Muere el pionero del stop motion colombiano Fernando Laverde
El creativo sobresalió por su calidad técnica, narrativa y visual, pero también por una obra sustentada en el valor de la educación.
19 de mayo de 2022Por Staff
Director, guionista y director de fotografía colombiano Fernando Laverde, responsable de los clásicos La pobre viejecita (1977), Cristóbal Colón (1983) y Martín Fierro (1989), ha fallecido el 18 de mayo de 2022. Tenía 88 años.
Laverde nació en Bogotá el 17 de diciembre de 1933. En 1953 empezó sus estudios universitarios en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia, pero nunca ejerció ya que en 1955 empezó a trabajar como coordinador de programas en Televisora Nacional de Colombia. Duró poco, pues en 1956 viajó a Madrid donde incursionó en Televisión Española como asistente de animación en la serie Las aventuras de Mumu, que terminaría convirtiéndose en su primer gran acercamiento con la producción stop motion.
Tras poco más de diez años, concretamente en 1969 regresó a su país convertido en un creativo consolidado. Fue así como dirigió el programa Niños del mundo (1969), para luego ser invitado por la UNESCO como representante de Colombia en el curso de guionistas Cine del Desarrollo a realizarse en el Instituto Nacional de Cinematografía de Buenos Aires, Argentina. Posteriormente fue director de fotografía del mediometraje Una tarde… un lunes (1971) de Alberto Giraldo que afianzó su calidad visual tras ser acreedor al Premios Kodak a Mejor fotografía. Finalmente, su despegue llegó con la dirección de su primer cortometraje animado, El país de Bellaflor (1972), que fuera reconocida como Mejor película en el XII Festival de Cine de Cartagena de Indias.
Posteriormente realizó los cortometrajes Colorín colorado (1973), La maquinita (1973), La cosecha (1974), así como los cortometrajes Fuegos de artificio (1975), La promesa (1975). Produce además La chamba (1975) en colaboración con José María Arzuaga, una asociación que mantuvo para los documentales Breve encuentro (1975), Infraestructuras (1975) y Nocturno (1975).
Su paso a la grandeza comenzó en 1978 con su ópera prima La pobre viejecita, que realizada con la técnica de stop motion, ganó el premio de COLCULTURA al Mejor largometraje nacional. Sólo un año después dirigió el cortometraje Un planeta llamado Tierra que fuera premiado como el mejor corto de animación en el IV Festival de Cine Colombiano, así como Pepitas Rojas que fue nombrado mejor cortometraje del primer Festival Internacional de Cine Infantil de Medellín.
Su regreso al largometraje se da con Cristóbal Colón con el que obtiene el premio CORAL en el V Festival Internacional del Nuevo Cine de La Habana, Cuba. Finalmente, en 1989, dirigiría su última película, Martín Fierro, basada en El Gaucho Martín Fierro del poeta argentino José Hernández.
Más allá de su calidad técnica y narrativa, sobresalió por una obra que siempre que creía en el valor de la educación. Esto tras confesar que “creo que la obligación de un cineasta de cualquier parte del mundo es, de alguna manera, la formación. Y más en países como los nuestros, donde hay una carencia total de material cinematográfico para los niños; entonces yo, en la pobre medida en que puedo, trato de subsanar un poquito ese déficit haciendo películas con temas nuestros para los niños nuestros”.
Descanse en paz, Fernando Laverde.