspectos. Tal es el caso de su complejidad técnica al combinar el 2D con stop motion, que a su vez resulta en un importante salto de calidad para la animación portuguesa. Los lusos no estuvieron solos en el esfuerzo, al tratarse de una coproducción entre Portugal, España y Francia. Sus logros ya han comenzado a palparse tras formar parte de la selección de Contrechamp del Festival de Annecy 2022.

Y finalmente la universalidad de su mensaje resaltada por el propio Nuno Beato. “La historia es global y, aunque tiene lugar en Portugal, toca muchos temas del mundo actual. Comenta cómo abandonamos los pueblos pequeños y el campo por las grandes ciudades, por las prisas y por tener este tipo de estilo de vida moderno y estresante”.

Póster de la película