Conoce Catwalk: El proyecto de domesticación y libertad
Lidia Luna, Omayra González y Toni Mortero comparten los detalles de su hipnótico proyecto de serie.
27 de junio de 2024Por Luis Miguel Cruz
El gato: una criatura fascinante a la que nunca hemos logrado entender del todo, algo curioso si consideramos que la especie nos ha acompañado por generaciones. Su carácter, elegante y enigmático, ha germinado toda clase de mitos en torno a su figura, que van de una estrecha relación con el inframundo a las presuntas siete vidas con las que es capaz de desafiar a la muerte. En un plano más terrenal, su domesticación milenaria nunca le ha impedido arriesgarlo todo, incluso su propia vida, para disfrutar de la libertad. Una existencia así podría ser un sueño para unos y una pesadilla para otros. Catwalk, proyecto de serie encabezado por Lidia Luna, Omayra González y Toni Mortero, abordará al dilema al tiempo que arroja una serie de complejas interrogantes.
La producción sigue la línea de otros audiovisuales que han especulado con la idea de ver al ser humano convertido en todo tipo de animales, lo que ha arrojado hombres perro, mujeres pantera y hombres mosca, por nombrar algunos de los más populares. A diferencia de estas transformaciones que se han dado desde planos mágicos, místicos y científicos, esta obra se decanta por una línea paranormal que combina las múltiples propiedades del felino doméstico, ya sean realistas o fantásticas, con las nociones de vida después de la muerte.
La historia nos introducirá con una joven que padece la alienación colectiva propia de las sociedades contemporáneas y quien tiene la costumbre de alimentar a los gatos callejeros que rondan por su trabajo. En un esfuerzo por socializar, acepta ir a una discoteca con un grupo de amigas, pero el agobio padecido la lleva a encerrarse en el baño para darse un respiro. Es ahí donde sufre un accidente que traslada su consciencia al cuerpo de un gato.
“En las primeras vidas va a intentar acostumbrarse al cuerpo nuevo, lo va a ver como una aventura”, nos explica la creadora Lidia Luna. “Pero poco a poco va a tener que enfrentarse a buscar sustento y alimento. No lo va a tener fácil”. La buena –o mala– noticia es que tendrá siete vidas para adaptarse al cambio, lo que implica siete oportunidades para lograr su objetivo principal. En un inicio este parece ser la supervivencia a toda costa, pero con el desarrollo de la historia se dará cuenta que realmente consiste en descubrir el tipo de vida que desea: una regida por el peligro y la incertidumbre pero en completa libertad; una dominada por el sometimiento absoluto en beneficio de una existencia cómoda.
En su momento, Luna concibió la idea como una novela, pero “no funcionó porque lo veía como algo visual y lo abandoné”. No fue sino hasta el confinamiento a causa de la COVID-19 que decidió desarrollar el concepto a modo de guion. Las bases eran más que sólidas, pero el proyecto realmente cobró forma con la incorporación de Omayra González en la dirección de arte y Toni Mortero en la dirección técnica. Ambos sumaron sus respectivos talentos para una meta muy específica: la realización de un teaser que les permitiera aplicar para la convocatoria de Next Lab 2024 en un tiempo aproximado de una semana.
La tercia recuerda que fueron días intensos y de muchas reuniones con el fin de construir algo único. Los pilares narrativos eran sólidos, pero exigían ser reforzados con una estética que les hiciera justicia desde la fusión de lo místico y lo urbano. Al final, ésta encontró su punto de partida en el Lo-Fi. “Era una cosa que Lidia tenía muy en mente”, destaca Toni Mortero, “toda esta corriente de música o reversiones en baja calidad tirando al trip hop. Luego acabo derivando en otros sitios, pero sí que había ese punto de colores vivos, neones, rosas”.
