Guadalupe Sánchez Sosa: primera animadora de México
En 2025 se cumplen 50 años de Mentirosa de Guadalupe Sánchez Sosa, primera animación dirigida por una mujer en México.
9 de diciembre de 2024Por Samuel Lagunas
La animación es un arte en movimiento. Parece avanzar, marchar siempre hacia adelante. Es por ello que en ese ímpetu, mirar hacia atrás represente una anomalía y una urgencia, para que el pasado no se pierda en el vértigo del presente y del futuro.
Hasta ahora, la pregunta por los comienzos de la animación en México ha sido respondida desde coordenadas muy específicas: la animación bidimensional -el dibujo animado, el cartoon– realizada por hombres. Mucho se ha hablado en los libros de historia de la animación mexicana de los primeros cortometrajes de Alfonso Vergara Andrade y su estudio AVA Color en la década de los 30, así como del primer largometraje dirigido por Fernando Ruiz, llamado Los tres reyes magos en 1974, y que bien puede definirse como un híbrido entre los cuentos de hadas de Disney y las comedias rancheras de Ismael Rodríguez.
Menos es lo que se ha dicho de las mujeres que participaban como dibujantes en los primeros estudios instalados en el país, rol al que fueron confinadas incluso hasta los años 80 al interior de los grupos que se encargaban de maquilar a precios bastante bajos contenidos para series norteamericanas de Hanna-Barbera o Cartoon Network. En estos últimos, por ejemplo, una mujer no podía participar en el departamento de dibujo, nada más colorear. Seguramente esta marginalidad a la que fueron confinadas en el gremio es uno de los factores que ha impedido que aquellas artistas que lograron dirigir cortometrajes antes del año 2000 prácticamente sean desconocidas para las audiencias actuales. Los nombres de Lourdes Grobet, Laura Íñigo o Guadalupe Sánchez Sosa pertenecen únicamente al dominio de los especialistas, en los intersticios de un canon donde quienes más reflectores reciben son los hombres. Si pensamos en la afición que tenemos por establecer árboles genealógicos en las historias del arte, la animación mexicana hasta ahora sólo ha tenido padres, no madres.
Contar la otra historia de la animación mexicana requiere empezar por abrazar nuevas preguntas y alumbrar otros desarrollos técnicos y temáticos. Porque mientras Fernando Ruiz impulsaba la imitación y la nacionalización de la técnica del dibujo animado, en las aulas de la Antigua Academia de San Carlos un grupo de estudiantes del fotógrafo y artista visual Carlos Bustamante empezaba a experimentar con el cut-out y el stop motion a la vez que había quienes asumían posiciones políticas e ideológicas que enfrentaban el estatus quo de la época. Dos son los nombres más destacados: el de Paco López, puertorriqueño, quien después dirigiría la célebre memoria anticolonial Crónicas del Caribe (1992); y el de Guadalupe Sánchez Sosa.
Los comienzos feministas de la animación mexicana
Guadalupe Sánchez Sosa nació en Córdoba, Veracruz, en 1955. Migró a la capital del país después de cumplir 18 años para estudiar Diseño Gráfico en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP). En 1975 presentó ante la audiencia de su clase un cortometraje de poco más de un minuto al que tituló Mentirosa. Se trataba de un dibujo animado de una mujer desnuda sentada en un sillón que interactuaba con el espectador al ritmo de la canción Mil veces mentirosa. Lo que parece ser una seducción da un giro inesperado y acaba siendo una burla. Para la realización del cortometraje, Sánchez Sosa realizó más de 150 dibujos, primero en lápiz y papel, y luego en acetatos. Su proceso fue casi intuitivo, ella no tenía mesa de animación y tuvieron que hacer la filmación en la azotea de su escuela. Mentirosa bien puede ser definida como una película donde la figura de la femme fatale es desmontada con ironía. Es también la evidencia de un interés profundo que la artista mantenía en la música, especialmente en la salsa, el merengue y la emergente Nueva Trova Cubana. Es la prueba de una incesante curiosidad y un afán por experimentar que ha marcado su carrera desde el comienzo.
