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Adrià García: «Mi ambición siempre ha sido trabajar el 2D para buscar un camino diferente»

El director nos comparte qué podemos esperar de su adaptación y nos revela sus teorías sobre nuestra afición por los piratas.

24 de octubre de 2022
Por Luis Miguel Cruz
Adrià García: «Mi ambición siempre ha sido trabajar el 2D para buscar un camino diferente»
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Adrià García sólo necesitó una película para convertirse en figura de la animación española e iberoamericana. Nos referimos a Nocturna, su ópera prima con la que demostró una enorme destreza en lo técnico y lo narrativo, así como una gran comprensión de la audiencia infantil. Han pasado más de diez años desde entonces, pero el cineasta está de vuelta en el terreno animado con El tesoro de Barracuda.

Se trata de una adaptación del cuento infantil homónimo escrito por Llanos Campos y cuya estética se basará en las ilustraciones realizadas por Julia Sardà para el impreso original. La historia nos introduce con el capitán Barracuda y su obsesión por encontrar el tesoro más codiciado por todos los piratas. Pero para lograrlo deberá contar con el apoyo de un aliado sumamente improbable: Chispas. Una niña que se hace pasar por niño para sobrevivir entre los bucaneros, y quien es la única persona que sabe leer de toda la tripulación. Por consiguiente, la única capaz de descifrar los enigmas que oculta el mapa del tesoro.

El tesoro de Barracuda fue uno de los proyectos presentados en Weird Market 2022. Radix habló en exclusiva con el director Adrià García en el marco del prestigioso mercado español.

 

¿Qué es El tesoro de Barracuda?

El tesoro de Barracuda es una historia de aventuras basada en un libro que estamos intentando de traer al mundo de la animación. Es un relato de aventuras que también habla de valores modernos. Es también un proyecto en el que he estado trabajando este último año. Vamos a ver si conseguimos sacarlo adelante.

 

¿Qué fue lo que te atrajo de este proyecto?

Es un proyecto que vino a mi desde la productora. Por un lado, creo que es muy importante ver que compartíamos objetivo de hacer una película de una escala determinada, pero intentando cuidarla bien, volviendo a la animación tradicional y rescatando el espíritu de las ilustraciones que ya había en las bases del libro original. Había unas ilustraciones que tenían mucha riqueza, que jugaban a no ser realistas o súper clásicas, sino a recuperar un estilo que realmente potenciase la parte del 2D. Mi ambición siempre ha estado ahí, trabajar el 2D para buscar un camino diferente. Creo que antes todo el 2D sí que era más clásico y ahora tenemos recursos para jugar con texturas, con el trazo y apostar por cosas más expresivas. Entonces ahí, ese buscar trasladar el mundo de la ilustración infantil a una peli animada, es algo que me atrajo desde el principio. Me ha atraído siempre y que te den la oportunidad de hacerlo [sonríe]. Luego ves que está ya en marcha y ves que funciona porque la historia es un libro que también, tanto para mí como con mis hijos creo que funcionaba bien. Vamos a ponernos para darle una oportunidad al proyecto.

 

Es un libro querido por muchos lectores, ¿cómo afrontas el reto de hacerle justicia?

Bueno, ahí estamos trabajando en el guion. Ninguno somos muy estrictos porque es un buen libro, pero tampoco es una franquicia con un fandom que te vaya a estar acosando por Twitter como tal [ríe]. Pero sí que somos respetuosos en el espíritu, sobre todo. Hay cosas que hay que hacer funcionar como película y ahí nos hemos dado plena licencia para decir ‘este es el universo –que es lo que más me gustaba– y estos son los objetivos, los movimientos principales’. Pero después vamos a jugar a crear una historia cerrada con personajes, con una estructura que a nivel de ritmo funcione para una película y en ese aspecto no nos limitamos nunca.

Yo creo que es más eso. De vez en cuando volver al libro a ver si encontramos algo rescatable que nos hemos dejado, que nos interesa, que está preocupados por ser súper estrictos, súper respetuosos. Más sacar lo bueno.

 

¿Y qué hay de la fidelidad estética?

Nos damos licencia plena para modificar. Yo creo que es más el espíritu de jugar con las ilustraciones de los personajes, no intentar ser muy realistas, sino buscar unas proporciones que sean más exageradas. Intentar ser más extremos, que creo que la animación nos permite un poco más. Incluso jugar con la idea de percibir lo que es el trabajo manual detrás de la animación. No buscar ese perfeccionismo de recrear volúmenes de forma racional, sino buscar cómo mantener eso que hacen los ilustradores tan bien de poner el detalle donde hace falta detalle, dejar las cosas más expresivas, más desdibujadas donde haga falta. Es un poco eso, manejar esos lenguajes.

 

Hablando de esto último, ¿por qué la animación siente tanto aprecio por la imperfección?

