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Cortometrajes

Crítica: Yugo

Un cortometraje que obliga a pensar en el lugar que ocupamos en la cadena del capitalismo.

8 de agosto de 2022
Por Viridiana Torres
Crítica: Yugo
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Yugo. Dícese del instrumento de madera con el que los animales tiran del arado. También del dominio que obliga a obedecer. Pocas veces un título es capaz de definir una obra con tanta exactitud. Es tan solo el primero de muchos aciertos por parte de Carlos Gómez Salamanca, quien de este modo inicia una obra regida por los contrastes, los paralelismos y sobre todo las ironías de la vida.

Esta última es otra palabra que vale la pena tener en mente para hablar del cortometraje en cuestión. El director arranca con una gestación seguida de un nacimiento marcado por el llanto de un niño. No uno cualquiera, sino uno plasmado en un volumen tan alto que taladra los oídos del espectador. No son alaridos de vida, sino de tristeza por la condena que le espera al recién nacido.

No es para menos. No pasa mucho para que el colombiano plasme el yugo titular. El de los animales, con dos bueyes arando hasta la muerte; y el del dominio, más sutil, pero también más doloroso, con historias como muchas otras que inician con sueños de progreso y que terminan en condenas de pesadilla.

Anécdotas protagonizadas por hombres y mujeres que dejaron atrás la tranquilidad para construir el mundo en que vivimos en todos los sentidos. Fueron sus manos, las que antes labraban los campos, las que posteriormente levantaron las paredes de las grandes urbes. También las que de este modo contribuyeron a una industrialización desmesurada que terminó por arrasarlo todo. El campo, la inocencia e incluso sus propias vidas. Porque es una ley natural que todo lo que nace ha de morir, pero no que el deceso suceda en condiciones infrahumanas, como aquellos animales de carga de antaño que tiraban hasta la muerte.

Esta impactante crítica al sistema económico que rige nuestra existencia brilla todavía más por sus aspectos técnicos, empezando por una cátedra de stop motion. El director no vacila en utilizar las tradicionales masas cuando la historia así lo requiere, pero en buena parte del corte se decanta por polvillo metálico. Su decisión contribuye a la creación de una estética poco recurrente, resalta los contrastes al dejar un mundo de luces y sombras, y finalmente da un toque industrial a un proyecto cuyas imágenes se vuelven cada vez más cargadas. Al igual que el mundo en que vivimos.

No todos los aciertos son en el terreno visual, sino que también los hay en el campo sonoro. El llanto del bebé mencionado al inicio de este texto es sólo el primero de muchos sonidos que resuenan con fuerza, con la peculiaridad de que estos van de lo orgánico a lo industrial, estos últimos tan avasalladores que por momentos parece que estamos al interior de una fábrica en ebullición.

Todo esto hace que sea imposible ver Yugo sin pensar en todas las personas que se han visto aquejadas por este sistema y, dicho sea de paso, sin cuestionarnos sobre el lugar que nosotros mismos ocupamos en esta infame cadena que reduce nuestras vidas a una mera existencia.

Ficha técnica

  • Título Yugo
  • Director Carlos Gómez Salamanca (LUPUS)
  • Año 2021
  • País Colombia, Francia
  • Técnica Stop motion
  • Voces originales Benigno Numeque, María Camila Rubiano