Encuentro ejemplar que la primera animación dirigida por una mujer en México haya sido este juego irreverente y sorpresivo. A pesar de la sencillez de la técnica, la exploración de la sincronización resulta casi vanguardista y el compromiso ideológico que emana de la película desentona con el panorama animado de la época, donde hacía apenas una década la animación anticomunista era la dominante. Y si en Estados Unidos el primer personaje animado fue un dinosaurio creado por un empresario que quería aumentar sus arcas de dinero (en Gertie, el dinosaurio de Winsor McCay), en México esta mujer inaugura una galería de mentirosas que no temen hacer frente a las audiencias y establecer las reglas de su propio mundo. La animación hecha por mujeres en México nació y se ha mantenido feminista desde hace 50 años.
Mientras que Mentirosa careció de un circuito de exhibición, el segundo cortometraje de Sánchez Sosa se convirtió en un emblema. Realizado también como parte de los trabajos escolares, de nuevo en el marco de una clase de Carlos Bustamante, para ¿Y si eres mujer? (1976), Sánchez Sosa decidió hacer algo muy distinto a lo que ya había realizado previamente y eligió el cut-out y el collage como medio de expresión de ideas que provenían de los idearios de la Segunda Ola Feminista, especialmente lo relacionado con el cuestionamiento del papel de las mujeres en el hogar y en la familia, desde la crianza hasta el matrimonio y el parto.
¿Y si eres mujer? se divide en dos partes. En la primera vemos cómo el proceso de socialización confina a las mujeres a espacios bien limitados como la cocina, a la vez que el cuerpo es marcado desde el principio con aretes, colores pastel (especialmente el rosa) y juguetes que buscan reproducir la orientación maternal de la crianza. En esta sección, el cut-out está inspirado en las películas que Sánchez Sosa había visto del canadiense Norman McLaren años atrás.
La segunda parte de la película asienta una declaración política inaudita hasta ese momento en la animación mexicana: la violencia de género tiene una relación directa con otras violencias sistémicas y estructurales presentes en el mundo como la guerra o el hambre. La forma en la que un parto se hila con la sangre de un cuerpo caído por una bala otorga un valor ético-político a la técnica que no había sido explorado antes por otros directores. No es un detalle menor que la canción que acompaña la película es Acerca de los padres compuesta por Silvio Rodríguez e interpretada por Isabel Parra, misma que de hecho fue censurada en Cuba durante muchos años por promover otro tipo de masculinidades.
¿Y si eres mujer? fue distribuida en festivales nacionales e internacionales gracias a la empresa Zafra A. C.; de hecho fue parte de la delegación mexicana que estuvo presente en la primera edición del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana en 1979. Pocos años después, Sánchez Sosa pasó a formar parte del Colectivo Cine Mujer, grupo de mujeres cineastas que hicieron del documental un arma política de denuncia y visibilización.
La labor de Guadalupe Sánchez Sosa en el Colectivo comenzó como animadora, pero empezó a expandirse hacia áreas como el diseño de arte y el diseño de producción. Fueron años en que la técnica animada se orientó hacia el stop-motion y el coloreado de fotografías, como se observa en la secuencia de Trabajo doméstico de la película Vida de ángel (1982) donde hay una exploración minuciosa, que es también una reivindicación y un homenaje, del movimiento que hace el cuerpo de las mujeres al barrer, trapear, lavar trastes o cambiar pañales. Para este momento, es posible afirmar que si había algo que unificaba la obra de Sánchez Sosa era precisamente su preocupación técnica y política por la representación y las posibilidades del cuerpo femenino.
