Hubo un tiempo en que Netflix parecía ser el paraíso de todos aquellos realizadores que no encontraban cabida para sus proyectos de ensueño. Esta situación ha cambiado, al menos por ahora, como consecuencia de una importante baja de suscriptores en la plataforma, la primera de toda su historia, que a su vez resultó en un decremento de sus acciones. Las medidas no tardaron en llegar: el despido de 150 empleados, 70 de los cuales pertenecían a su división animada.

Las secuelas de esta mala racha continúan manifestándose. Así lo asegura The Hollywood Reporter que habló con distintas fuentes al interior de la compañía. Todas confirman que el titán del streaming quiere hacer películas más grandes y mejores, sólo que en una cantidad considerablemente menor. O como uno de los citados asegura “el objetivo será hacer la mejor versión de algo en lugar de abaratar por el bien de la cantidad”. Una situación que afectará a títulos animados y de acción real por igual.

La lista de títulos sacrificados incluye los “costosos proyectos de vanidad” que daban vía libre a los cineastas de renombre. El medio pone como ejemplo The Irishman que dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci tuvo un presupuesto superior a los $175 mdd. “Esta tendencia de hacer todo por atraer talento se irá”, confirma una de las fuentes entrevistadas, no sin antes aclarar que siempre habrá espacio para las excepciones.

Es fácil suponer que , serie animada que adaptaría la saga fantástica de Tui T. Sutherland y que contaría con el respaldo de Ava DuVernay como productora ejecutiva, fue cancelado por esta iniciativa. Caso similar al de Kung-Fu Space Punch de Jorge Gutiérrez y que tendría conexiones directas con Maya and the Three.

De hecho, el director mexicano no pudo evitar opinar al respecto en sus redes sociales, donde se mostró agradecido por haber tenido la oportunidad de hacer su anhelada miniserie.

“Feliz y eternamente agradecido de haber creado Maya and the Three durante esa época dorada. Aún más agradecido de que el espectáculo haya sido experimentado por tantos en todo el mundo. Renuncié a una película de WB Lego (y todo eso implosionó justo después de que me fui) para venir a Netflix Anim y porque hicimos Maya, no me arrepiento de nada. La lección es siempre confiar en tu instinto, seguir tu corazón y usar tu cabeza. Y siempre SIEMPRE estar listo para mostrar los proyectos que te apasionan”.

El creativo sugirió además que su épica prehispánica quizá no habría sido posible con estas medidas [vía]. “La mayoría de los espectáculos y películas de animación originales creados con amor y apoyados saludablemente con presupuestos increíbles y libertad creativa durante esta era nunca existirían según los nuevos estándares de hoy. ¡Así que un brindis por todos los que hicieron sus «proyectos de pasión» y pudieron compartirlos con todo el planeta!”

Estas medidas no significan que Netflix hará a un lado la animación. La mejor prueba de su compromiso con este arte llegará en Annecy con una completísima exhibición de todos los proyectos animados en puerta.