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Érase una vez… será proyectada en la sección Klasikoak de San Sebastián

Es la primera vez que una película animada es incluida en la sección del festival español.

5 de agosto de 2022
Por Staff
Érase una vez… será proyectada en la sección Klasikoak de San Sebastián
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Por primera vez desde su creación en 2018, Klasikoak, sección del Festival de San Sebastián que rescata clásicos antiguos y modernos de la historia del cine universal, acogerá la proyección de un filme de animación. Se trata de Érase una vez… (1950), el único largometraje dirigido por el historietista creador de personajes como Zipi y Zape o Carpanta, Josep Escobar y que realizó en colaboración con el crítico de arte Alexandre Cirici Pellicer.

Es una adaptación de La Cenicienta de la que sólo se conservaba una copia en blanco y negro. Gracias al trabajo de reconstrucción realizado por la Filmoteca de Catalunya, con la participación de Luciano Berriatua y la colaboración de Estela Films, la película podrá disfrutarse con su color original.

La de Érase una vez… es una historia curiosa. La película estrenó sólo cinco años después de Garbancito de La Mancha (1945), primer largometraje animado en la historia del cine español. Aspiraba a ser el primer gran éxito local de esta joven industria, tanto por el enorme respaldo de Estela Films como por la enorme popularidad del cuento en que se inspira, pero la posibilidad se vino abajo cuando en plena producción se anunció que Disney estaba trabajando en su propia versión animada de La Cenicienta y que el título ya había sido registrado. Todos los esfuerzos por llegar a un acuerdo con el gigante estadounidense fueron infructuosos y la cinta se vio opacada por la que terminaría convirtiéndose en una de las películas más clásicas del ratón.

Esto para nada significa que la cinta española no planteara pelea. La producción fue capaz de recrear, muy a su estilo, dos de los elementos técnicos más recurrentes de los estudios Disney: el rotoscopio y la cámara multiplano. A esto sumemos que Escobar diseñó a todos los personajes con excepción de la Cenicienta y el príncipe, mientras que la experiencia de Cirici Pellicer fue clave para la ambientación inspirada directamente en el realismo italiano. Su calidad y su impacto le valieron una mención de honor en la Biennale de Venecia de ese mismo año.

Para ser justos, Disney no fue el único responsable del tropezón. Si Érase una vez… se ha perdido en la historia fue también porque la producción se decantó por el procedimiento de fotografía a color Cinefotocolor que fue creado en España y que pronto cayó en desuso.

Pero hoy día todo es distinto. Con un poco de suerte, la restauración a cargo de la Filmoteca de Cataluña y proyecciones como la de San Sebastián contribuirán a que el film cobre una nueva vida entre las generaciones actuales y las venideras. El clásico animado bien se lo merece.