El arte del trabajo y la colaboración
La trayectoria de Guadalupe Sánchez Sosa es también la de la historia de la animación mexicana. Durante la década de 1980 su trabajo se repartió entre realizar películas por encargo, comerciales y trabajo de maquila. En el primer caso, destacan las secuencias similares a las de Trabajo doméstico que realizó como parte de un documental divulgativo de la empresa siderúrgica NKS, ubicada en Lázaro Cárdenas, Michoacán. Desafortunadamente, no hay muchos datos sobre la fecha de realización de esta película, ni su fecha de estreno. Tampoco se ha ubicado una copia completa, únicamente la directora cuenta con un fragmento en video.
En 1983, Sánchez Sosa fue invitada por el gobierno de Sinaloa a realizar el promocional del Primer Festival Cultural de Sinaloa y, en ese mismo año, realizó también una animación para el Instituto Nacional de Bellas Artes con el fin de conmemorar el centenario del nacimiento del pintor José Clemente Orozco.
Durante estos años también fue colaboradora de Fenton & friends donde participó como dibujante de episodios de personajes como El león Melquíades, en el que incluso compartió tareas con el animador cubano Juan Padrón.
Pero su vocación experimental no se había detenido, pues a fines de la década empezó a realizar sus primeros ejercicios de animación digital, lo que la llevaría a participar en la creación del canal de televisión ZAZ, cuyo logotipo fue diseñado por ella en 1990.
Paralelamente a la labor que ya había empezado como diseñadora de arte, maquillista y diseñadora de producción en películas como Frida, naturaleza viva (Paul Leduc, 1983), Barroco (Paul Leduc, 1989) y El coronel no tiene quien le escriba (Arturo Ripstein, 199), Sánchez Sosa inició una relación de colaboración profunda con la directora Maryse Sistach con quien participó en Los pasos de Ana (1988), donde debutó como actriz protagónica, en El cometa (1999) y en Perfume de violetas (2001), película por la que obtuvo su primer premio Ariel en la categoría de Diseño de arte. Fue además la primera mujer en el mundo de la televisión en recibir el nombramiento como Diseñadora de arte en la telenovela La jaula de oro (1997), cargo que hasta ese momento no era reconocido en los créditos ni en el set de filmación de una televisora.
Como animadora, Sánchez Sosa realizó trabajos para áreas gubernamentales, en donde destacan las cápsulas Sismos (1993) sobre prevención de desastres en temblores. También incursionó en la animación por computadora y tridimensional como parte de la empresa Animarte A. C. y junto a Paul Leduc llevando a la pantalla varias de las canciones de Cri-Cri.
Entre el año 2000 y 2001, Sánchez Sosa junto a la escritora Nuria Gómez, participó como directora de la serie de ¿Sabes qué?, así como de algunas cápsulas de Acertijos que se emitían los viernes dentro de la barra de programación de Zapping Zone de Disney Channel Latinoamérica. En ¿Sabes qué? Sánchez Sosa empleó numerosos materiales para contar historias entretenidas e informativas para el público infantil. Al día de hoy, la directora conserva todavía decenas de juguetes, telas y personajes construidos con materiales como plastilina, fieltro, plástico e incluso Cheetos. Se realizaron alrededor de 25 episodios que hoy solamente se conservan en cintas VHS y Betacam.
Una voz propia
En el siglo XXI, Guadalupe Sánchez Sosa encausó su obra hacia un horizonte más autoral, retomando un guion que había realizado en un taller con Eliseo Alberto y algunas ilustraciones que había hecho para la revista Nexos. De ahí nació Niño de mis ojos (2008), cortometraje donde incursiona en la técnica del rotoscopio y en el que participan su hijo Pablo Delgado y su sobrina Citlali Huezo como protagonistas y Tatiana Huezo y Ernesto Pardo como fotógrafos. El proceso creativo de Niño de mis ojos vuelve a evidenciar ese afán experimental que ha caracterizado sus 50 años como animadora, al mismo tiempo que le permite recuperar preguntas sobre el cuerpo y la identidad de las mujeres, ahora respondidas en medio de un triángulo amoroso tan erótico como encantador. Con este cortometraje, Sánchez Sosa fue seleccionada para participar en el Festival Internacional de Annecy en 2009.
