Desde su estreno en 2017, la serie As Aventuras de Fujiwara Manchester se presentó como un vivaz homenaje a numerosas obras de ciencia ficción y fantasía que, a lo largo de los años, han fascinado a audiencias alrededor del mundo. Tanto sus personajes como las situaciones que atraviesan en los episodios funcionan como una introducción para nuevas generaciones a numerosos tropos usualmente presentes en este tipo de propuestas. Si la idea ya era lo suficientemente sólida como para sostener relatos cortos de once minutos cada uno, el siguiente paso lógico era expandir este universo, pero ahora en un largometraje. Así surgió Mundo Proibido, película que además de agrandar la mitología de esta propiedad, cumple con creces su cometido de refrescar estilos narrativos que ya no se encuentran con facilidad en estos días.

Pensemos en universos como los de Star Wars, Star Trek e incluso Valerian. La esencia de todas estas sagas ya permeaba los capítulos creados por los también directores de este filme, Camila Carrossine y Alê Camargo, en los que Fuji, una especie de forajido espacial, acompañado de su compañera, Lydia, lleva a cabo misiones en diferentes planetas. La estructura de estas mini historias emula la de un serial con aventura de la semana, todo enmarcado en iconografía evidentemente inspirada en la obra de Julio Verne, en la que no puede faltar lo insólito e hipnotizante.

Con esta cinta, los realizadores dejan claro que lo suyo son estos mundos, así que mantienen cierta reverencia hacia la forma como se presentaban en la pantalla en producciones de antaño. Sin embargo, también intentan cosas nuevas, y es que si en la serie los eventos que experimentaban los estelares se sentían contenidos por el formato corto, aquí todo adquiere una mayor escala. Por supuesto que la estructura episódica permite pasar más tiempo desarrollando las personalidades de quienes nos acompañan en el viaje, pero el salto al largo es también la puerta hacia una mayor libertad para solidificar varios conceptos.

Aquí se nos cuenta que Fujiwara y Lydia descubren, durante una confrontación con seres intergalácticos, un mapa hacia el planeta apodado Mundo Proibido, el cual está habitado por la raza de los Umadians. De acuerdo con el documento, quien descubra el tesoro ubicado en el núcleo del sistema obtendrá riquezas inimaginables, pero también se expondrá a la posibilidad de una muerte terrible.

Bajo esta premisa, la película lleva a los protagonistas a través de una epopeya similar a la que viven en los capítulos que los dieron a conocer, aunque con un giro: como la fórmula ya estaba probada, en esta ocasión el conjunto se decanta por darles un tono más maduro a todos los elementos que dan su identidad a la franquicia.

Quizás el mayor acierto de la película es esta madurez. Si bien en ningún momento se ocultan las influencias del apartado narrativo, destaca que la producción se las ingenia para inyectarles elegancia y sensibilidad moderna a los elementos que la construyen.

Esto no sólo es notorio en los diseños de las locaciones, entre las que se encuentran planetas cuasi cyberpunk poseedores de metales brillantes y atmósferas neón que ponen al espectador en un estado de trance, y que en más de una ocasión recuerdan a lo mejor del cine negro; o desiertos de majestuosidad increíble, como el Mundo Proibido titular.

La búsqueda de sobriedad también se percibe en el bienvenido rediseño de los protagonistas, en especial de Fuji. En la serie es juguetón y despreocupado, cosa que se evidenciaba con trazos más relajados y, hasta cierto punto, desaliñados. Ahora se presenta una versión que refleja una clara evolución en su escritura, pues aunque sigue siendo cínico y burlón, es visible el compromiso que tiene con su misión. Estamos ante un héroe que funciona como pilar del proyecto, más que nada, por el énfasis que se pone en su valentía. Se agradece la creación de personajes que ansían ir hacia la aventura y que en ningún momento dudan de sus capacidades.

En la misma línea del balance entre la sensibilidad moderna y el tributo a lo que fue, se encuentran las decisiones relacionadas con la música. La electrizante banda sonora, que corrió a cargo del compositor Rodrigo Domingos, combina piezas orquestales con algunos ritmos y melodías de rock y hasta rap, las cuales acentúan el dinamismo de varias secuencias de acción, sobre todo una que involucra la interrupción del avance de un tren.

Con todo esto, Mundo Proibido es una magnífica oferta para quienes buscan innovación en aspectos técnicos, pero también para quienes anhelan el escapismo que caracteriza a sus universos favoritos. Hay algo para todos los gustos.