Mejores películas iberoamericanas de stop motion
Nunca perdamos de vista que el stop motion ha alcanzado un pico de calidad en nuestra región.
20 de febrero de 2023Por Luis Miguel Cruz
El stop motion ya es una técnica fascinante por sí sola. De hecho, muchos cineastas aseguran que buena parte de su encanto radica en que deambula en la línea que divide la animación de la acción real. Después de todo, las marionetas requieren ser manipuladas para alcanzar la ilusión de movimiento, lo que no impide su existencia en un mundo material y tangible que contribuye a dar una sensación de cercanía con las audiencias.
Estas cualidades le ayudaron a resistir con fuerza el auge del 3D que por un momento parecía condenarle. No sólo eso, sino que han garantizado un resurgimiento por todo lo alto. El futuro está garantizado y luce brillante. Celebramos una de las técnicas más queridas por los amantes de la animación con un recuento de las mejores películas iberoamericanas de stop motion, cada una de las cuales ha puesto muy en alto el talento de los artistas de nuestra región.
6. Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe (Dir. Walter Tournier, 2012)
Walter Tournier ya era una leyenda del stop motion iberoamericano cuando incursionó en el terreno del largometraje. Esta inmersión, sin embargo, expandió todavía más su legado en lo histórico al ser la primera película uruguaya de stop motion, pero también en lo narrativo al inspirarse en la historia real del marino Alexander Selkirk quien fuera abandonado en una isla desierta por su capitán. Finalmente, en lo técnico, con una producción de un altísimo nivel en la que sobresale su exquisito diseño. ¡Todo un clásico de nuestra región!
5. Os Demónios do Meu Avô (Dir. Nuno Beato, 2022)
Bastan tres palabras para explicar la grandeza de Os Demónios do Meu Avô del portugués Nuno Beato. Tradicionalismo en la elección de la técnica, pero también en los materiales por esa profunda conexión con el barro y la historia por el modo en que contrasta lo añejo y lo moderno. La fantasía, por esas continuas inmersiones en el mundo de los demonios de barro que no es tan distante al que habitamos en la realidad. Finalmente, la identidad por esa exaltación de nuestras raíces que no sólo no deben perderse nunca, sino que deben ser apreciadas y valoradas por su riqueza.
4. O Apóstolo (Dir. Fernando Cortizo, 2012)
Su capacidad para dar la ilusión de vida hace que la animación sea mágica por naturaleza. En el caso de stop motion, estas sensaciones se magnifican por el hecho de que la técnica está sustentada en lo real y lo tangible. Fernando Cortizo sacó estupendo provecho de estas propiedades con O Apóstolo, una lúgubre historia que nos traslada a lo más hondo de España para introducirnos en un mundo donde el escepticismo contemporáneo se ve desafiado por el misticismo del territorio. Pocas leyendas han sido llevadas a la pantalla con tanta destreza.
3. La casa lobo (Dir. Cristóbal León, Joaquín Cociña, 2018)
Si los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña se han convertido en dos referentes del stop motion es por su capacidad para tomar el aura fantástica que rodea a la técnica y distorsionarla hacia lo macabro y lo pesadillesco. No hay mejor ejemplo que La casa lobo, que aborda el caso de Colonia Dignidad como si de un oscuro cuento de hadas se tratase, deambulando continuamente entre la más inocente magia y el más crudo realismo hasta que este último termina imponiéndose en una de las producciones que mejor ha demostrado el enorme poderío de la técnica.
2. Bob Cuspe: Nós Não Gostamos de Gente (Dir. Cesar Cabral, 2021)
Sólo un genio como el brasileño Cesar Cabral podría haber concebido una película como esta. Una historia cuya excentricidad la hace virtualmente inclasificable y que se vale de una exquisita metanarrativa para invitar a los más diversos cuestionamientos, que van de la búsqueda de una identidad propia a los incontables dilemas que rodean al artista y su obra. El más interesante de todos es la interrogante sobre quién está detrás del otro. Todo esto, con la lucha desesperada de Bob Cuspe en un desierto postapocalíptico que no es sino una brillante representación de la crisis creativa que atraviesa el creador del personaje, Angeli.
1. Pinocchio (Dir. Guillermo del Toro, Mark Gustafson, 2022)
Guillermo del Toro siempre ha sido un apasionado del stop motion. Aunque los caminos del creativo y la técnica se separaron por años, en el fondo muchos confiábamos en que el reencuentro sólo era cuestión de tiempo. El cruce se dio en el momento justo, con el mexicano completamente consolidado, lo que aunado a su visión y su talento resultó en la mejor película de stop motion de todos los tiempos. Pinocchio, el anticipado pico de calidad tras el reciente resurgimiento de la técnica es orgullosamente iberoamericano.