La animación es arte. Es bueno ver que esta noción ya no se limita al interior de la industria y un creciente sector del público, sino que se ha extendido por cada vez más instituciones culturales. La más reciente prueba de esto es el convenio de colaboración firmado entre el presidente de Diboos (Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación), Nico Matji y el director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Tomás Marco, para reconocer y difundir el cine de animación.

Con este acuerdo, la Academia quiere promocionar y reconocer los valores artísticos del cine de animación, así como reforzar su presencia dentro de la sección de Nuevas Artes de la Imagen de la Academia. La alianza luce fundamental para erradicar viejos estigmas históricos que han aquejado a la animación por décadas y que la han condenado a ser encasillada como un género para niños. Con un poco de suerte, no pasará mucho para el respaldo de esta institución permita un cambio para bien del cine animado en el imaginario. Más aún si consideramos que la iniciativa no llega de manera aislada.

Cada vez son más los cineastas de todo el mundo que enfatizan, con palabras y sobre todo con acciones, que la animación es cine y arte. Sólo en nuestra región, nombres como Alberto Mielgo, Alberto Vázquez, Guillermo del Toro, Isabel Herguera, José Miguel Ribeiro y Regina Pessoa, han sacado a relucir las mejores cualidades del cine animado. A esto se suma el respaldo de las más diversas instituciones culturales que han expuesto la riqueza del arte animado más allá de la pantalla con las más exquisitas exposiciones museísticas. Queda mucho por hacer, pero las bases son cada vez más firmes.

La Academia de Bellas Artes tiene como finalidad fomentar la creatividad artística, así como el estudio, difusión y protección de las artes y el patrimonio cultural, a través de exposiciones, conciertos, conferencias y cursos destinados a artistas, estudiantes y público en general.

Por su parte, Diboos integra a las principales asociaciones del sector de la animación en España: AEPA (Asociación Española de Productores de Animación) y PROANIMATS (Associació Catalana de Productors d’Animació), representando entre el 80 y 90 por ciento de la producción española de animación y efectos visuales, contribuyendo a la promoción de la animación en su doble vertiente, como generadora de cultura y como industria.