Conoce Mi papá el camión: La road movie que replantea qué es el éxito en la vida
María Cristina Pérez y Mauricio Cuervo hablan de su proyecto de largo sobre relaciones familiares y sueños por cumplir.
14 de diciembre de 2023Por Luis Miguel Cruz
Hace tiempo que María Cristina Pérez y Mauricio Cuervo se ganaron un lugar entre los grandes talentos de la animación colombiana. Hablamos de la dupla detrás de Pez Dorado Animaciones, estudio responsable de algunos de los cortos contemporáneos más celebrados del país sudamericano y de toda la región iberoamericana. Tal fue el caso de Coffee Break, que codirigido por ambos artistas, obtuvo la preselección al Oscar tras su victoria en Bogoshorts; o Todo es culpa de la sal, que realizado por Pérez y producido por Cuervo, tuvo el privilegio de ser mundialmente estrenado en Annecy. Los creativos saben que el formato siempre formará parte de su ADN, pero también que es tiempo de mirar hacia nuevos desafíos. Así lo hacen con Mi papá el camión.
“Es mi primer largometraje en animación”, nos dice claramente emocionada la cineasta. “Es la historia de un padre y su hija, y cómo después de perderlo todo por una tragedia natural, emprenden un viaje del campo a la ciudad en busca de una profesión y de un lugar en el mundo. El padre quiere ser camionero, [pero] no logra serlo porque no es bueno en nada, pero ese viaje le permite acercarse a su hija. Al final descubre que su mejor profesión es ser papá”.
Como toda su filmografía hasta ahora, el proyecto también contará con una serie de importantes mensajes. “Habla sobre las expectativas que uno tiene sobre ser alguien en la vida, de tener una profesión o ser exitoso”, asegura la realizadora. Por su parte, el productor resalta que “tiene un trasfondo social. Sus personajes son muy colombianos, es una película muy latinoamericana”. Aunque estos calificativos adelantan una historia cargada de identidad, no tarda en alabar su universalidad desde “las búsquedas vitales de nuestra sociedad”.
Esto último es importante, pues en una industria cinematográfica global que ha posicionado al sueño americano como el máximo destino, este proyecto quiere exaltar lo que en verdad importa desde el más inusual de los anhelos. “Me pareció muy especial que alguien quisiera ser camionero”, explica María Cristina Pérez “En principio es como un sueño que casi nadie tendría”. Una decisión que bien puede atribuirse al valor simbólico del vehículo ya que, “te saca de allá, son tirados con cierta veneración”. De aquí surge un pilar fundamental para que el equipo creativo describa la obra como una tragicomedia con tintes de road movie.
Además del claro poderío de este motorizado elemento, Mi papá el camión también abordará muchos asuntos de interés para la realizadora. El más evidente es la relación entre padres e hijas, que dará continuidad a lo mostrado en Todo es culpa de la sal, sólo que esta vez desde un enfoque más positivo.
Caso similar al de los animales, que suelen tener una presencia importante en su obra. En esta ocasión, la representación se dará con un cerdo que funge como mascota de los personajes centrales. La elección busca enfatizar el absurdo de la dupla, pero también exaltar el animalismo de los artistas detrás de esta obra. De hecho, nos comparten los detalles de una secuencia de alto impacto en la que este ser estará en apuros y la hija es incapaz de conseguir ayuda porque todos ven su muerte como algo normal. Mauricio Cuervo enfatiza que esta continua presencia tiene como como intención “ver al humano desde el lado salvaje, desde el lado instintivo. Es esa lucha entre lo animal y lo civilizado”. Esto último podrá apreciarse con la llegada de los personajes a la ciudad en donde se toparán con los más inusuales habitantes.
Escuchar estos detalles de la voz de ambos creativos eleva las expectativas en torno a un proyecto narrativamente redondo. Sin embargo, es imposible dejar de preguntarnos si la transición del corto al largo mantendrá la inconfundible estética que ha caracterizado la obra de María Cristina Pérez. No sólo en el diseño, sino en el uso de técnicas profundamente artesanales.
La realizadora admite que “me encantaría hacer un largometraje con pintura sobre papel, cuadro a cuadro, tradicional, pero ya lo estamos repensando”. El objetivo es, sin embargo, mantener la esencia de la artista. Así lo confirma su productor al explicar que “será en formato digital, pero heredará esa estética del pintado a mano”.
Aunque el uso de nuevas técnicas supondrá ventajas que se manifestarán en los tiempos de producción y en lo económico, el proceso de investigación y adaptación ha sido uno de los mayores retos para las cabezas de Pez Dorado Animaciones. Mauricio Cuervo explica que normalmente “trabajamos con un sistema que podía asemejarse un poco al live action. Esto permitía que si a María Cristina se le ocurría una secuencia nueva la pintaba y se montaba, era una cosa muy artesanal que seguramente no va a ser en el largo. El cambio es grande y esperamos que la narrativa y la estética no sufran tanto en el proceso”. La buena noticia es que el proyecto cuenta con el todo respaldo de Sultana Films, cuya experiencia en El sueño de la sultana será de gran ayuda para alcanzar el objetivo.
Por su parte, María Cristina Pérez considera que “hacer un largo tiene otros desafíos, otra lógica, otros procesos. Es algo mucho más grande y en ese sentido es un poco diferente”, pero también celebra que “estamos en un momento de descubrir muchas cosas y hemos encontrado mucha gente que nos ha dado muy buenos consejos, que le ha gustado el proyecto. Ese proceso ha sido muy bonito. Estamos trabajando con mucha expectativa y muy abiertos a lo que venga”.
En cualquier caso, lo más importante es la claridad en las ideas de ambos creativos. Ella apunta a una película “que habla sobre sentimientos muy profundos y sobre la humanidad”; él a “una película que tenga un nicho, pero creemos que tiene posibilidad de llegar a un público más amplio”.
La dupla confía en empezar la producción en algún punto del 2024. Una razón más para emocionarnos por un proyecto que luce decisivo en muchos sentidos. En lo personal, al tratarse del primer guion escrito por la realizadora cuando salió de la universidad, cuya historia ha evolucionado de manera importante con el paso de los años y que ahora podría marcar su consolidación autoral. Para Pez Dorado Animaciones que busca dar un nuevo paso de calidad tras varios años posicionándose como uno de los estudios más importantes de su país y de toda la región. También para Colombia al tener lo necesario para ascender como el nuevo éxito de la animación alternativa dentro de la industria nacional. Y por supuesto, para toda Iberoamérica con un proyecto que parece destinado a afianzar a una voz altamente talentosa dentro del bloque.