La animación es cine. Por esto mismo, cada vez es más común que público e instituciones celebren a los responsables de estas obras. No solo a los directores, sino a los artistas de los distintos departamentos que hacen posible la magia animada. Tal es el caso de María Pulido, directora de arte de Mariposas negras, y quien ha sido reconocida con el premio Cordobesa del Año, otorgado por Diario Córdoba.

“¿Posiblemente el premio más especial que he recibido? No tengo dudas”, puede leerse en las redes sociales de la artista. “Ser cordobesa del año es un sueño que ni estaba trazado. Un regalo más en este 2025 tan cargado de emociones”.

Las razones tras el galardón pueden rastrearse desde las más diversas líneas. De inicio, honra su destacada labor en un título que arrasó en la más reciente temporada de premios, lo que incluyó certámenes de máxima jerarquía como los Goya, los Quirino y los Platino. Más allá del prestigio que las estatuillas representan, esto ha potenciado el importante mensaje del filme, que apunta a un tema que exige soluciones urgentes, como son los refugiados climáticos.

La propia María Pulido ha sido parte fundamental de estos esfuerzos al fungir como representante de la producción en múltiples eventos y proyecciones, incluyendo la celebrada en su natal Pozoblanco.

También exalta su trayectoria, cuyos créditos incluyen títulos de animación como Soy una tumba (Khris Cembe, 2019), Nacer (Roberto Valle, 2021) y Los Wawies (Ton Pernas, Eva Pérez Misa, 2024), así como de acción real como Antonio Machado. Los días azules (Laura Hojman, 2020) y Bristol (Sergi Merchan, 2020). Esto sin olvidarnos de su trabajo realizador al frente de Bottle Battle (2016).

Todo esto nos conduce directamente a un deslumbrante futuro que apunta a la dirección de su proyecto de cortometraje Tsunami, que “narra el tránsito y la evolución personal de su protagonista en el proceso de cambio de hogar”, pero que también pasa por otros proyectos de máxima jerarquía como Cave of Dreams y Tadeo Jones 4. Y lo que se vaya acumulando, que hoy día María Pulido se ha posicionado de lleno entre los talentos animados más celebrados de nuestra región.

Su influencia no termina aquí, ya que la artista también se ha convertido en fuente de inspiración para las nuevas generaciones de talentos que apuntan con un creciente interés a cada vez más áreas de la animación, entre las que sobresale la dirección de arte. Una labor que ella misma describe como “traducir palabras a imágenes. Consiste en tener una mirada muy periférica de lo que quiere dirección, de lo que necesita el proyecto y enfocarlo hacia el punto de qué es lo que quiere ver la audiencia también”.

El reconocimiento a María Pulido no solo celebra una trayectoria brillante, sino que confirma el lugar que la animación, y quienes la hacen posible, ocupa en el imaginario cultural actual. De lo íntimo hasta lo colectivo, su trabajo sigue sumando imágenes que emocionan y recuerdan que detrás de cada plano hay una mirada que lo hace posible.