La cultura argentina se tambalea ante los duros y continuos golpes sufridos por la industria cinematográfica del país sudamericano. El gobierno encabezado por Javier Milei ha confirmado una serie de severos recortes en la financiación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) que incluyen la baja de todos los contratos que se vencen el 31 de marzo de este año. La resolución, publicada en el Boletín Oficial bajo la denominación Suspensión de Erogaciones Económicas en el marco de racionalización de recursos forma parte de la emergencia pública contenida en el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Esto no es todo.

El director designado por el gobierno para el organismo fílmico, Carlos Luis Pirovano, adelantó una serie de movimientos que impactarían de lleno en la animación. Los detallamos a continuación.

La derogación quitaría la financiación al Festival de Cine de Mar del Plata, certamen que se remonta al año de 1954. También atentaría contra Ventana Sur, el mercado cinematográfico más importante de América Latina y que cuenta con espacios exclusivos para los videojuegos y la animación, como es el caso de Maquinitas y Animation!. No está de más recordar que este último forma parte de La Liga de la Animación Iberoamericana, por lo que cualquier afectación podría manifestarse en la industria de toda la región.

Las autoridades también contemplan clausurar y vender el cine Gaumont de Buenos Aires, uno de los espacios cinematográficos más importantes y emblemáticos de Argentina. Su pantalla representa un espacio imprescindible para las producciones nacionales, lo que por supuesto incluye la animación. Entre los más recientes ejemplos tenemos Cine Bonsai, programa de cortometrajes animados dirigidos a distintos públicos y que han sido complementados por actividades para todos los gustos e intereses. De charlas para los adultos hasta talleres para los más pequeños.

También se considera cerrar la plataforma Cine.ar, plataforma que incluye muchos de los títulos más importantes en toda la historia de la filmografía argentina. En el terreno animado, esto incluye obras de Juan Pablo Zaramella, Lara Maltz, Ignacio Lillini, entre otros.

Numerosos artistas de animación han externado su preocupación, tanto por la industria cinematográfica como por la cultura en general que podría verse seriamente afectada. La industria argentina está en apuros y sólo nos queda manifestarnos a favor de los talentos del país, así como del grandísimo legado de una de las filmografías más potentes de toda nuestra región.