Olivia y el terremoto invisible llegó a Annecy como una de las cartas fuertes de la animación iberoamericana. No solo por ser el único título de la región seleccionado para la competencia oficial de largometrajes, sino también por sus esfuerzos por abordar un tema complejo como los desahucios desde la inocencia infantil. Todo esto, además, en un exquisito stop motion. El filme dirigido por Irene Iborra ha estado a la altura de todas las expectativas, tal como se confirmó durante el estreno mundial, en el que recibió una sonora ovación de pie por parte de los asistentes.

La estupenda respuesta del público es un estupendo indicador de la calidad de la película, así como del enorme talento que caracteriza a la cineasta española y a todo su equipo, integrado por nombres como Isabel de la Torre, Juanfran Jacinto, César Díaz, Paz del Carre y Edu Puertas, por nombrar algunos. Es, a su vez, un reflejo directo de la grandeza artística que puede verse en nuestra región.

La reacción también deja ver el poder de la animación, capaz de abordar temas adultos desde una visión noble y asequible que pueda ser abrazada por todos. Uno de los mayores desafíos de la obra, y que plasma perfectamente el sentir de la realizadora en torno al cine y al arte animado.

“Estoy completamente de acuerdo en que tiene capacidad de redención”, nos aseguró Irene Iborra en su momento. “Luego, capacidad de liberar partes que tenemos dentro, que vemos reflejadas y entonces hay veces que ver una película te libera una parte de ti que estaba enquistada y que te da aire. Entonces el cine para mí es redentor, es liberador. Es vivencial, es una vivencia o una emoción que luego da sentido a la vida en determinados momentos. Que te salva, es salvador. Bueno, para mí es que el cine, ¿qué te voy a decir?”.

Finalmente, es un impulso importante en la carrera por el Cristal. Algo que para nada debe tomarse a la ligera si consideramos lo importantes que han sido los distintos galardones de Annecy en el arranque de títulos que terminaron ascendiendo como fenómenos animados de escala global. Los mejores ejemplos son Robot Dreams y Flow.

Olivia y el terremoto invisible nos introduce con la niña titular, su hermano pequeño Tim y su madre Ingrid, quienes son expulsados de casa y tienen que empezar de cero en otro barrio. Mientras Ingrid hace malabares para resolver la situación, Olivia se inventa una fantasía protectora para su hermano y para ella: todo lo que viven no es real, están rodando una película. Pero esta invención tendrá consecuencias inesperadas. Afortunadamente, a su alrededor se formará una nueva y pintoresca familia con la que vivirán rocambolescas aventuras. Entre risas, llantos, magia y amistad, descubrirán que son los increíbles héroes cotidianos de sus propias vidas.

Es una coproducción entre España, Francia, Bélgica y Chile a través de las productoras Citoplasmas Stopmotion, Cornelius Films, Bígaro Films, Vivement Lundi!, Panique! Production y Pájaro. Cuenta con la participación de Televisión Española, 3Cat, À Punt y Movistar Plus+. Con el apoyo del ICEC (Institut Català de les Empreses Culturals), ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales), IVAC (Institut Valencià de la Cinematografia), Ayuntamiento de Barcelona e Ibermedia.