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João Gonzalez: «Soy muy optimista sobre el futuro de la animación portuguesa»

João Gonzalez, finalista de los Premios Quirino a Mejor cortometraje por Ice Merchants, reflexiona sobre el exitoso recorrido de su obra, el valor del corto y el futuro de la animación portuguesa.

6 de julio de 2023
Por Luis Miguel Cruz
João Gonzalez: «Soy muy optimista sobre el futuro de la animación portuguesa»
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João Gonzalez puede presumir uno de los ascensos más meteóricos en la animación iberoamericana. Hablamos de un cineasta cuyo tercer cortometraje, Ice Merchants, le llevó en un glorioso viaje por Cannes, los Annie, los European Film Awards, los Quirino y los Sophia, sin olvidarnos de sus numerosas preselecciones al Oscar que desembocaron en la nominación al prestigioso galardón estadounidense. No conforme con ello, el realizador se ha convertido en un estandarte para una industria portuguesa que vive uno de los momentos más brillantes de toda su historia. ¡Vaya responsabilidad!

Pero el joven artista no se intimida ni se precipita ante esta situación. Todo lo contrario, se toma sus logros con calma, consciente de que queda mucho camino por recorrer. En el terreno individual, pero también en el colectivo, al reiterar que uno de los aspectos que más ha disfrutado de este viaje es haber tenido la oportunidad de contribuir a la visibilidad del cortometraje y del arte animado.

Radix ya habló con João Gonzalez cuando iniciaba este recorrido en Cannes 2022. Un año después, los Premios Quirino 2023 nos dieron la oportunidad de reencontrarnos con el cineasta para hablar sobre una de las historias de éxito más importantes dentro de la animación iberoamericana contemporánea. Han sido muchos los logros y aun así estamos convencidos de que lo mejor está por venir.

 

¿Cómo ha cambiado tu vida tras Ice Merchants?

No sé, creo que quizá tendré mejores oportunidades de obtener financiamiento para mi nuevo proyecto, que es el principal objetivo de todos los directores: encontrar la forma de hacer sus películas. No creo que haya cambiado mucho y eso me gusta. Espero ayudar a poner más miradas en la animación portuguesa, porque obviamente todos saben del Oscar. Incluso la gente que no está en la industria sabe del Oscar. En Portugal ha generado mucha atención, muchos han visto el filme, estuvo en salas de todo el país, eso dio oportunidad de presentarlo a mucha gente que no conocía bien la animación, gente se acercaba a decirme ‘ahora quiero ver animación’. Eso es lo que más me queda de esta aventura.

 

¿Qué aprendiste en todo este recorrido?

Aprendí muchas cosas pequeñas. Aprendí como trabajan los americanos. Entré en contacto con estupendos productores y grandes estudios en Los Ángeles, lo que tal vez algún día repercutirá en algo, aunque no lo sé porque no estoy seguro su me acoplaría bien a la fórmula estadounidense. Si hiciera un largo, podría ser difícil. Aprendí mucho mientras hacía la película, mucho sobre aceptar las limitantes técnicas cuando diriges algo. Porque mientras buscas maneras de resolver esas limitaciones encuentras un lenguaje creativo. En ese sentido, mi película fue una gran experiencia.

Ice Merchants João Gonzalez escenario casa

 

¿Cómo abrazas el ser un referente de la animación iberoamericana?

Soy alguien que fue muy afortunado. Era algo que no podía anticipar, nunca pensé estudiar animación, era algo que no imaginaba. Ha sido una gran aventura. Sé que en Portugal ha habido una generación más joven que se sintió inspirada por Ice Merchants y se acercó a mí pidiendo consejo y para decirme que querían estudiar animación porque vieron el corto y eso me da mucho gusto. Especialmente porque en mi caso decidí que quería hacer animación por los cortos. Es triste para mí saber que el corto no tiene mucha salida del circuito del festival y es importante mostrar a la gente que este tiene grandes posibilidades. Espero que ahora haya más gente viendo cortometrajes en Portugal.

 

¿Cuál dirías que es el mayor valor del cortometraje?

Es su creatividad. Cuando haces cortos no estás limitado a que los productores te digan que debe ser económicamente rentable. Puedes ser experimental. Puedes volverte loco. Además hay grandes cortos, hay conceptos que son geniales en diez minutos, pero que si los extiendes por dos horas sería demasiado. Hay temas que siempre pueden ser tocados en el corto. Creo que la animación funciona muy bien en el formato corto.

 

¿Qué lugar ocupará Ice Merchants en la historia del cine?

Sería un gran honor que la gente estudiara mi filme. Una de las cosas que más me alegraba durante la campaña del Oscar, incluso durante los eventos de la Academia, era que la gente se acercaba. El haberlos inspirado en un futuro. Pero de nuevo, para mí es muy difícil imaginarme como alguien que la gente admire porque no me siento así, pero claro que es un honor que la gente te tome como referencia para su trabajo.

 

Ya estás en los libros de historia…

Tal vez [ríe], no lo sé. Estoy muy feliz con lo ocurrido.

 

¿Ya piensas en tu próximo proyecto?

Justo ahora estamos en preproducción de un nuevo proyecto. Tengo un escenario en mi cabeza y mi preproducción es algo así como soñar despierto con un lugar hasta que encuentre soluciones para la narrativa que quiero contar. Así que ahora estoy en esa etapa, ya tengo el lugar donde se desarrollará todo, pero todavía hay muchos asuntos que debo resolver.

 

Ha sido un año de ensueño para la animación portuguesa, ¿cómo ves su futuro?

Soy muy optimista en este momento. He estado en contacto con estudiantes que tienen mucho talento y creo que ahora ha surgido la oportunidad de entrar en contacto con una animación autoral. Han visto mucha animación que casi nunca está disponible para el público. No fue lo que pasó conmigo. De chico siempre veía caricaturas y después películas que amaba de Disney y Pixar, pero sólo entendí el verdadero poder de la animación cuando entré en contacto con la animación autoral. Saber que ahora generaciones más jóvenes están en contacto, apreciándola y encontrando inspiración en ella… soy muy optimista.