César Díaz y Juan José Medina: «Pinocchio ha marcado un antes y un después»
Animac unió a dos de los mayores artistas stop motion del mundo para hablar de la multilaureada Pinocchio.
13 de marzo de 2023Por Luis Miguel Cruz
Si Pinocchio es una de las mayores joyas en toda la historia de la animación no es sólo por la dirección de Guillermo del Toro y Mark Gustafson, sino también por todos los artistas cuyas cualidades desde distintas áreas de la producción hicieron posible que una marioneta cobrara vida. La edición 2023 de Animac contó con la presencia de dos de ellos: el español César Díaz y el mexicano Juan José Medina.
No coincidieron en los departamentos, ya que el primero estuvo en animación y el segundo en dirección de arte. Tampoco en estudios, pues el europeo colaboró desde ShadowMachine y el americano desde el Taller del Chucho. Esto no impidió que el festival catalán los uniera en una de sus charlas más celebradas, en la que profundizaron sobre los arduos procesos de producción de la película stop motion y en la que enfatizaron continuamente los mensajes de sus directores: la animación es arte.
Radix habló en exclusiva con los talentosos artistas iberoamericanos. Nos revelaron sus opiniones sobre lo hecho por Pinocchio, al tiempo que aplaudieron lo hecho por Guillermo del Toro para erradicar los viejos estigmas que han aquejado a la animación y por demostrar al mundo que es arte en toda la extensión de la palabra.
¿Es Pinocchio el pico del stop motion?
JJM: Totalmente de acuerdo. Yo creo que para todos, los animadores, para la gente de arte, de dirección, aunque venían de grandes producciones, para Pinocchio de Guillermo tuvieron que subir la vara por lo menos dos rayitas. Estoy seguro que si le preguntas lo mismo a cualquiera de los animadores, la gente de arte, de marionetas, la exigencia era brutal. Entonces la vara sí está muy alta. No sé qué sigue después de esto. No sé qué tipo de stop motion podría llegar a igualarlo o superarlo.
CD: Pensamos ya incluso haciéndola, todos los comentarios eran de ‘esto va a ser diferente’. Teníamos la sensación de que iba a ser algo gordo. Y ha sido así. Ha marcado un antes y un después, no sólo por la animación, pero más respecto a la historia. Se ha dado en el clavo en muchas coas. La sensibilidad de la película al ser para adultos, no solo para niños, creo que ha llegado a todas partes.
¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaron durante la producción de Pinocchio?
CD: Cada plano tiene su sufrimiento, pero creo que el plano de los 30 muñecos a la vez. Era pensar en una coreografía de muñecos moviéndose, a la vez que Pinocchio y Geppetto van caminando entre la multitud. Poner animar tantos muñecos sin mover al resto fue un reto, fue sufrir un poquito.
JJM: Los retos fueron los de todos los días. Trabajar con materiales y organizar un equipo grande de trabajo. No hubo ninguna diferencia, salvo que teníamos un calendario apretado y teníamos un presupuesto ya establecido y el cual teníamos que respetar sí o sí. Es así cómo funciona la industria. A diferencia de nuestros cortometrajes profesionales, donde podemos de pronto ser un poco más flexibles con ciertas cosas, pero acá no, se tenía que cumplir con las fechas y quizás eso era lo complicado.
Además de Pinocchio, ambos tiene sus propios proyectos individuales. ¿Qué extraen de una película como ésta?
JJM: El aprender diferentes formas de producir y de resolver. Te lo llevas a tu campo. El entender que cada elemento que existe en la pantalla debe tener un sentido. De pronto sí podemos ser muy laxos y decir ‘ah, bueno, eso se ve bonito’, pero es mejor si eso se hace bonito, pero tiene sentido de fondo cuando hay conceptos fuertes e importantes. El espectador no es que lo tenga que racionalizar, pero lo percibe. Lo siente como algo, como algo que está ahí, que tiene un sentido.
CD: No se para de aprender. En cada proyecto voy pensando en absorber y en aprender cosas nuevas. Lo que suelo hacer cuando hago mis proyectos es intentar algo completamente distinto, retirarme de los muñecos y hacer otras cosas para dar una vuelta de tuerca para disfrutar de otro tipo de animación. Está muy bien trabajar en proyectos muy grandes, se disfruta, pero al final no perder esa pasión por seguir disfrutando proyectos propios y seguir innovando para mí mismo.
Guillermo del Toro ha repetido que la animación es arte y los animadores son artistas, ¿cómo se vive este apoyo al interior de la industria?
CD: Se ha agradecido muchísimo porque está haciendo un trabajo que llevamos años intentando. Que la animación no es para niños lo repetimos como un mantra en cada discurso, en cada oportunidad que tenemos. Guillermo está haciendo una campaña totalmente de apoyo a la animación. Que no es sólo para niños, que no es un género, que la animación es cine. Vamos a estar agradecidos eternamente porque en un poquito tiempo que lleva en promoción desde que nació Pinocchio ha hecho muchísimo por nosotros. Para que el gran público entienda un poquito más lo que es la animación, la gente del cine incluida.
JJM: Yo creo que se debe entender más allá del animador, la obra como tal. Lo que él también dice que es bien importante es que no solamente es entretenimiento para niños. Tú puedes ver películas con directores importantísimos que hacen cosas que no necesariamente son para niños y no es un entretenimiento fácil. Esto sin hablar de otros que hacen otro tipo de cine potente y muy significativo. El problema es que estos otros directores son más de culto, tienen un nicho muy cerrado. Cuando se habla de Kaufman, del Toro, los conoce todo el mundo. Entonces es mirar lo que están haciendo ellos y acompañarlo de un discurso al decir que la animación no solamente para niños, no sólo es entretenimiento, es una forma de expresión artística. Así se tiene que entender.