Existe la creencia de que las manifestaciones artísticas dirigidas a los niños tienen una naturaleza sencilla, incluso básica. Muchas obras a través del tiempo han demostrado lo contrario, siendo Lulina e a Lua uno de los más recientes y exquisitos ejemplos.

El cortometraje dirigido por Marcus Vinicius Vasconcelos y Alois Di Leo muestra a una niña ansiosa por un cambio inminente en su vida y que sólo es capaz de manejar su ansiedad con un dibujo. Uno tan inmenso que necesita a la Luna como su lienzo. Es ahí donde empieza la magia.

“La idea de la Luna viene de ahí”, nos explica Alois Di Leo en entrevista. “De ese lugar infinitamente blanco donde todo es posible. Creo que es algo que hasta nos pasa a nosotros cuando miramos hacia arriba siempre imaginamos adónde se puede llegar”.

“Una hoja de papel es muy chiquita para Lulina, para expresar todo lo que siente no es suficiente”, complementa Marcus Vinicius Vasconcelos. “Y la Luna tiene toda esta posibilidad. Hay también esto de lo desconocido, el infinito, que representa la angustia del mismo tamaño”.

La hermosa premisa, aunada a la estupenda labor artística del equipo de producción ha resultado en numerosos reconocimientos. Entre los más importantes, sin duda, el Premio Quirino a Mejor cortometraje de animación iberoamericana. Más allá de las estatuillas también está la estupenda respuesta del público que ha disfrutado y abrazado esta obra. Una historia de éxito que apenas inicia, pues la dupla responsable contempla desde hace tiempo el llevar a la pequeña a los terrenos del largometraje.

Radix habló con los directores de Lulina e a Lua, Marcus Vinicius Vasconcelos y Alois Di Leo, durante los Premios Quirino 2024. Los cineastas compartieron con nosotros los orígenes de la historia al tiempo que desgranaron su poderosa simbología. Asimismo, celebraron lo hecho por todas aquellas producciones que aprovechan las cualidades de la animación para invitarnos a recordar lo que es ser niños.