El stop motion siempre ha tenido una presencia importante en Iberoamérica. Sin embargo y contra muchos pronósticos, el uso de la técnica se ha disparado en los últimos años, con producciones de todo tipo que han cosechado numerosos reconocimientos a escala global. Los logros han sido tantos que cada vez es más común escuchar que, lejos de una moda pasajera, estamos ante el surgimiento de una verdadera tendencia que promete dar muchas alegrías al bloque y que además podría tornarse decisiva para la consolidación de nuestra industria animada.

Estos éxitos no se limitan a la realización de películas, cortos y series, sino que se extienden por muchos otros esfuerzos. Tal es el caso de Stop Motion Our Fest (SMOF). De origen argentino, es el el único festival de cine de animación con foco en stop motion que se realiza actualmente en Sudamérica. Sus esfuerzos van más allá de la exhibición, pues tiene un claro énfasis en la formación y capacitación audiovisual, además de que promueve el cine y su creación como herramientas transformadoras de la sociedad. Todo esto a través de su competencia, pero también con talleres, exposiciones, clínicas, seminarios, conferencias, cursos y charlas dictadas por referentes de la animación de distintas partes del mundo. Todo esto, además, de manera gratuita con el fin de facilitar el acceso del público a propuestas educativas y formadoras de calidad internacional.

En el marco de su quinta edición, a celebrarse del 22 al 27 de junio, Radix tuvo la oportunidad de hablar con la directora general y programadora de SMOF, Paola Becco, quien compartió su experiencia en estos cinco años de historia y su opinión sobre el auge del stop motion iberoamericano.

A muchos nos encanta la animación, pero el stop motion siempre parece ocupar un lugar especial en el gusto del público. ¿A qué atribuyes estas sensaciones?

El stop motion es fascinante. Todo el universo que como realizador imaginas dentro de esta técnica, lo tienes que crear, el mundo, la historia, lo que cuentas, cada objeto, todo, se crea desde cero. Ese es el plus maravilloso de esta técnica, cada detalle que ves en un corto, largo, serie, etc. está creado, existe realmente.

Por favor explícanos brevemente la historia de SMOF, ¿cómo surge y por qué?

Bueno, somos un grupo pequeño de amigos que desde hace años trabajamos en propuestas culturales vinculadas a los derechos humanos. Yo personalmente tengo formación en artes visuales, y aparte de dar clases en todos los ámbitos formales, también di mucho taller de animación. Y armar un festival, creo que fue un paso natural. Nosotros intentamos fomentar una cultura diversa, plural, y accesible, porque sabemos que las clases dominantes son las que definen el campo cultural, y por ende, las lógicas de consumo.

¿Cuál dirías que es la responsabilidad de SMOF al tratarse del único festival de stop motion en Sudamérica?

No creemos tener una responsabilidad respecto a eso, sí queremos ofrecer una propuesta de festival de animación distinta. Que no solo apunte a la creación, y al ambiente festivo de lo que se supone es un festival, sino también, al diálogo, a la reflexión, a la discusión, al ver dónde estamos parados y hacia donde nos dirigimos como trabajadores de la cultura que somos.

Con cinco años de historia, ¿qué tan desafiante es ensamblar una selección que prioriza una técnica?

Al contrario de lo que uno puede suponer, nosotros recibimos una cantidad enorme de inscripciones de cortos cada año. Y notamos que cada año se reciben más, entonces nos pone muy felices que los realizadores se vuelquen por esta técnica.

¿Qué esperar de la edición 2022?

Cada edición priorizamos la calidad por sobre la cantidad de propuestas. Hacemos mucho foco en la formación. Nosotros somos un festival absolutamente independiente, y a pesar que es un festival que se sostiene en un 95% con el aporte de nuestros propios bolsillos, todas nuestras actividades son con entrada libre y gratuita para el público. Priorizando así, la democratización de las prácticas culturales. Vamos a proyectar 72 cortos provenientes de diversos países, tendremos un laboratorio de proyectos de animación, el encuentro nacional de animadores, el encuentro de RAMA (red de mujeres y diversidades de la animación). Actividades formativas en guion, música y animación, diseño de personajes, dirección de arte, animación para docentes. Ferias de ilustradores, presentación de libros. Charlas sobre la importancia de la animación documental. Nos visitan miembros de ANIMACHI (Chile) y ABCA (Brasil) para conocer la situación de la animación sudamericana junto a todos los animadores de argentina.

