Cuando se habla de comics, casi todos pensarían en los titanes estadounidenses. Sin embargo, es importante recordar que las industrias creativas iberoamericanas han dado grandísimos personajes impresos a través de los tiempos, muchos de los cuales han sido llevados a la pantalla. Algunos desde la acción real, otros desde la animación.

Podría pensarse que la labor de estos últimos proyectos es más sencilla gracias a una serie de puntos en común, primordialmente estéticos, entre las obras impresas y audiovisuales. Esto no reduce el verdadero reto: trasladar la esencia del material fuente a la pantalla. Algo que estos proyectos han logrado con creces. A continuación un recuento cronológico de algunos comics iberoamericanos que han saltado a la animación.

Condorito (1949)

Oriundo de un pueblo llamado Pelotillehue, este pájaro, mitad cóndor y mitad huemul, abriría muchas puertas para la nueva realidad urbana de su país. Condorito, al contrario de otros personajes de cómic, aparecería en el primer número de la revista Okey en una época en que la migración rural a la urbe marcaba a la sociedad. Su creador René Ríos Boettiger, mejor conocido como Pepo, vio esta situación y lo plasmó, provocando una fuerte identificación de los chilenos con este personaje. Condorito es un campesino pícaro y bromista que intenta salir adelante de los problemas económicos y las peripecias de la vida a base de ingenio. Sin embargo, su picardía no quedaría en las páginas chilenas, sino que sería leído en más de diecinueve países, incluyendo Estados Unidos, Japón e Italia, además de ser uno de los personajes de cómic más leídos en Latinoamérica. Su diversificación no tardó en llegar y en 1980 dio su primer salto a la animación con una serie de miniepisodios animados transmitidos por el programa Sábado gigante, con una coproducción de Televisión Española y la Corporación de Televisión de la Universidad Católica de Chile. En el 2000 se planeó una  serie animada titulada El show de Condorito, la cual nunca salió al aire por un aumento en los costos. No fue hasta 2016 que se creó una webserie por el estudio Atiempo, misma que se estrenó en Youtube y la plataforma web T13. Al siguiente año, llegaría su largometraje Condorito: la película, coproducción de Perú, México, Argentina y Chile​ y dirigida por Eduardo Schuldt y Alex Orrelle. Aunque en 2020 se anunció una serie animada para adultos a cargo del estudio mexicano Ánima Estudios y el chileno Lunes, hasta el momento el proyecto no ha sido estrenado.​

Mortadelo y Filemón (1958)

Uno de los comics más famosos de España, si no es que el más famoso. Nace en 1958 de la mano de Francisco Ibáñez y cuenta las aventuras de los personajes titulares dentro de su desastrosa agencia de detectives. La historieta de Mortadelo y Filemón se caracteriza por su humor, sátira política, farsa, aventuras y humor físico. Su éxito ha sido tal que hasta la fecha se siguen editando sus historietas, que además han sido publicadas en más de 30 países, destacando que no ha sido el único medio en el que sus disparates han causado furor. Los Estudios Vara realizaron 16 cortometrajes animados, mismos que se dividieron en dos películas, Festival de Mortadelo y Filemón (1969) y Segundo festival de Mortadelo y Filemón (1970). Ninguno de estos trabajos adaptó el impreso, sino que son historias originales. También hubo una tercera entrega llamada El armario del tiempo (1971) que dio origen a varios libros. La diversificación de estos personajes también se dio en el área de los videojuegos con Mortadelo y Filemón (1988)​ y Mortadelo y Filemón II: Safari callejero (1989), distribuidos ambos por Dro Soft. Fueron seguidos de varios títulos creados directamente para PC por Alcachofa Soft y VEGA. Posteriormente pudimos disfrutar de la serie animada de 1994, destacando que ésta sí basada en las historietas de Ibáñez. Ésta fue realizada para la televisión gracias a la unión de BRB Internacional y Antena 3, y tuvo tuvo dos temporadas de 13 capítulos cada una. Y para terminar, el salto al cine por todo lo alto,​con Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, largometraje de animación 3D dirigido por Javier Fesser, estrenando en salas en 2014.

