Crítica: Eloísa Díaz: Ciencia urgente
El debut audiovisual de Alameda Memoria busca dar visibilidad a la primera médica de Chile y toda Sudamérica.
30 de junio de 2022Por Viridiana Torres
Es comprensible que el nombre de Eloísa Díaz no sea conocido por muchos. Es, al fin y al cabo, una más de tantas mujeres cuyas acciones no terminan de ser reconocidas por la historia, incluso cuando éstas hayan sido determinantes para forjarla. Por eso, es justo adelantar que el mayor logro de Alameda Memoria con Eloísa Díaz: Ciencia urgente va más allá de narrativas, técnicas y cualquier otro elemento con el que tradicionalmente se hablaría de cualquier proyecto animado, y es precisamente dar visibilidad a una figura que así la merece.
Aunque tampoco está de más decir que esto para nada desmerece las ramas anteriormente mencionadas. Con apenas 45 minutos de duración, el mediometraje dirigido por Paz Donoso Negrete tiene muy claras sus intenciones: ofrecer una exploración breve y concisa de la vida y obra de Eloísa Díaz, primera médica en toda la historia de Chile y de Sudamérica; contribuir a que más personas conozcan sus aportaciones; y enaltecer sus logros con un marcado contraste de todos los obstáculos y descalificativos que enfrentó por su género.
También tiene muy claro el modo de lograrlo. No con los tradicionales documentales o biopics, sino con una adaptación animada de carácter musical. Esto último no implica la explotación de fórmulas usadas por tantos títulos animados a través del tiempo, sino que se decanta por una ruta sumamente ecléctica que combina sonidos modernos y folclóricos. Todo esto favorece la realización de un proyecto más original y refrescante, pero también más inmersivo que conecta instantáneamente con su público.
Más divisivo puede ser el caso de la técnica. El diseño realista y sencillo es el adecuado para una pieza histórica como la que se quiere contar; la paleta de colores apela al sepia para crear un aura de nostalgia que refuerza el repaso al pasado; la animación es funcional pero imperfecta, con ciclos repetidos a lo largo del mediometraje y cuadros cuya omisión resulta en movimientos abruptos que son perceptibles.
Esta flaqueza es mínima si recordamos que no estamos ante un proyecto animado de estudio, sino ante el esfuerzo de la agrupación chilena Alameda Memoria dedicada a la divulgación histórica con el fin de dar relevancia a todo tipo de personajes y acontecimientos por medio de obras narrativas de inspiración folclórica. Eloísa Díaz: Ciencia urgente marca además su primer trabajo en el terreno audiovisual, mientras que los créditos del corto indican que las áreas de arte, ilustración, storyboard, animación y postproducción fueron cubiertas única y exclusivamente por Paz Donoso. Con todas estas adversidades, el film no sólo debe ser considerado un logro, sino una auténtica proeza.
El cine es un arte complejo y como tal es difícil juzgarlo desde un único enfoque. Guion, dirección, técnica, actuaciones… son muchos los elementos que lo integran y aunque todos son importantes para el resultado, existen ocasiones en que todo pasa a segundo término ante el valor de sus grandísimos objetivos. Tal es el caso de Eloísa Díaz: Ciencia urgente que se gana con creces la etiqueta de imperdible por el simple hecho de ser uno de esos proyectos concebidos con la más firme intención de crear un mundo mejor.