Las selecciones latinoamericanas lucen especialmente interesantes con títulos como Los huesos, Pasajero o Yugo, por nombrar algunos…

Sí, este año contamos con una muy buena selección, muchos cortos en estreno, y una calidad increíble. Por suerte tenemos unos fantásticos jurados y a ellos les dejamos la tarea más difícil. Este año nos acompañan jurados de la talla de Sofía Carrillo, Daniel Bruson, Gustavo Kurlat, León Fernández, Georgina Hayns, Frank Passingham, Suzanne Twining, por nombrar algunos.

Por años se especuló sobre la muerte de las técnicas tradicionales de animación ante el auge de la animación computacional, ¿por qué crees que esto nunca sucedió?

Quizás los que hayan especulado con eso hayan sido los mismos que trabajaban en otro tipo de animación [ríe]. Pero si vos te ponés a ver, te das cuenta que el stop motion es la única técnica a la que quizás no le pesen tanto los años como a las demás.

El stop motion ha tenido un repunte importante en el siglo XXI, con grandes estudios como Aardman y Laika, pero también con producciones independientes como Max and Mary o Animalisa, ¿cómo entender esta tendencia?

Bueno, ahí tendríamos que determinar un poco, a cuales películas de Aardman , y cuáles de Laika nos referimos, cuales es el presupuesto de todas las que se nombra, quienes son sus actores de voces. Quién es Charlie Kaufman, por ejemplo. Si bien tanto Anomalisa como Mary and Max nos cuentan historias cautivantes, conmovedoras, muy bien desarrolladas visualmente, el trabajo de Adam Elliot, como director independiente, con todo lo que ha creado me parece muy inspirador.

También se ha convertido en una técnica muy recurrente en Iberoamérica. Como ejemplo los Premios Quirino con Bob Cuspe, Bestia y Frankelda como ganadores de sus máximas categorías, ¿cómo explicar este auge? Acá tenemos 3 producciones Latinoamericanas con un trabajo arduo, minucioso, con historias bien contadas y con una calidad visual excelente, y con muchos años de trabajo atrás, es lógico que hayan alcanzado excelentes resultados cosechando muchos premios y excelentes críticas.

Mucho se ha dicho sobre las complicaciones detrás de la animación CGI en Iberoamérica, ¿pero qué hay del stop motion? ¿Es más sencillo o más difícil?

Bueno, acá en Latinoamérica hay excelentes estudios y animadores independientes de stop motion. Con un acompañamiento acorde de parte de las instituciones culturales, traducido en apoyos, subsidios, llamados a concursos, etc el trabajo de todos los animadores sería mucho más sencillo. Porque la gran carencia es la falta de sostén a este sector. Argentina es un claro ejemplo de eso, el apoyo a la realización de producciones animadas a nivel nacional, no existe.

¿Dirías que estamos en una nueva era dorada de la técnica?

Yo no sé si alguna vez ha mermado en algún período esta técnica. Por supuesto que realizarlo en fílmico como se hacía antes comparado con lo digital de ahora hizo que los costos bajaran y sea una técnica más al alcance de todos, pero siempre ha estado vigente.

A pesar de su buen paso en los últimos años, el stop motion sólo tiene un Oscar, ¿por qué lo crees?

El Oscar por su naturaleza tiene una visibilidad incomparable, pero es un premio que responde a otra lógica, a otros estándares, donde la animación cumple un papel muy desprestigiado, independientemente de la técnica que se utilice.

Como amante del stop motion, ¿cuáles son tus sensaciones al ver que la técnica está en boca de todos con producciones como Pinocchio?

Hay muchas expectativas con este largo, en mi caso por ser un director latino y donde hay tantos talentosos amigos trabajando allí. Conociendo el trabajo de Del Toro, no tengo la menor duda que el universo que nos ofrecerá en esta película va a ser increíble.

En lo personal, ¿qué es lo que más disfrutas del stop motion?

De las técnicas de animación es la que más me conmueve, y donde se reúnen todas las artes.