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Matías Latorre y Bernardita Pastén: «El contar las historias siempre es lo que más nos ha importado»

Los cocreadores de Marmota Studio hacen una remembranza de su recorrido en vísperas del décimo aniversario del estudio animado.

21 de julio de 2022
Por Luis Miguel Cruz
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Si la animación chilena ha entrado en auge en los últimos años es en buena parte por los esfuerzos de tantos creativos para que así sea. Uno de los casos más sobresalientes es, sin duda, el de Matías Latorre y Bernardita Pastén, cofundadores de Marmota Studio que este 2022 celebra el décimo aniversario de su fundación. Diez años que han resultado en algunas de las series más originales del panorama iberoamericano contemporáneo.

La historia no comienza de un modo tradicional, sino que nace desde el formato webserie que garantizó una enorme libertad creativa y permitió desarrollar un humor poco convencional que en más de una ocasión coquetea con el absurdo, lo excéntrico y lo irreverente. Títulos como Abuelo Com, Personas Cetáceas, Niño Surullo y ¡Golpea duro, Hara! así lo han hecho, pero sin descuidar temas relevantes que van de la brecha tecnológica a la igualdad femenina.

Más que una simple audiencia, Marmota Studio terminó cosechando una auténtica comunidad. Este ascenso no pasó desapercibido para un titán de la animación global como Cartoon Network, que ha sido una pieza clave en la popularización de la ya mencionada Hara que hoy puede ser considerada como todo un fenómeno de la animación iberoamericana.

El camino ha sido largo, a veces complejo, pero Latorre y Pastén –o el Mati y la Benny, como son conocidos por buena parte de su público–, están convencidos de que lo mejor está por venir. Los creativos son conscientes de que los buenos resultados no son casualidad, sino producto de un arduo trabajo. También saben que, al igual que sus personajes, ellos mismos han evolucionado de manera importante con los años hasta alcanzar una auténtica madurez creativa. Y la dupla lo sabe.

«Siempre supe que podía lograrlo», nos confiesa Matías, «pero a veces me frustraba mucho porque el mundo no me dejaba hacer lo que tenía en la cabeza. Ahora se lidiar más con el mundo y entiendo más las formas de solucionar las cosas». Por su parte, Bernardita tiene «la sensación, ahora más que antes, de que si uno quiere hacer algo lo puede hacer. Al pasar diez años y haber hecho tantas cosas, las cosas pueden no ser sólo una idea o un sueño, sino que pueden ser algo concreto, y es algo que me produce mucha alegría y mucha ilusión por el futuro».

¡A nosotros también! Aunque una década pueda parecer mucho tiempo, en realidad es poco para un estudio con tanto que ofrecer como Marmota. ¡Que sean muchos años más!