La otra forma de Diego Guzmán ha tenido un paso destacado por algunos de los festivales más importantes del mundo. Tal es el caso de Sitges, donde ha cosechado uno de sus mayores logros tras hacerse con el premio a Mejor largometraje de animación de la sección Anima’t.

El mérito tiene mayor valía si consideramos que se trata de una ópera prima. Una bastante arriesgada, además, dada la naturaleza de su historia que nos introduce con una humanidad obsesionada con las estructuras cuadradas. También por ser una de las dos producciones iberoamericanas que formaban parte de una terna integrada ocho películas, la cual era ampliamente dominada por Japón y Francia. Finalmente, porque la otra producción iberoamericana era Unicorn Wars de Alberto Vázquez que figuraba entre las favoritas de la categoría.

Al final, la cinta colombiana superó todas estas adversidades para alzarse con la victoria. Una especialmente gratificante para el país sudamericano que en los últimos años ha mostrado ha realizado varios esfuerzos por fortalecer su industria.

Durante la premiación, Diego Guzmán agradeció al festival por “esta ventana tan necesitada para las películas de animación”, así como a su equipo, su familia y todos aquellos que le dieron consejos durante la producción.

No fue el único reconocimiento para la animación iberoamericana, ya que Unicorn Wars ocupó la tercera posición en el voto del público, demostrando una vez más la fuerza de la técnica entre las audiencias. Finalmente, el premio a Mejor cortometraje de animación fue para el francés Ecorchée de Joachim Hérissé.

Es así como Sitges reitera su compromiso con la industria animada de Iberoamérica y el mundo. Con espacios que ayudan a romper viejos mitos para demostrar que no es una técnica ni es sólo para niños.