Guillermo del Toro dejará el live-action para concentrarse en la animación
Guillermo del Toro aprovecha su paso por Annecy 2023 para invitar al rescate de la animación, para compartir sus planes animados y para lanzar una importante recomendación a los jóvenes artistas.
15 de junio de 2023Por Staff
Guillermo del Toro es un apasionado del cine, pero es sobre todo un eterno enamorado de la animación. De hecho, su plan iniciar era dedicarse a este arte, pero como suele pasar, la vida le llevó por otros caminos. Con altas y bajas, todo salió bien y el mexicano pudo regresar, convertido en uno de los mejores directores del mundo, al sueño que lo empezó todo. Un auténtico viaje del héroe que resultó en Pinocchio y que próximamente continuará con la adaptación de The Buried Giant. Pero esta historia apenas empieza. Así lo confirmó durante el Festival Internacional de Cine de Annecy 2023.
“Hay un par de películas de acción real que quiero hacer, pero no muchas. Después de eso, sólo quiero hacer animación. Ese es el plan”, confesó el realizador. Palabras que tranquilizan a una industria que no para de agradecer lo hecho por el cineasta, cuyo talento y popularidad han sido fundamentales para inculcar la idea en el público de que el cine no es un género ni es sólo para niños, sino que es cine y arte.
El cineasta recordó que el arte animado ha seguido ganando territorio con producciones recientes. “Los éxitos de Spider-Verse, Teenage Mutant Ninja Turtles y Mario están moviendo las cosas, lo que permite un poco más de libertad, pero aún quedan grandes peleas”, aseguró. “La animación es para mí la forma más pura de arte, y ha sido secuestrada por un grupo de matones. Tenemos que rescatarla. [Y] creo que podemos introducir un montón de cosas buenas en el mundo de la animación como un caballo de Troya”.
Guillermo del Toro también aprovechó su paso por Annecy para ofrecer su opinión sobre los artistas especializados en esta disciplina. “Somos los raros en esta sala. Sus familias piensan que son inútiles y eso es bueno”, aseguró, provocando una sonora carcajada entre los asistentes a su masterclass. “Todos los animadores son bichos raros, pero los animadores de stop motion son los más raros de todos; están en el ala del asilo para lunáticos violentos. ¿Por qué? Porque están ejecutando una forma de arte que es demasiado lenta, demasiado dolorosa, demasiado antigua”. Pero no se asusten, que el mexicano piensa que “no creo que se deba ser práctico ni racional para crear arte, el arte es la cosa más necesaria para este mundo material, para el mundo espiritual. Y el stop motion es mi religión”. Nos ponemos de pie ante sus palabras.
Explicó también que su pasión por esta técnica se debe a que “en otro tipo de animación hay una computadora entre el creador y la imagen. El stop motion es, en mi opinión, la más hermosa de todas las formas de animación porque es la más íntima y es, literalmente, una conexión entre el animador y el modelo físico. Es la forma más cercana a jugar con tus juguetes”. Enfatizó además que “necesitamos cosas que sabemos que están hechas por personas para recuperar el espíritu humano. Me encantan las cosas que parecen hechas a mano. Odio la perfección”.
Finalmente, el ganador del Oscar por Pinocchio aprovechó el marco de Annecy para lanzar un importante mensaje a todos los jóvenes artistas que buscan abrirse camino en la industria. Una que parece cada vez más complicada, ya que en palabras del mexicano, está “más orientada a sacar beneficios y a destruir tu arte”.
El cineasta compartió que sólo ha realizado doce películas de entre los más de cuarenta guiones que ha escrito y que incluso hoy día numerosos estudios siguen rechazando sus propuestas. “Todavía me dicen que no. En los últimos dos meses, me rechazaron cinco proyectos. Pero no desaparecerán […]. El único consejo que puedo darles es que su tasa de productividad frente a sus esfuerzos seguirá siendo frustrantemente difícil y frustrantemente larga. Y siempre se encontrarán con imbéciles. Pero tengan fe en las historias que quieren contar”, concluyó. Nadie mejor que él para este tipo de consejo, pues fue precisamente así como Pinocchio se hizo realidad. O como él mismo aseguró, “toda mi carrera se ha tratado de que no me importe un carajo. Voy a seguir intentando hacerlo”.
Podemos dormir tranquilos. Guillermo del Toro ha regresado a la ruta animada y no piensa abandonarla nunca más.