Desde sus primeras etapas de producción, El fantasma de la Quinta, de James A. Castillo, se perfilaba como una de las obras animadas más memorables del panorama contemporáneo. Tanto por su exploración de la última etapa como artista de Francisco de Goya, como por los anuncios posteriores, entre los que sobresalen la actuación de voz de Maribel Verdú y su estreno en Tribeca. La tendencia continúa con la presentación de su póster oficial previo a su apertura en el prestigioso festival estadounidense.

El cartel sobresale por su poderío visual, dominado por una mirada que deambula entre la genialidad y la locura. A esto se suma el potente tagline con el que se adelanta que “todo acto creativo tiene un precio”. Elementos que dan una pista de lo que podemos esperar y que confirman la fascinación del cineasta por el mítico artista.

“Tengo un interés muy profundo en Goya como personaje”, nos explicó Castillo en su momento. “No tanto en su faceta de pintor a nivel de la Corte de España, sino toda la parte que lo ha hecho universal, que es esa capacidad de adentrarse en territorios un poco más oscuros de la naturaleza humana”.

Una cualidad que puede apreciarse en sus Pinturas Negras, las cuales han motivado toda clase de acercamientos a través del tiempo. “Eso se convirtió en la tesis que nos llevó a articular una historia alrededor de ese estudio psicológico de un personaje que prácticamente perdió la razón y casi perdió la vida en el proceso de pintar”, concluye el cineasta.

El fantasma de la Quinta muestra a Francisco de Goya recluido en la Quinta del Sordo, mientras enfrenta la enfermedad, los recuerdos y las visiones inquietantes, exorcizando sus demonios a través de las Pinturas Negras. Sacrifica la paz, la cordura y a sí mismo para inmortalizar su tormento.