Yo creo que lo hace más cálido, más humano. En el 3D sí que hubo una fase inicial, pero ahora la tendencia del 3D es rescatar esa imperfección que tiene, por ejemplo, el stop motion. Lo tiene intrínsecamente porque son objetos reales, aunque sean 3D. En 3D más tradicional sí que se trabaja mucho eso de la imperfección. Vamos a buscar algo que no sea una geometría o una superficie lisa; cómo hacer que algo sea realmente natural y no de plástico. Que no veamos una máquina detrás, sino que realmente veamos a los artistas.

 

¿Qué innovaciones técnicas podemos esperar de El tesoro de Barracuda?

Nada súper concreto. Sí es verdad que para los teasers siempre hemos trabajado cómo se debería de dar esa degradación de la imagen, que tampoco estamos inventando la rueda. Simplemente es cómo unir esos elementos que ya existen para darle ese carácter más vivo. Aún no hemos directamente implementado técnicas nuevas, pero yo creo que están. Son técnicas que están ahí y al final es una manera de cómo se conjuga todo. Lo que sí que hemos trabajado, pero que no vamos a ser los primeros tampoco es en esa idea de trazar incluso después con el tema de la animación algo más gestual para que tenga la vibración de trazo más enérgico y no siendo súper estrictos con un modelo ortodoxo que siempre tenga que ser igual. Discriminar un poco entre planos o secuencias para que si una tiene un carácter más enérgico, poder jugarlo más con ese aspecto. Creo que visualmente queda muy bien y nos mantiene en este mundo del que hablamos.

 

Fue el proyecto más puntuado para las ayudas del ICAA, ¿qué representó esto para ti?

Sobre todo en los proyectos que estamos aquí en desarrollo, cualquier noticia positiva, no hace sino atraer más noticias positivas [ríe]. Entonces, desde ese punto de vista sí que es empujar un poquito más para que el proyecto sea cada vez un poquito más real. Por supuesto que nos da aire fresco. Los tiempos en animación, de desarrollo son siempre muy largos. Son películas que son intrínsecamente caras porque es una técnica que requiere mucha mano de obra. Y claro que todo lo que sea una buena noticia nos ayuda.

 

No te puedo dejar de preguntar ¿por qué nos gustan las historias de piratas?

Pues no lo sé, porque además es algo como un universo que nos hemos creado nosotros mismos. Estos piratas de los que hablamos, estos piratas que tienen una parte más payasa, pero que también pueden darnos miedo. Para mí, siempre está el clásico de La isla del tesoro que además es del punto de vista de un niño, tiene muchos puntos en común con nuestra historia… pero es eso, hay ese contraste de la aventura realmente peligrosa y la parte divertida que atrae y que es esa idea de aventura, libertad. Los piratas reales [ríe], ya son otra historia. Son interesantes también, pero a otro nivel. Pero sí que es eso, al igual que el western, que es un género con sus propios códigos, el mundo de los piratas, ese de la literatura y el cine, es un universo casi creado y sobre todo muy a medida de los niños. Se nos transporta a ese mundo de aventura donde todo es posible y sobre todo a raíz de ver en mis hijos de cómo realmente es una fase de fiebre pirata que pasamos por muchos hogares, creo que es un mundo que sobrevive, van pasando generaciones y se va transformando. Siempre encuentran su nicho.

 

Hablando de La isla del tesoro, ahí está Jim Hawkins o están los niños de The Goonies, ¿qué lugar ocupará Chispas, protagonista infantil de El tesoro de Barracuda, en este imaginario?

¡Ojalá encuentre su lugar! Sí que lo veo como una puesta al día de esos valores, pero sí que queremos jugar sobre todo la carta de la aventura que te atrape. En su atmósfera, que te tenga en vilo, en sus temas de valores y demás. Es un es una capa más que se ha adecuado para la sociedad actual. Pero sí que ojalá tenga la repercusión para encontrar ese sitio en el panteón de clásicos piratas.

 

Han pasado varios años de Nocturna, ¿cómo te sientes de volver al largo animado con más madurez realizadora?

Nocturna fue un proyecto que salió cuando estábamos aprendiendo todo [ríe]. Y ahora [Barracuda] es un proyecto que se hace más desde la experiencia. Desde mi punto de vista tengo mucho más control, por así decirlo, de ser consciente de cuál es el proceso. Mientras que Nocturna sí que fue un poco más una aventura de lanzarse y vamos a ver cómo acaba esto. Aparte que la tecnología ha avanzado un montón, porque Nocturna aún estábamos en un momento papel. Casi todo se hizo en papel a nivel de animación y ahora son otras generaciones, otros ritmos de trabajo, se pueden hacer más cosas visualmente y también por esa razón yo creo que se puede experimentar un poquito más sin que sufran tanto los tiempos o que haya que reinventar la rueda cada vez. Yo creo que la animación ha ganado un poquito de inmediatez, de tener capacidad de probar cosas, porque antes era todo mucho más medido. Todo tenía que estar todo súper racionalizado. Yo creo que a medida que la técnica nos lo permite, somos capaces de ganar un poquito de espontaneidad. Tienes un poco de margen para probar cosas. Pero sobre todo, la idea de que ahora con todo lo aprendido durante todos estos años, vamos a ver si podemos organizar algo que funcione.