Turma da Mônica (1959)

Mauricio de Sousa es el creador de uno de los quadrinhos más famosos de Brasil. Turma da Mônica narra la historia de un grupo de amigos de seis años que viven en un barrio ficticio de São Paulo. Aunque el cómic se creó basándose principalmente en su infancia y en su perro, con el tiempo creó a los demás niños, siendo Mônica la protagonista de la historieta y con su primer cómic en los años 70. Inspirada en la hija del autor, se trata de un niña que siempre está en compañía de un conejito de peluche azul llamado Sansón, y es considerada la dueña de la calle. Lo más importante es que es la más querida en un club de niños del Barrio del Limonero formado principalmente por Cebollita, Cascarón, Jeremías, Xavier, Francisco y otros chicos. Aunque se han realizado gran cantidad de adaptaciones sobre este personaje brasileño, incluyendo varias películas, la serie animada de 1976 es el obra más famosa de todas. Para 2013 salió al aire una webserie llamada Mónica Toy en la que los personajes son representados con la característica animación chibi. Finalmente, Max ultima los detalles de Astronauta: Propulsão, una actualización del personaje Astronauta Pereira que forma parte de este mismo universo.

Mafalda (1964)

La primera aparición de la famosa niña filósofa y crítica se dio en la revista Primera Plana, de la pluma del artista gráfico Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino. La niña Mafalda que se preocupa siempre por el mundo, la sociedad y cuestiona todo a su alrededor saltó de la tinta a la pantalla con dos series animadas. La primera dirigida por Jorge Martín alias Catú, de 52 cortometrajes de entre 90 y 260 segundos de duración, fue transmitida en 1972. Después fue unida en cinco cortometrajes y posteriormente en un largometraje dirigido por Carlos D. Márquez, mismo que fue estrenado en 1981. Lo mismo sucedería con los cortometrajes dirigidos por el amigo de Quino, Juan Padrón, que en 1994 realizó 104 cortometrajes que terminaron convirtiéndose en un largometraje de 80 minutos. Aunque hay una cantidad considerable de merchandasing, publicaciones a nivel mundial y un reconocimiento tal que posiciona a Mafalda entre los personajes impresos más famosos de Iberoamérica y el mundo, lo cierto es que no contamos con tantas producciones animadas como nos gustaría.

Gaturro (1993)

El gato creado por Cristian Dzwonik alias Nik, y conocido por su amplia sonrisa y sus mejillas amarillas, ha traspasado las fronteras argentinas, pero también las del papel. El cómic narra la vida del felino, ya sea desde su casa, la escuela o los tejados de sus vecinos, y nos muestra además a un enamorado empedernido de su vecina Ágatha, una gata que no le presta la más mínima atención. Gaturro ha sido un éxito en las tiras cómicas tanto por su ingenio como por sus aventuras, lo que puede apreciarse en la publicación de más de 35 libros y en que sus historietas han sido publicadas por diferentes editoriales. Gaturro llegó a la animación en 2010, con el estreno de su largometraje homónimo realizado en 3D y dirigido por Gustavo Cova. Aunque desde entonces ha habido otros proyectos similares del felino, existe un sitio web infantil con diversos formatos de interactividad con el gato argentino como protagonista.

Psiconautas (2006)

Hoy día, el nombre de Alberto Vázquez es sinónimo de animación, pero nunca está de más recordar que las raíces más profundas del español se remontan al cómic y la ilustración. Por esto resulta curioso voltear hacia atrás y ver que el artista sólo ha realizado una única adaptación a su obra impresa. ¡Pero qué obra! Nos referimos a Psiconautas, obra que nos introdujo con dos singulares jóvenes ansiosos por escapar de las vidas asfixiantes que les aquejan, marcadas por toda clase de inquietudes que van de lo más íntimo hasta lo universal. Sus trazos marcaron el inicio de una historia que creció exponencialmente desde la animación, primero con un brillante cortometraje y posteriormente con un no menos memorable largometraje, al tiempo que nos dieron a uno de los personajes más icónicos de la animación contemporánea como es el caso de Birdboy. Ambas adaptaciones fueron acreedoras a todo tipo de reconocimientos, siendo el culto que le rodea y las reflexiones que sigue generando hasta nuestros días los más destacados de todos.

