Crítica: Una porción por envase
Una esperanzadora invitación para tantas personas que contemplan el mar con el sueño de poder alcanzarlo algún día.
29 de mayo de 2023Por Viridiana Torres
Un sol abrasador y una mujer fatigada que reposa meditabunda en la popa de un pequeño navío. Los dos primeros cuadros de Una porción por envase son más que suficientes para dejar en claro que es una historia de supervivencia. No una de náufragos, sino una que aprovecha el desastre acuático como una ingeniosa metáfora de las relaciones tóxicas y la violencia de género.
El cortometraje colombiano nos introduce con una pareja cuyo pequeño barco atunero ha encallado sin posibilidad de escape. Ella ansía la salvación, mientras que él hace todo lo posible por sabotearla. Con esta premisa como punto de partida, el director Miguel Otálora concibe una historia hipnótica que en menos de diez minutos plasma la lucha diaria que enfrentan incontables personas en el mundo.
Lo hace con destreza, pero también con elegancia y sutileza. Rehúye a los diálogos y rodea su obra con toda clase de símbolos que permanecen casi imperceptibles aun cuando son exhibidos más de una vez y que sólo muestran su poderío en el momento justo de la trama. Un barco atrapado y condenado a hundirse al menor movimiento, un camafeo decorado con la jaula de un ave, un cangrejo ermitaño cuyo alegre deambular es brutalmente interrumpido, una serie de carteles invertidos de la pareja y un par de alegres fotografías que iluminan la habitación de la víctima con el recuerdo de tiempos mejores… Todos aluden de un modo u otro a los afectos distorsionados, a la supresión de la libertad y a los abruptos estallidos de violencia.
Sin olvidarnos de las dualidades exhibidas. No es casualidad que la producción ubique Una porción por envase en el océano, cuya ausencia de barreras resulta en la mejor representación de la libertad, la cual es contemplada diariamente por la protagonista. Una exquisita ironía, pues mientras un náufrago ordinario podría confundir su infinidad con una muerte segura, la mujer la visualiza como un escape hacia la vida que quiere y merece. Un tesoro anhelado que está al alcance de la mano, pero que no puede ser tomado por las injustas prohibiciones del prójimo. Hablando de opuestos, este último rompe la calma sonora con escandalosos golpes cada vez que puede. Ya sea para abrir las latas de atún, aplastar al mencionado crustáceo, llamar a su pareja a salir del camarote… ¿y para castigarla por lo que podría considerar una actitud irreverente? Aunque esto no se muestra en pantalla, la actitud de las partes lo sugiere.
Pero la brillantez de la construcción no se limita al entorno, sino que también incluye a los personajes. No podía ser de otro modo para un corto tan meticulosamente trabajado. Él ha entrado en un estado cuasisalvaje, como se aprecia en su barba descuidada en comparación con la vista en los carteles de la empresa y su forma de comer semi automática, sin percatarse siquiera que la mujer no prueba un solo bocado. Ella, por el contrario, procura mantener la pulcritud en su apariencia, pero manifiesta su desesperación a través de otros actos. Nunca come, sino que espera a que las latas de atún devoradas por el hombre estén completamente vacías para lanzar un mensaje de auxilio al mar. Escrito en trozos arrancados sólo de su lado de la mesa. Intenta estar sola con sus reflexiones, sus recuerdos y también con el mencionado cangrejo, que parece ser su único amigo. Otro detalle importante es su dedo anular que muestra la silueta de un anillo ausente y que evidencia el rompimiento definitivo.
Por último el cabello, que permanece atado todo el tiempo hasta que llega el momento de usarlo como la representación definitiva de la ansiada liberación. Misma que va ligada al excelente final del corto, el cual transpira una dulce ironía. La vía de escape construida con los esfuerzos del hombre por retener a su pareja. Un cierre perfecto para Una porción por envase, un cortometraje redondo en todos los sentidos, así como una esperanzadora invitación para tantas personas que contemplan el mar con el sueño de poder alcanzarlo algún día.
Ficha técnica
- Título Una porción por envase
- Dirección Miguel Otálora (ópera prima)
- Año 2023
- País Colombia
- Técnica 2D
- Voces N/A
- Disponible en N/A