Si Carlos Gómez Salamanca se ha convertido en uno de los mayores talentos a seguir de la animación iberoamericana es por lo singular de su obra. El director no disfruta de los convencionalismos, sino que aprovecha su experiencia para trasladar distintos elementos propios de las artes plásticas a cada uno de sus proyectos. El más reciente ejemplo es Yugo, cortometraje de stop motion realizado con el uso de polvo metálico de carácter industrial y que es aprovechado para exaltar los mensajes de la historia.

Al igual que muchos otros directores que han sobresalido en este formato, es imposible dejar de preguntarse si el colombiano interesado en llevar sus cualidades al terreno del largometraje. Radix habló en exclusiva con el cineasta, quien adelantó que ya trabaja en su ópera prima, la cual tendrá una compleja mezcla de técnicas con el fin de alcanzar una pieza artística única.

«Actualmente tenemos en desarrollo nuestro primer largometraje de animación, que es un formato muy interesante. Es en coproducción [de Nocroma] con la empresa productora española Jaibo Films. Se llama temporalmente Desechable. Es una obra original mía y de Diego Cañizal, y allí estamos explorando una combinación entre animaciones hechas directamente en realidad virtual y animación 2D y otro tipo de técnica«.

¿De qué va? Carlos Gómez Salamanca nos explicó que «es la historia de un habitante de calle que ha descubierto una droga que le da superpoderes y que lo lleva a una aventura motivado por una venganza personal contra el poder político corrupto de Colombia. Estamos explorando estas nuevas técnicas entre análogo y realidad virtual para los momentos en que toma la droga, para este tipo de alucinación estamos tratando de experimentar, nos parece una excusa perfecta para experimentar técnicamente».

El proyecto todavía no tiene fecha de estreno, pues apenas se encuentra en sus primeras fases de desarrollo. «Estamos trabajando, apostando el guion, haciendo el plan de financiación», detalla el realizador. «Acaba de estar en la incubadora en Madrid, fue uno de los cinco proyectos que seleccionan allí anualmente, que es esta incubadora de desarrollo de proyectos cinematográficos. Esperamos pronto tener más avances gráficos«, asegura claramente emocionado.

Pero antes de que Desechable sea una realidad, el cineasta tiene una cuenta pendiente con Yugo. De momento, el cortometraje continúa con su recorrido por distintos festivales, pero próximamente se expandirá con una pieza complementaria que permitirá conocer sus procesos más a fondo.

«Casi siempre los proyectos tienen un costado artístico», nos asegura el colombiano. «No soy solo una persona que hace cortometrajes o películas, sino que esto tiene unos universos que son muy ricos al nivel del desarrollo de las ideas. La pieza no es sólo la pieza terminada, sino que alrededor hay una investigación y unos desarrollos que me gusta compartir con el publico de modo que la gente la vea, pero también procesos detrás. Ese ánimo lo hemos llevado desde Carne donde hicimos unas video instalaciones; en LUPUS hicimos un documental web interactivo; con Yugo, como ya teníamos este espacio hecho, pensamos que sería interesante habitarlo realmente. Estamos construyendo una experiencia virtual que tiene que ver con entender estas nuevas lógicas narrativas donde ya no hay fotogramas, no hay espectadores, donde hay una movilidad espacial, donde hay que pensar incluso en términos teatrales y arquitectónicos la narrativa. Se parece muchísimo al arte donde se recorre una exposición, o se vive un performance o se aproxima a una instalación. Los primeros avances que tenemos son muy prometedores y la debemos tener en noviembre de este año».

Es así como Carlos Gómez Salamanca se compromete a seguir sorprendiéndonos con una obra única que lo posiciona entre los creativos más ambiciosos del panorama animado contemporáneo.