Si de calidad se trata, la animación iberoamericana no entiende de fronteras. Así se ha demostrado hasta el cansancio y ahora Nayola de José Miguel Ribeiro y Pasajero de Juan Pablo Zaramella vuelven a demostrarlo. Esto luego de que ambas producciones triunfaran en el Festival Internacional de Animación de Stuttgart.

El largometraje portugués fue condecorado con el Animovie Award a Mejor película. El cortometraje argentino, por su parte, se llevó el Premio del Público. En ambos casos, los reconocimientos se suman a un larguísimo palmarés que no para de crecer. Los galardones recibidos son especialmente relevantes al darse en uno de los festivales animados más importantes del mundo. Finalmente, no está de más decir que las estatuillas recibidas representan un valioso espaldarazo previo a los Premios Quirino a celebrarse el 13 de mayo y donde los dos títulos fungen como finalistas.

Nayola es una adaptación de la obra teatral Caixa Preta de Eduardo Agualusa y Mia Couto, la cinta gira en torno a tres generaciones de mujeres azotadas por la guerra civil angoleña: Lelena (la abuela), Nayola (la hija) y Yara (la nieta). El pasado y el presente se entrelazan. Nayola parte en busca de su marido desaparecido durante el conflicto. Décadas después, el país finalmente está en paz, pero Nayola no ha regresado. Es así como Yara termina convirtiéndose en una adolescente rebelde y en una cantante de rap subversiva, pero sobre todo en una joven que no deja de idealizar a su madre como una heroína en tiempos de crisis. Una historia trágica que entrecruza la realidad y la ficción, los recuerdos y la ensoñación, y las más profundas esperanzas con los peores miedos.

Pasajero, por su parte, narra un viaje por la conflictiva relación entre un hombre, su entorno social y sus códigos. Esto, como no podía ser de otro modo, desde la singular y muy divertida visión del cineasta argentino, quien nos introduce en un tren donde las cosas no siempre salen como uno espera.

Dos de los títulos más celebrados del panorama animado contemporáneo y que más allá de cualquier premio festivalero, van ganándose el estatus de clásicos instantáneos. ¡Que sigan los éxitos!