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Claudio Biern Boyd: referente indispensable de la animación española

Creador de D’Artacán, David el Gnomo y Willy Fog, la labor de Claudio Biern Boyd ha sido determinante para la popularización de la animación española en todo el mundo.

3 de mayo de 2022
Por Luis Miguel Cruz
Claudio Biern Boyd: referente indispensable de la animación española
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Pocos han hecho tanto por la animación iberoamericana como Claudio Biern Boyd. Después de todo, hablamos del responsable de clásicos como D’Artacán y los tres mosqueperros (1981), La vuelta al mundo de Willy Fog (1983), y David el Gnomo (1985). Un historial que le ha llevado a ser posicionado entre los padres de la animación española y considerado el Walt Disney de su país.

Nacido en Palma de Mallorca (España) el 7 de octubre de 1940 y es licenciado en derecho y técnico en publicidad. Podría pensarse sus estudios no tienen nada que ver con las series que lo dieron a conocer, pero estos fueron determinantes para la construcción de su grandísimo legado. Después de todo, estos conocimientos permitieron la fundación de BRB Internacional en 1972, no como un estudio, sino como una agencia que representaba algunos de los títulos animados más populares de la época como The Pink Panther (1969), Tom & Jerry (1940) o Mazinger Z (1972), por nombrar algunos.

No pasó mucho tiempo para que este contacto directo con el mundo animado le motivara a producir su primera serie. Se trató de Ruy, el pequeño Cid (1980) que abordó la infancia de Rodrigo Díaz de Vivar, mejor conocido por todos como el Cid Campeador. Estuvo lejos de ser un fenómeno, pero fue el primer gran paso de una trayectoria fascinante sustentada en personajes de gran impacto cultural. Fue también su primera colaboración con Nippon Animation que terminaría convirtiéndose en un importante aliado para alcanzar la internacionalización.

Sólo bastó un año más para que Claudio Biern Boyd fuera catapultado a lo más alto con D’Artacán y los tres mosqueperros, que reinventó Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas como una cánida aventura. Gozó de una gran popularidad entre las jóvenes audiencias españolas que no tardaron en convertir al perro titular en todo un referente de su generación, pero también entre las de muchos otros países como Brasil, Chile, Francia, México, Perú, Portugal y Reino Unido. Un mundo unido bajo el inolvidable tema de Eran uno, dos y tres, los famosos mosqueperros…

Su célebre trinidad animada comenzó a ensamblarse, primero en 1983 con La vuelta al mundo de Willy Fog, para finalmente ser concluida en 1985 con David el Gnomo. Su trascendencia es tal que se mantienen vigentes hasta nuestros días, lo que puede apreciarse en sus retransmisiones y merchandising, pero también con su presencia en fenómenos socioculturales como son los memes.

Su vastísima trayectoria fue complementada por shows tan variados como The Cobi Troupe (1991), Mortadelo y Filemón (1994), La banda de Mozart (1995), Los intocables de Elliot Mouse (1997), Fantaghirò (1999), y Zipi y Zape (2003) por nombrar algunos. También por algunas películas televisivas de acción real como Marqués mendigo (2007) o La memoria del agua (2015). Y finalmente por apuestas de alto impacto fuera de cualquier zona de confort. Tal sería el caso de La vuelta al mundo de Willy Fog: el Musical (2008) que llevó su bien conocida historia a los escenarios españoles, donde fue vista por más de 80.000 espectadores y galardonada con el Premio Gran Vía 2009 al Mejor musical infantil.

Mención aparte para su más reciente aventura cinematográfica, D’Artacán y los tres mosqueteros (2021), que trasladó a la heroica alianza perruna al terreno de la animación computacional bajo la dirección de Toni García y de la mano de Apolo Films, estudio hermano de BRB encargado del área fílmica. Una fusión de nostalgia y modernidad que le convirtió en uno de los grandes éxitos del cine español de los últimos años y que desembocará en una ola de adaptaciones que no deberían tardar mucho tiempo en llegar.

Sus aportaciones le hicieron acreedor de más de cuarenta galardones entre los que destacan la Medalla de Bronce del Festival Internacional de Cine y Televisión de Nueva York por la serie D’Artacán y los tres mosqueperros en 1982, el Tribute of Honour otorgado por Cartoon Forum en 2007 y la Biznaga de Oro 2012 otorgado por el Festival de Málaga en 2012. Esto no incluyó el Goya por la reciente versión de D’Artacán que se vio envuelto en una controversia por su presunta inelegibilidad, algo tan polémico como lamentable, pero que pasa a segundo término cuando consideramos que el premio más importante siempre será el cariño de un público que no deja de gozar con su entrañable obra.

Claudio Biern Boyd se ganó con creces el derecho a ser considerado una leyenda de la animación iberoamericana. Una cuya invaluable labor no sólo ha trascendido por 40 años, sino que lo seguirá haciendo por muchas más generaciones.