En 2014 Sánchez Sosa estrenó su primer largometraje, el documental La primera sonrisa, en el que explora y acompaña a varias mujeres en sus embarazos y partos. La película funciona como un nuevo compendio de las obsesiones que Sánchez Sosa ha mantenido como marca de su estilo y de su imaginería: los cuerpos femeninos, las infancias y todos esos vínculos emocionales y físicos que se establecen entre los distintos cuerpos alrededor de la experiencia del nacimiento.
Esa pregunta que tituló su segundo cortometraje vuelve a aparecer en su más reciente película documental, Mi piel oculta (2022), donde Sánchez Sosa rastrea su propia experiencia vital a través de la vida de otras mujeres. ¿Cómo se habita hoy el cuerpo de una mujer?, ¿qué es lo que define y orienta sus aspiraciones, sus temores, sus deseos?
Para Sánchez Sosa, además, la labor como animadora y artista no termina en la realización de una película, sino que se extiende a la formación como tallerista con distintos públicos y en distintos espacios. También ha sido ilustradora de libros, ha hecho portadas de discos y como cantante formó parte del grupo musical «Un viejo amor» y actualmente participa en un coro.
Desde 2022 el FICValdivia se interesó en recuperar la obra del Colectivo Cine Mujer, dando especial atención a ¿Y si eres mujer?, consiguiendo la digitalización de películas que hacía mucho tiempo no se veían en salas de cine y cuyas copias estaban bastante maltratadas. A partir de ese año, el nombre de Guadalupe Sanchez Sosa ha comenzado a escucharse de nuevo. En 2023 el FICUNAM realizó una retrospectiva del Colectivo, al mismo tiempo que el Festival Internacional de Annecy dedicó su emisión a México como país invitado. En esa ocasión se pudieron ver en las salas francesas tanto ¿Y si eres mujer? como Niño de mis ojos. En ese año se estrenó también el documental Rebeladas, de Andrea Gauttier y Tabatta Salinas que sigue el trabajo del Colectivo desde sus inicios hasta la actualidad.
Simultáneamente en 2023, un grupo de estudiosos y académicos de la Universidad Autónoma de Querétaro comenzaron la construcción del Archivo Guadalupe Sanchez Sosa y, habiendo sido beneficiados con el estímulo del Programa de Fomento al Cine Mexicano FOCINE 2024, llevaron a cabo acciones de conservación y digitalización de más de dos mil materiales de distintos soportes que dan cuenta de todo el trabajo de Sánchez Sosa: juguetes, marionetas, dibujos, acetatos, fondos, fotografías, negativos, diapositivas y piezas de arte-objeto.
En 2025, al cumplirse 50 años de Mentirosa, primera animación dirigida por una mujer en México, la celebración de la obra de Guadalupe Sánchez Sosa no debe detenerse. Si queremos una animación diferente en el futuro, es necesario recordar nuestro pasado también de forma distinta. Recuperar la obra de las pioneras de este arte es una vía para la renovación.
Conoce al equipo del Archivo Guadalupe Sánchez Sosa:
Responsables: Samuel Lagunas Cerda, Ilse Mayté Murillo Tenorio, Patricia Maribel Mandujano Luna, Samira Macías Flores, Guadalupe Sánchez Sosa.
Colaboradores: Luis Fernando Cabrera Castañeda, Camila Shepard, Guillermo Alejandro Torrejón Hernández, Gabriela Estefanía Sánchez Peña, Daniela Guerrero Díaz, Aimeé Guadalupe Godina Mejorado, Claudia Rocío Melo Hernández, Cristian Emmanuel Arriaga López, Camila Itatí Torres Alvarado, Paola Dolores Valencia Gonzaga.
Agradecimientos: Alberto Delgado, Eva N. Fernández, Noyule Jonard, Arantxa Luna, Tania de León Yong, Carlos Bustamante, Citlali Huezo, Tatiana Huezo, Lluvia Anaïs.
Instituciones involucradas: Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Facultad de Filosofía, Acervo Histórico del Fondo del Tesoro, Cineteca Nacional.