El cortometraje argentino Pasos para volar celebra sus estrenos en América y Europa
Luego de un exitoso proceso de producción, el cortometraje de Osa Estudio se dice listo para volar a las pantallas.
4 de septiembre de 2024Por Agencia
A pesar de la complicada situación que atraviesa la cultura argentina, la animación continúa dando la cara con las más fascinantes producciones. Tal es el caso del cortometraje Pasos para volar, que este mes de septiembre celebra su estreno en América y Europa.
Dirigido por Nicolás Conte y Rosario Carlino, esta obra meticulosamente elaborada en stop motion, ofrece una experiencia cautivadora tanto para niños como para sus familias. Un esfuerzo conjunto entre el estudio argentino Osa y la compañía francesa nominada al Oscar Vivement Lundi!.
Pasos para volar narra la historia de dos pájaros confinados en una habitación con un ventiluz. El pájaro más grande enseña al más pequeño cómo volar, aun cuando éste no tiene alas. La aparición de un misterioso maletín arruinará los planes del Pájaro, que revelará al Pajarito una inesperada posibilidad de escape. Una premisa que invita a los niños a pensar de manera creativa y crítica, a ser algo escépticos de lo que les viene dado y de lo que intenta moldearlos. Los creadores quieren sugerir que todo niño puede descubrir sus propios intereses y una forma de hacer las cosas que se sienta natural y más parecida a sí mismo.
Pasos para volar ha tenido un exitoso recorrido a través de diversos foros, mercados y sesiones de pitching, comenzando con su debut en ApaLab en Córdoba en 2019, donde recibió dos premios. El proyecto continuó ganando reconocimiento, obteniendo el premio MIFA en Pixelatl Shortway y participando en el Animarkt en Polonia. En 2021, se presentó en los MIFA Pitches del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, donde obtuvo el premio Ciclic.
La producción se completó en mayo de 2024, gracias al imprescindible apoyo del CNC, Procirep y Angoa en Francia, del Polo Audiovisual Córdoba, la Comisión de Filmaciones de la Municipalidad de Córdoba, así como la Universidad Blas Pascal y la UNICEN donde los directores trabajan como profesores.
Luego de un largo recorrido, cortometraje celebrará su estreno mundial este mes de septiembre. Inicia su viaje en América, concretamente en el festival mexicano Pixelatl en el que compite en la categoría internacional.
“Estamos profundamente honrados de estrenar Pasos para volar en Pixelatl”, asegura la codirectora y productora general del proyecto, Rosario Carlino. “El festival se ha convertido en un pilar de las industrias creativas relacionadas con la animación en América Latina. Nuestra participación en Shortway fue fundamental para el desarrollo de este proyecto, abriendo muchas puertas. Estrenar la película en Pixelatl, un festival que apoyó y nutrió nuestro recorrido, subraya la importancia de las plataformas que brindan visibilidad y formación para los creadores y sus obras, al tiempo que contribuyen a la diversificación de narrativas con ideas arraigadas en el sur global”.
Sólo unos días después, la obra viaja a Europa al StopTrik International Film Festival en Eslovenia, un evento conocido por su dedicación al arte del stop motion. El festival es una plataforma vital para mostrar obras innovadoras en este formato y celebrar la rica tradición de esta técnica de animación en Europa del Este.
“Estamos igualmente emocionados de presentar nuestro corto en el Festival de Animación StopTrik”, agrega el director Nicolás Conte. “Eslovenia y Europa del Este tienen una larga tradición de excelencia en stop motion, y muchos de los cortometrajes que nos inspiraron provienen de esta región. Esperamos que este estreno en Europa del Este marque el comienzo de un viaje que llevará nuestro cortometraje a audiencias de todo el mundo”.
Además de su técnica y su poderosa narrativa, Pasos para volar también sobresale por la sostenibilidad en su producción. Se trabajó con materiales naturales—madera, ramas, ladrillos—y se reutilizaron objetos existentes, minimizando así la necesidad de nuevas construcciones. El set era una habitación real, eliminando la necesidad de construir maquetas o grandes escenografías. Para los efectos de agua, se utilizaron 130 kilos de plástico reciclado, que luego se donó a una pequeña empresa local que crea muebles a partir de plástico reciclado. Una iniciativa ejemplar en estos tiempos de urgencia ecológica.
Solo quedan unos días para que este cortometraje emprenda el vuelo, y de este modo invite a las audiencias a sorprenderse, animándolas a hacerse preguntas, mantenerse curiosas, jugar y confiar en su intuición. La producción confía en el entretenimiento de sus audiencias, pero también confía en ser capaz de iniciar discusiones sobre cómo, desde niños, podemos crecer hacia nuestro verdadero yo y dar forma a nuestras propias realidades únicas.