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Cómo la animación se acerca a su potencial artístico con el Spider-Verse

El Spider-Verse ha comenzado una nueva revolución animada, una muy necesaria para la industria.

7 de junio de 2023
Por Staff
Cómo la animación se acerca a su potencial artístico con el Spider-Verse
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Por Viridiana Torres y Luis Miguel Cruz

¿Qué tienen en común Don Quijote y Las meninas? Sabemos que se trata de una pregunta inusual, de modo que la replantearemos por ¿qué tienen en común Leonardo da Vinci, el MoMA y Spider-Man? Aquí es cuando todo se pone interesante y nuestro sentido arácnido empieza a resonar. Sobre la primera interrogante, Javier Portús sintetiza diciendo que “una es una novela sobre la novela, y la otra una pintura sobre la pintura”. En cuanto a la segunda, que dicho sea de paso, es más engañosa de lo que parece, cualquiera que haya visto Spider-Man: Across the Spider-Verse responderá que los tres elementos se entrecruzan en una feroz batalla del primer acto. Una respuesta correcta, pero sólo a medias y que invita a mirar más allá de la telaraña.

Hacer animación es difícil. Hablamos de una industria en que el más mínimo detalle es meticulosamente debatido y desarrollado. Un pequeñísimo error puede costar meses de trabajo y fuertes sumas de dinero. Con todo esto como premisa, no deja de ser curioso que el prólogo de la secuela arácnida inicie con Gwen Stacy y Miguel O’Hara combatiendo a un Vulture davinciano en el Museum of Modern Art de Nueva York. Todo esto ante la mirada atónita de los visitantes que no pierden la oportunidad de preguntarse qué tipo de obra tienen ante sus ojos. Esto invita a que las audiencias se realicen cuestionamientos similares ante una producción que desde sus primeros minutos pinta como inclasificable. El elegante toque final es escuchar a la heroína bromeando sobre lo metanarrativa de la situación, valiéndose además de este mismo término. Nada es casualidad, sino una elaborada introducción a una obra que llega decidida a cambiarlo todo.

Spider-Man Across the Spider-Verse Spider-Man 2099 Vulture Da Vinci

Por años, la animación ha batallado con estigmas que todos conocemos. Etiquetas como género o infantil por nombrar algunas… Son muchos los que han hecho hasta lo imposible por cambiar esta perspectiva y aunque es pronto para cantar victoria, las bases para una nueva visión parecen bien establecidas. Quizá por esto, cada vez son más los representantes de la técnica que empiezan a interesarse por otro tipo de objetivos. Entre los más urgentes está su consolidación como una expresión artística en el imaginario colectivo. Desde ahora, Spider-Man: Across the Spider-Verse es un título clave para lograr la meta.

Muchos han ambicionado el objetivo con anterioridad, pero como reza el lema arácnido, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Con esto nos referimos a que un verdadero cambio en la mentalidad del público requiere, entre muchas otras cosas, de una visualización a gran escala. Grandísima. Como la de esta película y Pinocchio antes que ella. Es precisamente por esto que Guillermo del Toro ha aprovechado cada oportunidad para exaltar los valores del filme, consciente que Miles Morales tiene lo necesario para continuar con la misión.

 

Revolución arácnida

Los amantes de la animación hemos sido afortunados. En un periodo aproximado de tres décadas hemos podido atestiguar varias revoluciones animadas. No hablamos de producciones meramente innovadoras, sino de aquellas que cambiaron todo de un modo u otro. La consolidación del 3D, el desafío al emporio Disney, la globalización del animé, la resurrección del stop-motion… ¿en que consiste la del Spider-Verse?

Spider-Man Across the Spider-Verse Spider-Man India Mumbattan

Describir sus aportaciones es una labor complicada. Muchos se han limitado a elogiar la manera en que su estética emula al material fuente y asegurar que ésta marcará la nueva gran tendencia de la industria. Tal vez esto último sea cierto, pero asegurar que este es el logro definitivo de la araña parece una visión reduccionista. También hemos escuchado sobre cómo Spider-Man: Across the Spider-Verse nos conduciría por seis universos distintos, una proeza que ha sido celebrada sin ser plenamente comprendida fuera del gremio animado. Si esta secuela merece pasar a la historia es por la manera en que demuestra que la animación es arte. No con ese enfoque complaciente que se ha dado al cómic, que parece condenado a ser visto como poco más que arte popular. Hablamos de arte en estado puro.

El objetivo era llevar a la gente por un viaje”, asegura el director Justin K. Thompson en entrevista con The New York Times, “tener una celebración de todos estos increíbles artistas”. Todos los que hemos visto la película podemos decir al unísono: misión cumplida

 

Una nueva forma de hacer animación

Regresemos a las preguntas iniciales, novela sobre novelas y pintura sobre pinturas, ¿recuerdan? Spider-Man: Across the Spider-Verse está construida sobre esta misma premisa, sólo que de un modo un tanto más elaborado. Inicia como la adaptación de un cómic y como tal, es una animación sobre comics. Todo bien hasta aquí, pero su narrativa y estética se apoya tanto en el material fuente que también puede ser descrito como un cómic sobre comics. Aquí es cuando todo empieza a complicarse, ya que la producción no se conforma con esto.

