El Ariel 2022 dejó sensaciones agridulces en su categoría de Mejor largometraje de animación. Un rescate de huevitos se coronó con la victoria, manteniéndose firme como una de las franquicias más importantes de la animación iberoamericana. Sin embargo, recibió la estatuilla en solitario al ser la única cinta inscrita en la terna.

El director Rodolfo Riva Palacio aprovechó su discurso de aceptación para lamentar esta situación, al recordar que “en 2007 la categoría de animación fue abierta por la Academia y entonces la recibió Una película de huevos. Catorce años después y nuevamente estamos solos en esta categoría”.

Asimismo, lanzó un llamado a las autoridades mexicanas al asegurar que “a lo largo de estos catorce años han pasado grandes genios de la animación. Ustedes lo vieron en la categoría de cortos animados, hay muchísimo talento, pero necesitamos mucho apoyo. Necesitamos por supuesto apoyos gubernamentales, subsidios, inversión, distribución. Pero sobre todo que vayan a ver las películas animadas mexicanas. En ese sentido agradecemos profundamente a toda la gente que en este año tan difícil fueron a apoyarnos”.

No es la primera vez que la animación mexicana e iberoamericana lanza este llamado a las autoridades y al público. De hecho, se trata de una petición recurrente y muy necesaria para sacar a relucir todo el talento que hay en nuestras industrias.

La entrega de la estatuilla se dio además con un desencanto adicional, cuando la actriz encargada de presentar la terna, Mayra Batalla, cambió el título del filme por Una película de huevitos. Algo que fue corregido por el cineasta en cuanto subió al escenario y recalcó que “la película se llama Un rescate de huevitos”.

El desliz se suma a otras anécdotas desafortunadas vinculadas con ternas animadas, entre las que sobresale el Oscar que Alberto Mielgo recibió fuera del aire tras la victoria de The Windshield Wiper a Mejor cortometraje de animación.