“El alma de los Quirino”. Estas fueron las palabras usadas por la organización del prestigioso evento para describir a Bea Bartolomé tras ser nombrada directora del certamen en noviembre de 2022. La delineación no es sólo porque fungió como productora del encuentro desde su creación en 2017. Se relaciona también con el hecho de que es alguien que es alguien que conoce, entiende y siente un profundo afecto por la animación iberoamericana.

Basta hablar con ella para percatarnos de esto. En nuestro caso, hemos tenido la fortuna de hacerlo en varias ocasiones. Una de las más recientes fue en Animac 2023, donde compartió todo su conocimiento en la materia en la plática Futuro en femenino y en el desayuno con los autores.

“Existía esta necesidad”, aseguró la directora en entrevista tras ser cuestionada sobre el certamen. “Era una necesidad de todo el sector que llegó en el momento preciso. Por fin hay unos premios para nosotros, hay un encuentro para nosotros. Los Premios Quirino no es ni un evento ni un mercado, es algo más allá, pero sí que tiene ese carácter profesional. Por un lado de reconocer el talento y de facilitar vías de coproducciones, de colaboraciones, de circulación de obras. Al final te vas encontrando con la gente iberoamericana y tienes ese momento de entenderte, somos una misma cultura aunque seamos muchas. Es algo de todos, algo que hacía falta y que todos queremos que siga existiendo”.

La amplísima experiencia de Bea Bartolomé será decisiva para continuar con el estupendo paso de los Premios Quirino ahora que el evento ha rebasado su primer lustro. El máximo galardón de la animación iberoamericana sólo necesitó cinco años para asentarse como una cita imprescindible para nuestras industrias. Ahora el encuentro apunta de lleno a la consolidación con este cambio en su organigrama.

¿Qué sorpresas deparará el futuro del evento? Radix habló en exclusiva con Bea Bartolomé, directora de los Premios Quirino. La ejecutiva compartió con nosotros su opinión sobre la actualidad de la animación iberoamericana y nos adelantó algunas potenciales innovaciones para el reconocimiento. Eso sí, las respuestas a la interrogante se resolverán definitivamente con el tiempo. La única certeza por ahora es que los Premios Quirino no podrían haber quedado en mejores manos.