Lulina e a Lua ya había demostrado sus grandísimas cualidades en numerosos escenarios de todo el mundo, pero el cortometraje brasileño dirigido por Alois Di Leo y Marcus Vinicius Vasconcelos realmente se colocó en boca de todos cuando los Premios Quirino revelaron la lista de finalistas de su edición 2024. Esto recordando que la obra en cuestión es el título con más candidaturas del encuentro iberoamericano junto con Robot Dreams. Una victoria en sí misma y que obliga a recordar el largo camino enfrentado por la producción.

Y es que hoy todo es felicidad, pero lo cierto es que el viaje no siempre ha sido sencillo. De hecho, ha estado repleto de retos y cambios de rumbo que han sido bien afrontados por los responsables. Así lo comparte Marcus Vinicius Vasconcelos en entrevista [vía].

“La idea original nació de la posibilidad de que un niño fuera a la luna a dibujar como si la luna fuera una infinita hoja en blanco. A partir de esta idea, comenzamos a desarrollar un proyecto de serie que presentamos en MIFA Pitches 2015. Por varias razones, el proyecto de serie nunca sucedió, pero sobrevivió y se desarrolló con los recursos de Ancine”.

El cineasta compartió que durante el desarrollo del proyecto, el cual duró entre diez u once años, “pensamos en la posibilidad de un largometraje y un corto”. A pesar de que las bases estaban ahí, los cambios en los modelos de la industria supusieron desafíos adicionales.

“Es un proyecto en el que siempre hemos creído. Y como nuestras políticas culturales funcionan en oleadas, el mercado mismo cambió mucho. El streaming lo cambió todo. Para hacer frente a estas oscilaciones, a veces se cancela un proyecto que es interesante porque no existen condiciones para que exista […]. Aunque los distribuidores quedaron cautivados por la propuesta, les pareció un proyecto artístico durante los laboratorios de creación de la serie. Y luego pensamos, somos una productora más artística. Entonces, llevamos a Lulina a lo que tiene más que ver con nuestro ADN. Ahora creo que lo tenemos. Es una película para el público sin pretensiones: una película clara y objetiva, pero que tiene el tratamiento que damos a nuestros cortos. Entonces creo que en este formato queda más claro qué es Lulina para nosotros también”.

Finalmente, Marcus Vinicius Vasconcelos no perdió la oportunidad de  celebrar que “el corto fue una forma de decir: ‘no, pongamos esto en el mundo, y sucederá en algún momento, de alguna manera’. Y sí, está sucediendo. Además, hoy en día creo que Lulina es un largometraje (estamos trabajando en esto); ya no es un proyecto de serie…”.

El viaje de Lulina e a Lua continuará en lo Premios Quirino 2024. ¿Y después? El futuro es un lienzo en blanco y nuestra tierna protagonista no deja de pintar.