Si hay una serie que ha sido decisiva en el rumbo de la animación iberoamericana es D’Artacan y los tres mosqueperros. No sólo brilló en España, sino que sus aventuras emocionaron de sobremanera del otro lado del mundo. Y eso es algo que muy pocos pueden presumir. Quizá por esto su salto a la pantalla grande parecía inminente y más en una época tan claramente dominada por la nostalgia.

La responsabilidad de esta empresa no podía quedar en manos de cualquiera, sino en las de alguien bien familiarizado con el cánido héroe y con los valores de su estudio matriz BRB Internacional. Fue así como Toni García terminaría convirtiéndose en el gran elegido de un proyecto cuyo mayor reto es conquistar a una nueva generación de aficionados sin descuidar al público original. Todo esto, no está de más decirlo, sin perder la esencia de la serie ochentera.

Radix tuvo la oportunidad de hablar con el director Toni García sobre el enorme valor histórico de D’Artcacan y los tres mosqueperros, los retos de dirigir una película que apela a dos generaciones distintas y las dificultades que implicó el llevar personajes bidimensionales a la tridimensionalidad propia de la animación CG. 

Los retamos a ver la entrevista sin terminar cantando para sus adentros el bien conocido tema de la serie que fuera rescatado para esta película.