Las expectativas en torno a Pinocchio son tan elevadas que por momentos resulta fácil olvidar que el proyecto estuvo peligrosamente cerca de no hacerse realidad. Ni siquiera el enorme talento de Guillermo del Toro parecía convencer a los estudios de apostar por la reinvención a la obra de Carlo Collodi. Al final y como viene siendo una costumbre desde hace algún tiempo, sólo Netflix decidió correr el riesgo.

Al final y como ya es una costumbre, el director mexicano terminó por contagiar la enorme pasión que le caracteriza. Por el cine, por su cinta y sobre todo por la animación. Esta última resulta especialmente importante por tratarse de un sueño pendiente.

Puede que Pinocchio represente el primer largometraje animado del cineasta, pero dista mucho de ser su primera inmersión en la técnica. Como prueba basta echar un vistazo a la filmografía del tapatío y sobre todo a sus raíces, tan fuertemente vinculadas con este arte. El esfuerzo está cerca de rendir sus frutos y el resultado luce simplemente brillante.

Hablamos de una versión muy alejada del cuento tradicional y que ubica las acciones en la Italia fascista, lo que invariablemente añade nuevos desafíos al muñeco que sueña con ser un niño de verdad. No es un capricho del mexicano, sino la necesidad de contar una historia familiar de corte maduro, algo muy necesario para los tiempos que corren y “que exigen de los niños una complejidad tremenda” [vía].

Estas alteraciones también repercuten directamente en la propia naturaleza del personaje, quien ha sido equiparado con el monstruo Frankenstein. “Siempre me han intrigado mucho los vínculos”, confesó Guillermo del Toro en su momento. “Ambos son un niño que es arrojado al mundo. Ambos son creados por un padre que luego espera que descubran lo que es bueno, lo que es malo, la ética, la moral, el amor, la vida y lo esencial, por su cuenta. Creo que eso fue, para mí, la infancia. Tuviste que resolverlo con tu muy limitada experiencia”.

De momento, el mundo está al pendiente de la que podría ser una de las mejores películas animadas de todos los tiempos. También de la consolidación decisiva del stop motion que con tanta fuerza ha resurgido en los últimos años. No falta mucho para descubrirlo. Pinocchio, dirigida por Guillermo del Toro y Mark Gustafson, estrena en Netflix en diciembre de 2022.

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