Spider-Man Across the Spider-Verse Spot arte experimental 2

La película se apoya considerablemente en todo tipo de producciones animadas a través del tiempo, lo que también le permite ser catalogada como una animación sobre animaciones. Ahí está el villanesco Spot, inspirado en los videojuegos Portal y Portal 2, pero dotado de una estética que parece más extraída de un cortometraje experimental que de un blockbuster hollywoodense. Ni qué decir de los escenarios que cambian dependiendo de las emociones de los personajes, una decisión que luce altamente innovadora, cuando realmente fue extraída de una película con más de 70 años como Cinderella. Así lo confiesa el propio Thompson al explicar que “cuando era niño, recuerdo haber visto la escena en la que las malvadas hermanastras rompen el vestido de Cenicienta, y los fondos y el entorno comienzan a reaccionar ante este trauma emocional por el que está pasando”.

 

Pero atención aquí, que algunos de los escenarios también son auténticos cuadros. Ya sea en las intenciones, como los muros que parecen acuarelas que escurren cuando la desesperanza aqueja a nuestros personajes, o en la referencia directa con lo que parece ser un Kandinsky a las espaldas del capitán Stacy durante su encuentro con Gwen. Esto resulta en un viaje que va más allá del multiverso arácnido y que se extiende por las más diversas corrientes artísticas: renacentismo, expresionismo, modernismo, street art e incluso pop. Un recorrido valiente con el que Spider-Man: Across the Spider-Verse asciende como una película animada sobre pintura.

Se convierte además en una dignísima heredera de otras producciones animadas contemporáneas como The Windshield Wiper, Love, Death + Robots – Jibaro y Star Wars: Visions – Sith. ¿Se dieron cuenta? ¡Todos estos títulos son cortometrajes! Los dos primeros fueron realizados por Alberto Mielgo, quien suele trabajar a sus personajes desde el lienzo. No está de más decir que el cineasta formó parte del equipo de producción de la primera entrega arácnida Into the Spider-Verse. El último corresponde a Rodrigo Blaas, quien convirtió los impactos de sables en manchas de pintura que estallan ante nuestros ojos. Una osadía que ha convertido a estas y otras animaciones en obras de arte sobre el arte mismo. Y todavía hay quienes dudan del poder de la técnica.

Esta concepción dota a Spider-Man: Across the Spider-Verse de una categorización que deambula entre lo curioso, lo inusual y lo improbable, mas nunca en lo imposible. Estamos ante un blockbuster experimental. Dos opuestos en la teoría, ya que la etiqueta experimental suele quedarse en las libertades del corto y del largo independiente, pero difícilmente suele aplicarse a un cine comercial que busca seguridad en los convencionalismos. Al deambular por esta ruta, la araña exhibe todo el poder de la animación. Aquello que sólo puede hacerse mediante este arte  y que difícilmente puede aplicarse al live-action, tan limitado por las barreras físicas y por el fotorrealismo que exige el ojo humano. Estamos ante la prueba irrefutable de todo lo que la animación puede lograr si se le brinda espacio, libertad, creatividad y visibilidad. No por nada, lejos de mostrarse intimidados por el futuro, cada vez son más los artistas que manifiestan su emoción ante lo que podrían hacer a partir de ahora. El reto está ahí, la puerta ha sido abierta y el público parece listo para dar el salto de fe.

Spider-Man Across the Spider-Verse batalla Mumbattan concept

Y aquí viene lo mejor de todo. Adentrarse en la literatura con Don Quijote o en la pintura con Las meninas parece arriesgado, pero es difícil no verse tentado a hacerlo. Después de todo, es imposible no sentir admiración y curiosidad cuando uno se planta ante obras de este calibre, las cuales revolucionaron el modo de hacer y entender el arte. El caso de Spider-Man: Across the Spider-Verse es similar, pues la película ha generado un diálogo pocas veces visto dentro de la industria animada. Las redes sociales están inundadas de cuestionamientos de un público ansioso por conocer los secretos ocultos tras la telaraña, lo que incluye dudas sobre el diseño de los personajes, el uso del color, el timing e incluso el significado de los elementos simbólicos que pueden apreciarse en distintos momentos de la historia. Los artistas, por su parte, aprovechan cada oportunidad para explicar y de este modo, acercan un poco más al mundo a su arte. Uno que ha sido incomprendido por generaciones, pero que parece estar cada vez más cerca de posicionarse en el lugar que siempre ha merecido.