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Crítica: O menino e o mundo

Su estética nos invita a soñar, pero este no es un cuento de hadas, sino un trágico reflejo del mundo real.

16 de junio de 2022
Por Luis Miguel Cruz
Crítica: O menino e o mundo
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Las innovaciones tecnológicas de la industria animada han avanzado exponencialmente en los últimos años. Tan es así, que hace no mucho se debatía sobre la posibilidad de que el CGI terminara para siempre con las técnicas más tradicionales, algo que por supuesto no sucedió. Quizá por esto siempre resulta gratificante cuando un creativo es capaz de demostrar que menos puede ser mucho más, como es el caso de Alê Abreu con O menino e o mundo.

Una película que desde sus primeros cuadros deja claro que no tiene interés en replicar las tendencias más contemporáneas, sino aprovechar las infinitas posibilidades del arte animado para la concepción de una esencia muy propia. Esto empezando por su pequeño protagonista, Cuca, concebido con un diseño tan primario que en primera instancia podría pasar por un dibujo infantil. Una decisión que parece simplista cuando realmente es profundamente ambiciosa, ya que invita al público a ver el mundo con la inocencia y la magia de un niño.

Contrario a lo que podría pensarse, este diseño tampoco simplifica la labor del proyecto. De hecho, la complica un poco. A diferencia de los personajes animados más convencionales que se valen de sus distintos rasgos para enfatizar sus emociones, Cuca sólo tiene un par de grandes ojos que son tenuemente modificados para expresar su sentir. Se apoya además en las expresiones corporales a partir de las más variadas líneas de acción que dejan más que claro cuando está alegre, triste o intrigado.

Esta misma estética se extiende por toda la producción, tanto personajes como escenarios. Lo de estos últimos también resulta destacable: al inicio lucen excesivamente blancos, pero se van tornando más coloridos con el avance de las acciones y sobre todo con el viaje del chico que ve un mundo abriéndose ante sus ojos. Como si se tratara de una hoja en blanco, la cual permanece en espera de ser iluminada con el poder de la imaginación.

Ni qué decir de sus diálogos, ¿o falta de? Hablamos de sonidos ininteligibles creados desde el portugués invertido y que dejan una historia universal que se deja llevar por sutiles murmullos y por el poder de la música.

Elementos tan primarios que por momentos Alê Abreu casi logra engañarnos y hacernos creer que estamos ante una tierna historia infantil. Otra muestra de destreza, ya que realmente se trata de la representación de un mundo cuyos sistemas sociales, políticos y económicos que tanto claman por el progreso realmente parecen especializarse en la erradicación de la inocencia.

La simpatía de Cuco permite que el film sea entrañable, aun cuando cada uno de los pasos dados por el personaje central está rodeado por el dolor y la creciente confusión. De hecho, las propias bases de la aventura nacen de la tristeza tras la partida del padre, lo que motiva al pequeño a emprender una búsqueda incansable. No pasa mucho tiempo para que si vida idílica y su vieja casa rural quede atrás, reemplazada por viejos desencantados y jóvenes soñadores condenados por las urbes cada vez más grandes y las labores cada vez más alienantes. La estética nos invita a soñar, pero este no es un cuento de hadas, sino el reflejo de un mundo real que eventualmente termina por devorarnos a todos.

Esto incluye al niño estelar, quien no puede sino atestiguar la debacle en secuencias tan elegantes como dolorosas. Como la que muestra su alegría por el reencuentro quebrada por la homogeneización, o el exterminio de una colorida ave frente a la oscura representación del sistema. Ni qué decir de su exquisito desenlace que cierra todas las interrogantes mientras exhibe un triste ciclo sin fin.

Ya sea por su técnica o por su mensaje, es un hecho que O menino e o mundo debe ser considerada entre las grandes exponentes de la animación contemporánea. Y por supuesto, por demostrar que las joyas cinematográficas no vienen del software ni los ordenadores, sino del talento narrativo y el poder de la imaginación.

Ficha técnica

  • Título O menino e o mundo
  • Director Alê Abreu
  • Año 2013
  • País Brasil
  • Técnica 2D
  • Voces originales Vinicius Garcia