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Crítica: O Apóstolo

Es tiempo de reconocer a O Apóstolo como una obra maestra de nuestras industrias.

1 de diciembre de 2022
Por Viridiana Torres
Crítica: O Apóstolo
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Mucho se ha hablado sobre los logros del stop motion iberoamericano contemporáneo. Uno de los primeros casos de éxito se dio en España con O Apóstolo. Rastrear su legado puede ser complicado por una serie de problemas con la distribución, pero ahora que su equipo encabezado por el director Fernando Cortizo ha recuperado los derechos, es tiempo de reconocerla como una de las primeras joyas de la técnica en la región durante los últimos años y como una auténtica obra maestra de nuestras industrias.

La película sustenta sus bases sobre el terror con la historia de un convicto recién fugado de prisión que trata de recuperar un botín escondido varios años atrás en una apartada aldea, ignorante de que lo que ahí le espera supone una condena mayor de la que consiguió escapar. Su mayor riqueza radica en que si bien se apoya en algunos tropos del género, nunca renuncia a los esfuerzos por plasmar una identidad muy propia.

Lo primero no implica clichés de ningún tipo. Todo lo contrario, pues las referencias son sutiles y elegantes. La falta de color y el exceso de neblina del misterioso poblado en el que se desarrollan las acciones remiten a los clásicos de Universal Monsters; la posición de la cámara invita a pensar en más de una ocasión en referentes del expresionismo alemán como Das Cabinet des Dr. Caligari (2020); si de inspiración germana se trata, el personaje de don Cesáreo tiene un diseño netamente murnauiano que en más de una ocasión recuerda al conde Orlok de Nosferatu (1922).

Lo segundo es simplemente exquisito. Lejos de emular la fórmula de tantísimas producciones que se decantan por territorios conocidos mundialmente como Salem, el guion escrito por el mismo Fernando Cortizo construye su propio pueblo maldito basándose de lleno en el imaginario español. Ver O Apóstolo es casi como adentrarse en regiones ibéricas marcadas por el misticismo como Soria, Trasmoz o Zugarramurdi. Es como leer Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, o incluso las cartas más inquietantes inmortalizadas en Desde mi celda a cargo del mismo autor. Es adentrarse en los viejos mitos de las meigas y la Santa Compaña.

Es finalmente un juego de contrastes y por consiguiente un choque directo entre el mundo moderno plagado por el excepticismo y el de las supersticiones. Opuestos que parecen imposible de unir, pero que conviven diariamente en España y en muchos otros países del bloque iberoamericano.

Si narrativa y simbólicamente es un portento, técnicamente no se queda atrás. Pocas producciones stop motion pueden presumir una combinación tan perfecta y peculiar en modelado y animación. El primero tiene ese carácter artesanal propio del indie, pero también un nivel de detalle sorprendente que puede apreciarse en la estupenda replicación de distintos elementos reales.

Tal es el caso de los arquitectónicos con una Catedral de Santiago de Compostela dotada de hasta del más mínimo detalle, pero también en el reparto con el grueso de los personajes moldeados para remitir a sus intérpretes. Más curioso es el modo en que esto se hace, pues los que pertenecen al mundo ordinario tienen un aspecto realista, mientras que los del extraordinario son caricaturizados, ¿o deberíamos decir caracterizados?, conforme a la naturaleza de sus personajes. Muchos de ellos, dotados de tintes verdaderamente inquietantes. La única excepción es don Cesáreo, que combina rasgos de Xosé Manuel Olveira con los del ya mencionado Orlok.

También en las acciones, como el hecho de que el personaje principal se persigne con la mano izquierda. Una sutileza que, aunada a su pasado y sus objetivos, sirve recordarnos que más allá de lo acontecido en el pueblo, estamos ante un condenado por toda la eternidad. Las reflexiones no terminan aquí, sino que se extienden a la representación de una iglesia inquietante, corrupta y llena de oscuros secretos, y que sigue definiendo el destino de la gente en numerosos territorios.

Hay muchas formas de describir lo hecho por O Apóstolo. Ya sea un logro técnico y narrativo, un canto al misticismo iberoamericano, o una promesa cumplida como una de las primeras referencias del stop motion iberoamericano en los últimos años. Todas y cada una de ellas apuntan a la grandeza y al tardío, pero bien merecido estatus de clásico contemporáneo.

Ficha técnica

  • Título O Apóstolo
  • Dirección Fernando Cortizo (O coidador de gatos)
  • Año 2012
  • País España
  • Técnica Stop motion
  • Voces originales Carlos Blanco, Xosé Manuel Olveira, Geraldine Chaplin
  • Disponible en Sitio oficial de la película (opostolo.com)