Este tratamiento no se limitó a los escenarios, sino que se extendió por todo el diseño, prestando especial atención a la mirada de la afelinada protagonista. Al respecto, el director técnico considera que “el gato se ve como algo místico. Siempre me ha parecido una mezcla entre un mamífero y un reptil por el tema de los ojos”. Se puso tanto énfasis en estos que resultaron en una imagen icónica que ha sido bien aprovechada para promocionar el proyecto durante los distintos eventos en los que ha participado.
También hubieron retos técnicos que, tal y como nos comenta Omayra González, provocaron que “prácticamente se hizo el diseño a la vez que el modelado”. Una adversidad mayor si consideramos que el evento español concentra buena parte de su atención en las innovaciones tecnológicas. Sin embargo, el equipo supo convertir todas las adversidades en fortalezas.
“Creo que la clave fue que encontramos un estilo bastante diferente”, considera la directora de arte, al tiempo que explica que los distintos elementos utilizados adquieren un valor adicionar porque están “mezclados con ese dramatismo, porque la historia que estabas contando no era para nada alegre al principio”. O quizá deberíamos decir al principio y al final, pues la tercia nos confirma que si bien la primera conversión resulta en una explosión de color que extraerá al público de una existencia monótona, la naturaleza urbana y salvaje del personaje central se reflejará paulatinamente en un mundo que se torna cada vez más oscuro.
Los esfuerzos por sacar adelante el proyecto valieron la pena y fueron recompensados con creces. Catwalk no sólo fue admitido en la convocatoria de Next Lab, sino que se alzó entre los finalistas y eventualmente fue reconocido como uno de los tres títulos ganadores del certamen. Un triunfo que garantizó su presencia en Annecy 2024. A pesar del enorme logro, Luna, González y Mortero son conscientes de que todavía queda mucho por hacer para alcanzar la meta y ya trabajan pensando en la producción. Para hacerla posible, no descartan seguir el camino de muchos otros proyectos de serie y tratar el piloto como un cortometraje.
“Hay pocas ayudas a nivel serie y estábamos pensando coger ayuda a nivel cortometraje para hacer el piloto entero”, explica Toni Mortero. “Tratar el piloto como un cortometraje para poder optar a financiación pública, pues para serie nos han dicho que es complicado”, complementa Lidia Luna. La transición, sin embargo, no representaría mayor problema, ya que buena parte de lo que veríamos en el primer episodio forma parte del teaser.
La historia no terminaría con el salto a la pantalla, pues se confía en que la base es lo suficientemente sólida para desarrollar un proyecto transmedia. De momento, la novela que lo inició todo está descartada y otros formatos impresos como serían comics o una novela gráfica tampoco son contemplados del todo. En vez de ello se ha especulado sobre la posibilidad de un videojuego en el que los usuarios tengan siete vidas para alcanzar un objetivo.
Más allá de los caminos por seguir, queda claro que Catwalk es uno de esos proyectos que tienen todo lo que se necesita para triunfar, por la calidad propia del concepto, pero también por la franca amistad del equipo y que sale a relucir en cada oportunidad. Esto fue especialmente evidente en Next Lab 2024, pues mientras el avance era proyectado, la tercia se abrazaba emocionada tal y como hacen los futbolistas en esas tandas de penales que definen sus futuros en los grandes torneos. Una comparación que quizá no es tan distante como algunos podrían suponer, pues el show podría marcar un punto de inflexión en las carreras de estos talentosos artistas. “Nos hemos cuidado mucho y hemos sufrido mucho juntos”, reflexiona Luna. “El abrazo era eso, el poder ver al bebé en pantalla grande, juntos”.
Podría ser el primero de muchos abrazos, pues una primera inmersión en este mundo lleno de dilemas y peligros deja claro que estamos ante una historia que dará muchas satisfacciones. A los artistas responsables, pero también a las audiencias que invariablemente serán conducidas a la pregunta definitiva: ¿es preferible dejarse domesticar o es mejor pasar por todo tipo de pesares pero vivir en libertad?