Arrugas (2007)

Paco Roca comenzó su carrera en 1994, pero no publicaría su primera novela gráfica sino hasta 2007. Se trata de Arrugas, con la que exploró el sentir de un segmento de la población que tiende a ser relegado por la ficción como es el caso de las personas de la tercera edad. Lo hizo desde el drama, pero sobre todo desde la camaradería con la entrañable historia de dos amigos en riesgo de ser separados, no por las autoridades de la casa de retiro en la que habitan, sino por los padecimientos que aquejan a uno de ellos y que desembocan en una simbólica cruzada contra el tiempo. Parecía cuestión de tiempo para que una obra de esta calidad y humanidad llegara a la pantalla y así sucedió en 2011 desde la vía animada con una adaptación encabezada por Ignacio Ferreras. Sobresalió por su gran fidelidad al material fuente, tanto en los aspectos narrativos como en los estéticos, lo que dio un filme imperecedero capaz de arrancar sonrisas y lágrimas en igual proporción.

Buñuel en el laberinto de las tortugas (2008)

Una de las películas animadas más brillantes en toda la historia de nuestra región, lo que en buena parte debe atribuirse a los fortísimos pilares proporcionados por la novela gráfica en que se inspira. Antes de saltar a la pantalla bajo la dirección de Salvador Simó, Buñuel en el laberinto de las tortugas comenzó su exitoso recorrido en el papel, como una brillante obra impresa a cargo de Fermín Solís. El artista gráfico sentó las bases de una exquisita historia que muestra al Luis Buñuel durante el rodaje de Las Hurdes, tierra sin pan (1933), un esfuerzo que va más allá del detrás de cámaras y que funge como una declaración de intenciones por parte del mítico cineasta español. Desde sus ambiciones más profundas hasta su tortuosa existencia que en más de una ocasión le valió la incomprensión del público, las autoridades y hasta sus personas más cercanas. Esto sin olvidarse de su inconfundible visión surrealista. También sirvió como punto de partida estético, al menos en el diseño, ya que el impreso original fue publicado en blanco y negro, y no sería llevado al color sino hasta más de diez años después. Obra cumbre de la animación iberoamericana, pero también del cómic de nuestra región.

Memorias de un hombre en pijama (2011)

Era sólo cuestión de tiempo para que la obra de Paco Roca regresara al terreno animado. El reencuentro no pudo darse de la mejor manera, con una obra que descartó ese carácter finito de las novelas gráficas para rescatar la periodicidad que caracteriza a las tiras de antaño. Memorias de un hombre en pijama no nació como un cómic ni como una novela gráfica, sino como una alianza del artista español con el diario valenciano Las Provincias que consistió en más de 60 entregas dominicales que abordaron el sentir de los adultos contemporáneos cuya existencia deambula entre la madurez y la juventud tardía. Personas que han dejado atrás la vieja estabilidad profesional y personal para decantarse por rutas inexploradas por las generaciones que les antecedieron. La adaptación fue realizada por Carlos Fernández de Vigo, quien lejos de preocuparse por la fidelidad estética absoluta, centró su atención en capturar toda la esencia del material fuente. Así nació una obra icónica dentro de nuestras industrias, cuyo corazón y altas dosis metanarrativas han conquistado a un público que no puede sino identificarse con estas memorias de nuestro eterno hombre en pijama. La historia creció con dos series impresas más que actualmente pueden disfrutarse en un versión íntegra, pero se desconoce si éstas serán adaptadas en un futuro cercano.

La canción del lago (2020)

Ganador de la edición 2019 de SecuenciArte de Pixelatl y publicado en 2020, La canción del lago se inspira en los cuentos de hadas de antaño para mostrar la luz y la sombra del ser humano. Una historia plagada de lecciones de vida con la que Carlos Sallas captura la complejidad propia de nuestra especie, capaz de perpetrar los actos más atroces como un acto de amor puro. Un encuentro de opuestos irreconciliables que es plasmado con profunda destreza en una de las mejores representaciones contemporáneas del fantástico iberoamericano. El mismo artista mexicano, en colaboración con Ari Navarrete, trasladó la obra a la pantalla en un cortometraje que sobresale por su alta fidelidad, así como por el enriquecimiento que goza desde el tratamiento audiovisual. En lo sonoro, con el violín usado por uno de los personales centrales para perpetrar su objetivo; en lo visual, con un brillante uso del stop motion que de nueva cuenta exhibe las cualidades de la técnica en nuestro territorio.